Congelación

PorDaniel F. Danzl, MD, University of Louisville School of Medicine
Revisado/Modificado nov 2024
Vista para pacientes

La congelación es la lesión debida al congelamiento del tejido. Las manifestaciones iniciales pueden ser engañosamente benignas. La piel puede tener un aspecto blanco o presentar ampollas, y está entumecida; el recalentamiento produce un dolor intenso. Puede producirse una gangrena. El tejido muy dañado puede autoamputarse. El tratamiento es el recalentamiento en agua caliente (37 a 39° C), cuidados locales y tratamiento del dolor. En ocasiones, puede estar indicada la amputación quirúrgica. Sin embargo, la intervención quirúrgica, a menudo guiada por los resultados de las imágenes, generalmente se retrasa hasta que se produce la demarcación definitiva del tejido necrótico.

(Véase también Generalidades sobre las lesiones por frío).

Habitualmente, la congelación se produce en un ambiente frío extremo, en especial a altitudes elevadas, y se agrava con la hipotermia. Las zonas que se afectan con más frecuencia son las regiones distales de las extremidades y la piel expuesta.

Se forman cristales de hielo en el interior de las células de los tejidos o entre ellas, lo cual escencialmente congela el tejido y produce la muerte celular. Las zonas no congeladas adyacentes están en riesgo debido a que la vasoconstricción local y la trombosis pueden causar lesión endotelial e isquemia. Con la reperfusión durante el recalentamiento se liberan citocinas inflamatorias (p. ej., tromboxanos, prostaglandinas) que empeoran la lesión tisular. La profundidad de la pérdida tisular depende de la duración y la profundidad de la congelación.

Síntomas y signos de congelación

El área afectada está fría, dura, blanca, y entumecida. Cuando se calienta, la zona se cubre con máculas eritematosas, edematizadas y dolorosas. A las 4-6 horas aparecen ampollas, pero puede no evidenciarse toda la extensión de la lesión durante varios días.

  • Las ampollas llenas de suero claro indican lesión superficial, que cura sin pérdida tisular residual.

  • Las ampollas llenas de sangre indican un daño profundo y una probable pérdida de tejido.

La gangrena, cuando aparece, puede ser seca o húmeda. La gangrena seca, debida a la congelación de tejidos profundos, resulta en una costra negra dura sobre el tejido sano. La gangrena húmeda es gris, edematosa y blanda, y es menos común. La gangrena húmeda se caracteriza por la infección; la gangrena seca tiene menos probabilidades de infectarse.

El tejido muy dañado puede autoamputarse. Puede desarrollarse un síndrome compartimental. Todos los grados de congelación pueden producir crecimiento defectuoso de las uñas y síntomas neuropáticos a largo plazo: sensibilidad al frío, sudoración excesiva y entumecimiento (síntomas similares a los del síndrome de dolor regional complejo).

Diagnóstico de congelación

  • Anamnesis y examen físico

El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos. Muchas de las características tempranas de la congelación (p. ej. frío, entumecimiento, coloración rojiza o pálida, ampollas) también lo son de las lesiones por frío sin congelación; por lo tanto, el diagnóstico definitivo de la congelación puede requerir observación repetida hasta que aparezcan características más específicas (p. ej. costra negra).

Tratamiento de la congelación

  • Recalentamiento en agua caliente (37-39° C)

  • Medidas sintomáticas

  • Cudidado de las heridas locales

  • En ocasiones cirugía

Atención prehospitalaria

En el campo, las extremidades que han sufrido congelación deben ser recalentadas sumergiendo totalmente la zona afectada en agua que se sienta caliente al tacto (37 a 39° C). El recalentamiento con una fuente de calor seca no controlada (p. ej., fuego, almohadilla térmica) debe evitarse porque el área afectada está entumecida y con riesgo de quemaduras. El roce, que puede dañar aún más el tejido, también debe evitarse.

Cuanto más tiempo permanezca congelada una zona, mayor será el daño final. Sin embargo, si un paciente debe caminar cualquier distancia para recibir atención, puede ser necesario retrasar la descongelación de los pies. El tejido descongelado es particularmente sensible a los traumatismos producidos al caminar, y si vuelven a congelarse se dañarán más que si se deja congelado. Si la descongelación se debe retrasar, la zona congelada se limpia suavemente, se seca al aire y se protege con compresas voluminosas estériles y secas. Los pacientes reciben analgésicos, si están disponibles, y todo el cuerpo se mantiene caliente.

Cuidado intensivo

Una vez en el hospital, se estabiliza la temperatura central y las extremidades se recalientan rápidamente en grandes contenedores de agua circulante mantenida a 37-39° C; de 15 a 30 minutos (1). Todas las joyas deben ser removidas. El dolor puede ser intenso durante el recalentamiento. A menudo se requieren analgésicos parenterales, incluidos los opioides.

Se indica a los pacientes que muevan suavemente la parte afectada durante la descongelación. Generalmente, las ampollas grandes llenas de líquido claro se dejan intactas o se aspiran usando una técnica estéril. Las ampollas hemorrágicas se dejan intactas para evitar la desecación secundaria de las capas dérmicas profundas. Las vesículas rotas se desbridan.

