La anquilostomiasis es una infección por Ancylostoma duodenale o Necator americanus. Los síntomas que produce incluyen exantema en el sitio por donde ingresa la larva y, en ocasiones, dolor abdominal u otros síntomas digestivos durante la infección inicial. Más adelante, puede aparecer una ferropenia debido a la pérdida crónica de sangre. Los anquilostomas son una causa importante de ferropenia en las regiones endémicas. El diagnóstico se basa en el hallazgo de huevos en las heces. El tratamiento consiste en albendazol o mebendazol.
(Véase también Revisión sobre infecciones parasitarias).
La prevalencia mundial estimada de anquilostomiasis es de alrededor de 576 a 740 millones de personas, sobre todo en áreas en vías de desarrollo. Tanto el A. duodenale como el N. americanus se encuentran en África, Asia y toda América. Sólo el A. duodenale se detecta en Medio Oriente, el norte de África y el sur de Europa. N. americanus predomina en las Américas y Australia; en el pasado presentaba una distribución amplia por el sur de los Estados Unidos y todavía está presente en áreas de esa región donde hay disposición no sanitaria de los desechos humanos. El anquilostoma sigue siendo endémico en las islas del Caribe y en América Central y del Sur. Algunas cepas de A. ceylanicum, un anquilostoma de perros, gatos y hámsters, también maduran hasta la adultez en el intestino humano. Se han informado infecciones por A. ceylanicum en residentes de partes de Asia y algunas islas del Pacífico Sur.
Fisiopatología de la infección por anquilostomas
Las especies de anquilostomas que alcanzan la madurez en el intestino humano tienen ciclos vitales similares. Los huevos eliminados con las heces se incuban en 1 o 2 días (si se depositan en suelo blando, húmedo y cálido) y liberan larvas rabditiformes, que mudan la piel para convertirse en larvas filariformes finas en 5 a 10 días. Las larvas pueden sobrevivir entre 3 y 4 semanas si las condiciones ambientales son favorables. Las larvas filariformes penetran en la piel humana durante una caminata con los pies descalzos o de alguna otra manera en que entren en contacto directo con suelo infestado.
Las larvas migran a través de los vasos sanguíneos hasta los pulmones, penetran en los alvéolos pulmonares, ascienden por el árbol bronquial hasta la epiglotis y son deglutidas. Luego se convierten en adultos en el intestino delgado, donde se adhieren a la pared y se alimentan de la sangre. Los helmintos adultos pueden vivir ≥ 2 años.
Image from the Centers for Disease Control and Prevention, Global Health, Division of Parasitic Diseases and Malaria.
La pérdida crónica de sangre provoca anemia ferropénica. La aparición de anemia depende de la carga de helmintos y la cantidad de hierro absorbible en la dieta.
Anquilostomiasis zoonóticas (en animales)
Las infecciones por anquilostomas zoonóticos incluyen
Enterocolitis eosinófila
El Ancylostoma braziliense y el Ancylostoma caninum son anquilostomas cuyos huéspedes primarios son los gatos y los perros. Estos anquilostomas no pueden completar su ciclo vital en los seres humanos. Si sus larvas penetran en la piel de estos, se movilizan a través de la piel y causan la larva migratoria cutánea en lugar de migrar al intestino.
Rara vez, las larvas de A. caninum migran al intestino, donde pueden causar una enterocolitis eosinófila. No obstante, no causan una pérdida significativa de sangre ni anemia y, dado que no maduran hasta alcanzar la adultez completa, no ponen huevos (lo que complica el diagnóstico). Esta infección intestinal puede ser asintomática o causar dolor abdominal agudo y eosinofilia.
Signos y síntomas de la infección por anquilostomas
La anquilostomiasis suele ser asintomática. No obstante, puede desarrollarse un exantema papulovesicular pruriginoso transitorio (prurito de la tierra) en el sitio de penetración de la larva, en general en los pies. La migración de un gran número de larvas a través de los pulmones puede causar síndrome de Löffler, caracterizado por tos, sibilancias, eosinofilia y a veces hemoptisis. Durante la fase aguda, los helmintos adultos presentes en el intestino pueden causar dolor cólico en el epigastrio, anorexia, flatulencia, diarrea y pérdida de peso.
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La infección intestinal crónica grave puede producir una anemia ferropénica, que a su vez se manifiesta por palidez, disnea, debilidad, taquicardia, laxitud y edema periférico. A menudo se encuentra una leve eosinofilia. En los niños, la pérdida crónica de sangre puede producir anemia grave, insuficiencia cardíaca y anasarca, y en mujeres embarazadas retraso de crecimiento fetal.
