- Mordeduras de humanos y mamíferos
- Mordeduras por Caimán, Cocodrilo, Iguana, y Lagarto venenoso
- Picaduras de serpientes
- Picaduras por ciempiés y milpiés
- Picaduras de insectos
- Picadura por oruga peluche (gusano pollo, oruga pollito, gato lanudo, gata peluda)
- Picaduras de ácaros
- Picaduras de escorpión
- Picaduras de arañas
- Picaduras de garrapatas
- Parálisis por garrapata
- Otras picaduras de artrópodos
- Generalidades sobre las mordeduras y picaduras marinas
- Picaduras de Cnidarios (celenterados, como medusas y anémonas de mar)
- Picaduras de moluscos
- Picaduras de erizo de mar
- Picaduras de mantarraya
Los lagartos venenosos, los caimanes y los cocodrilos pueden causar mordeduras clínicamente significativas. Se debe administrar profilaxis antitetánica (véase tabla Profilaxis antitetánica en el manejo habitual de la herida).
Lagartos venenosos
Los lagartos venenosos incluyen los siguientes:
El monstruo de Gila (Heloderma suspectum), presente en el sudoeste de los Estados Unidos y México
Lagarto moldeado (H. horridum) de México
El veneno complejo de estos lagartos contiene serotonina, arginina esterasa, hialuronidasa, fosfolipasa A2, y ≥ 1 calicreína salival, pero no tienen componentes neurotóxicos o enzimas coagulopáticas. Las mordeduras rara vez son fatales. Los varánidos (p. ej., dragón de Komodo [Varanus komodoensis], lagarto monitor de cocodrilo [Varanus salvadorii]) también son venenosos y representan poco riesgo para los humanos. Cuando los lagartos venenosos muerden, sujetan fuerte y mastican el veneno en la personas.
Los signos y los síntomas de las mordeduras de lagartos venenosos incluyen dolor intenso, edema, equimosis, linfangitis y adenopatía. Las manifestaciones sistémicas, incluidos debilidad, sudor, sed, cefaleas y acúfenos, pueden aparecer en casos moderados y graves. Rara vez ocurre el colapso cardiovascular. El curso clínico es similar al de un envenenamiento entre mínimo y moderado producido por especies de serpientes de cascabel más grandes (véase Signos y síntomas de las mordeduras de serpientes) sin desarrollo de coagulopatía.
El tratamiento en el campo implica abrir las mandíbulas del lagarto con pinzas o alicates, aplicando una llama en el mentón del animal o sumergiéndolo completamente en agua. Cualquier mordedura con síntomas sistémicos debe evaluarse en un hospital. En el hospital, el tratamiento es sintomático (observación y cuidado de las heridas). No hay antídoto disponible. La herida debe sondearse con una pequeña aguja en busca de dientes rotos y luego, limpiarse. Si la herida es profunda, se puede realizar una radiografía para descartar la presencia de un cuerpo extraño retenido o una fractura ósea. En general, no se recomiendan antibióticos profilácticos.
Iguanas
Las mordidas y arañazos de iguanas están volviéndose más frecuentes a medida que las iguanas son conservadas cada vez más como mascotas. Las heridas son superficiales y el tratamiento es local. La infección de tejidos blandos es poco común, pero cuando ocurren, las especies de Salmonella son las más comunes; la infección puede tratarse con una fluoroquinolona. Una preocupación secundaria, pero aún creciente, es la infección por Serratia marcescens, que es generalmente sensible a la trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX).
Caimanes y cocodrilos
En general, las mordeduras de caimanes y cocodrilos son consecuencia de la manipulación de estos animales; sin embargo, rara vez se producen por encuentros en la naturaleza. No son venenosas, pero resultan notables por una alta incidencia de infecciones de tejidos blandos por especies de Aeromonas spp (en general Aeromonas hydrophila). En general, hay lesiones ortopédicas y de partes blandas graves, y los pacientes pueden requerir evaluación (1).
Las heridas se deberían irrigar y se desbridan; luego se realiza un cierre primario postergado o la herida se deja cicatrizar por segunda intención. La cobertura antibiótica óptima para la flora oral de los caimanes puede incluir trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX), una fluoroquinolona, una cefalosporina de tercera generación, un aminoglucósido o una combinación (2).
Referencias
1. Flandry F, Lisecki EJ, Domingue GJ, Nichols RL, Greer DL, Haddad RJ Jr. Initial antibiotic therapy for alligator bites: characterization of the oral flora of Alligator mississippiensis. South Med J. 1989;82(2):262-266. doi:10.1097/00007611-198902000-00027
2. Abrahamian FM, Goldstein EJ. Microbiology of animal bite wound infections. Clin Microbiol Rev. 2011 Apr;24(2):231-46. doi: 10.1128/CMR.00041-10. PMID: 21482724; PMCID: PMC3122494.