Para las lesiones graves que se presentan dentro de las 48 a 72 horas se indica la infusión de un análogo de la prostaciclina, como el iloprost, después del recalentamiento (2, 3). Si la lesión es profunda y existe riesgo de amputación, se debe considerar la terapia trombolítica (fibrinolítica) intraarterial o intravenosa dentro de las primeras 24 horas posteriores a la lesión (4). La fenoxibenzamina, un bloqueador alfa de acción prolongada, puede disminuir el vasoespasmo y mejorar el flujo sanguíneo. Aunque otros vasodilatadores como la papaverina, la nicardipina o la nitroglicerina también se han utilizado como terapia adyuvante, faltan pruebas sólidas para apoyar su uso. No se ha demostrado que los anticoagulantes (p. ej., heparina), el dextrano intravenoso de bajo peso molecular y los vasodilatadores intraarteriales (p. ej., reserpina, tolazolina) produzcan ningún beneficio clínico y no deben utilizarse.

Las medidas antiinflamatorias (p. ej., ibuprofeno y aloe vera tópico) son útiles. Las zonas afectadas se dejan abiertas y expuestas al aire caliente, y las extremidades se elevan para reducir el edema. No hay datos suficientes para avalar la terapia con oxígeno hiperbárico (5).

La prevención de la infección es fundamental; la profilaxis empírica no está indicada, a menos que haya contaminación grave, lesión por aplastamiento o gangrena húmeda. Si hay gangrena húmeda presente, se administran antibióticos de amplio espectro. El toxoide tetánico se administra si se desconoce el estado de la vacunación antitetánica o no está actualizado. Si el daño tisular es grave, se controla la presión tisular para detectar indicios de síndrome compartimental (véase Síndrome compartimental: diagnóstico, Cómo medir la presión del compartimento en un antebrazo y Cómo medir la presión del compartimento en la pierna).

Continuación del tratamiento

Es importante una nutrición adecuada para mantener la producción de calor metabólico. Considere usar ultrasonido Doppler para evaluar los pulsos y el estado de los tejidos.

Otros estudios de diagnóstico por imágenes incluyen gammagrafía con radionúclidos, RM, termografía con microondas y flujometría Doppler con láser para ayudar a evaluar la circulación, determinar la viabilidad tisular y, de esta manera, guiar el tratamiento. La RM, y en particular la angiografía por resonancia magnética (ARM), puede establecer la línea de separación del tejido viable antes que aparezca la demarcación clínica y, de esta manera, hacer posible el desbridamiento quirúrgico más temprano o la amputación. Sin embargo, no está claro si la cirugía más temprana mejora la evolución a largo plazo. Habitualmente, la cirugía se posterga lo más posible porque la costra negra con frecuencia se desprende y deja al aire tejido viable. A los pacientes con congelación grave se les debe advertir que pueden ser necesarias muchas semanas de observación antes de que la delimitación y la extensión de la pérdida tisular sean evidentes.

El manejo óptimo a largo plazo incluye baños de hidromasaje a 37 ° C 3 veces al día, seguidos de secado suave, reposo y tiempo. No se conoce ningún tratamiento totalmente eficaz de los síntomas prolongados de la congelación (p. ej., entumecimiento, hipersensibilidad al frío). No se recomienda la simpatectomía química o quirúrgica para los síntomas neuropáticos tardíos.

Referencias del tratamiento

  1. 1. McIntosh SE, Freer L, Grissom CK, et al. Wilderness Medical Society Clinical Practice Guidelines for the Prevention and Treatment of Frostbite: 2024 Update. Wilderness Environ Med. 2024;35(2):183-197. doi:10.1177/10806032231222359

  2. 2. Iloprost (Aurlumyn) for frostbiteMed Lett Drugs Ther. 2024;66(1707):114. doi:10.58347/tml.2024.1707b

  3. 3. Vampola C-L, Fahrbach K, Davis C. Risk of Amputation in Severe Frostbite - A Systematic Literature Review and Meta-analysis to Evaluate Iloprost and Standard of Care. Wilderness Environ Med. 2023;34(4):e4. https://doi.org/10.1016/j.wem.2023.08.016

  4. 4. Hickey S, Whitson A, Jones L, et al. Guidelines for Thrombolytic Therapy for Frostbite.  J Burn Care Res. 2020;41(1):176-183. doi:10.1093/jbcr/irz148

  5. 5. Lorentzen AK, Davis C, Penninga L. Interventions for frostbite injuries. Cochrane Database Syst Rev. 2020;12(12):CD012980. Published 2020 Dec 20. doi:10.1002/14651858.CD012980.pub2

Conceptos clave

  • La profundidad de la lesión es difícil de reconocer inicialmente, aunque las ampollas llenas de sangre indican daño profundo.

  • Descongele el tejido congelado tan pronto como sea posible el uso de agua que es tolerablemente caliente al tacto (37 a 39° C); por lo general se requiere analgesia.

  • Evite descongelar y volver a congelar.

  • Mantenga las áreas afectadas al descubierto, limpio, seco y elevado.

  • El tejido negro puede representar un caparazón negro que se cae o gangrena que requiere amputación; la cirugía generalmente se demora hasta que la delimitación sea clara.

  • Los síntomas neuropáticos (p. ej., sensibilidad al frío, entumecimiento) pueden persistir indefinidamente.

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