La larva migratoria cutánea puede ocurrir cuando los anquilostomas de los animales producen la infección sin alcanzar la edad adulta, en los seres humanos. Es causada por larvas en su migración a través de la piel y se caracteriza por lesiones pruriginosas, eritematosas y serpiginosas en la piel. En raras ocasiones, las larvas de A. caninum llegan al intestino humano, donde causan enterocolitis eosinofílica con dolor abdominal y síntomas asociados. Los huevos no están presentes en las heces.
Diagnóstico de la infección por anquilostomas
Examen microscópico de las heces
El A. duodenale, el A. ceylanicum y el N. americanus producen huevos ovalados de cubierta fina que se detectan fácilmente en las heces recién eliminadas. Los procedimientos de concentración son necesarios para diagnosticar infecciones leves. Si las heces no se mantienen refrigeradas y se examinan tras varias horas, los huevos pueden incubarse y convertirse en larvas, que deben distinguirse de las de Strongyloides stercoralis. Aunque las tres especies de anquilostomas que infectan a los seres humanos pueden diferenciarse con sondas moleculares, los huevos son indistinguibles, y no se realiza un diagnóstico específico de la especie en los laboratorios clínicos.
A menudo se identifica eosinofilia en personas infectadas con anquilostomas. Durante el período de infección previa (es decir, las 5 a 9 semanas entre la penetración de las larvas y la aparición de los huevos en las heces), la eosinofilia puede ser la única anomalía de laboratorio. La infestación por anquilostomas es una consideración importante en el diagnóstico diferencial de la eosinofilia en inmigrantes o viajeros que regresan de regiones endémicas donde la higiene es deficiente.
Es importante evaluar el estado nutricional, la presencia de anemia y los depósitos de hierro (véase Diagnóstico, anemia por deficiencia de hierro).
El diagnóstico de larva migrans cutánea se basa en las manifestaciones clínicas. Los óvulos no están presentes en las heces.
Tratamiento de la infección por anquilostomas
fármacos antihelmínticos
Infección intestinal por anquilostomas
La infección intestinal por anquilostomas se trata con medicamentos antihelmínticos. Puede utilizarse uno de los siguientes fármacos:
Albendazol 400 mg por vía oral en dosis única
Mebendazol 100 mg 2 veces al día por vía oral durante 3 días o en 1 sola dosis de 500 mg
Pamoato de pirantelo 11 mg/kg (dosis máxima de 1 g) por vía oral 1 vez al día durante 3 días
Estos fármacos solo se usan durante el embarazo si los beneficios superan los riesgos. La ivermectina, un antihelmíntico común, no es eficaz para la anquilostomiasis intestinal.
Deben implementarse medidas de apoyo general y corregir la anemia ferropénica si la infección es grave.
Larva migratoria cutánea
La larva migrans cutánea es una infección autolimitada, pero los síntomas pueden durar de 5 a 6 semanas. El tratamiento con albendazol 400 mg por vía oral 1 vez al día durante 3 a 7 días o 200 mcg/kg de ivermectina en una sola dosis es curativo.
Prevención de la infección por anquilostomas
Para prevenir la infección por anquilostomas, debe evitarse la defecación no higiénica y el contacto directo de la piel con el suelo (p. ej., usar calzado, usar barreras al sentarse en el suelo), aunque estas medidas son difíciles de implementar en muchas áreas endémicas. En regiones con riesgo elevado, se intentan tratamientos masivos de las poblaciones susceptibles cada 3 o 4 meses.
El riesgo de desarrollar larva migrans cutánea se puede reducir de la siguiente manera:
Evite el contacto directo de la piel con arena de playa u otro material potencialmente infestado donde los perros o los gatos hayan defecado.
Tratamiento de gatos y perros para anquilostoma
Conceptos clave
Las larvas de uncinarias penetran en la piel durante una caminata con los pies descalzos o algún otro modo en que entren en contacto directo con suelo infestado.
En los seres humanos, las larvas de las uncinarias Ancylostoma duodenale o Necator americanus viajan por el torrente sanguíneo hasta los pulmones, penetran los alvéolos, ascender a la epiglotis, se tragó, y luego maduran en los intestinos.
La infección puede ser asintomática, sino una erupción pruriginosa puede aparecer en el sitio de penetración de las larvas, y la implicación pulmonar puede causar tos y sibilancias.
El compromiso intestinal puede producir una anemia por deficiencia de hierro.
Diagnosticar mediante examen microscópico de las heces.
Tratar con albendazol, mebendazol o pamoato de pirantelo.