La fiebre de Oroya y la verruga peruana son 2 fases distintas de la infección causadas por la bacteria gramnegativa Bartonella bacilliformis. La fiebre de Oroya se produce después de la exposición inicial al patógeno; la verruga peruana aparece después de la recuperación de la infección primaria. El diagnóstico es clínico y se confirma con hemocultivos (para la fiebre de Oroya) y a veces con biopsia (para la verruga peruana). El tratamiento consiste en la administración de antibióticos.
(Véase también Generalidades sobre las infecciones por Bartonella).
La fiebre de Oroya y la verruga peruana solo son endémicas en las zonas andinas (a elevaciones de 600 a 2400 metros) de Colombia, Ecuador y Perú, y se transmiten de una persona a otra a través de mosquitos del género Phlebotomus.
Fiebre de Oroya
Los síntomas de la fiebre de Oroya incluyen fiebre y anemia grave, que puede aparecer de forma repentina o gradual. La anemia es principalmente hemolítica, pero también se produce mielosupresión. Pueden presentarse dolores musculares y articulares, cefalea intensa y, en ocasiones, delirio y coma. Es posible una bacteriemia por una sobreinfección con Salmonella u otro microorganismo coliforme.
El diagnóstico de la fiebre de Oroya se confirma con hemocultivos.
Debido a que la fiebre de Oroya a menudo se complica con bacteriemia por Salmonella, el tratamiento de elección es ciprofloxacina con ceftriaxona durante 14 días (1). El cloranfenicol combinado con un antibiótico beta-lactámico (p. ej., amoxicilina/clavulanato) es una alternativa en caso de resistencia a la ciprofloxacina. La azitromicina también se ha utilizado con éxito.
La tasa de mortalidad puede exceder el 50% en pacientes sin tratamiento.
Referencia
1. Gomes C, Ruiz J. Carrion's Disease: the Sound of Silence. Clin Microbiol Rev. 2017;31(1):e00056-17. Publicado el 29 de noviembre de 2017. doi:10.1128/CMR.00056-17
Verruga peruana
La verruga peruana se manifiesta en forma de múltiples lesiones cutáneas que se asemejan mucho a la angiomatosis bacilar; estos nódulos cutáneos sobreelevados, de color rojo purpúreo, generalmente aparecen en los miembros y en la cara. Las lesiones pueden persistir por meses a años, y acompañarse por dolor y fiebre.
La verruga peruana se diagnostica por su apariencia, y a veces mediante la biopsia que muestra angiogénesis dérmica.
El tratamiento típico para la verruga peruana consiste en azitromicina durante 7 a 14 días. Tratamientos alternativos incluyen rifampicina una vez al día durante 21 a 28 días o ciprofloxacina durante 14 días.
El tratamiento con la mayoría de los antibióticos produce remisión, pero son comunes las recidivas y es necesario que la terapia sea prolongada.