El término síndrome del estrés tibial se refiere a un dolor inespecífico que se produce en las piernas durante los deportes de carrera.
Las fuerzas de impacto repetitivos durante el trote o la carrera o la caminata vigorosa pueden sobrecargar la unidad musculotendinosa y causar dolor en las espinillas. Este dolor a veces se debe a una lesión específica (p. ej., fractura tibial por estrés, síndrome compartimental inducido por el ejercicio, periostitis tibial, pronación excesiva del pie), pero con frecuencia no puede identificarse una causa específica. En estos casos, se utiliza el término síndrome de estrés tibial.
Síntomas y signos de las férulas para la tibia
El dolor puede producirse en la cara anterior o posterior de la pierna, y típicamente comienza al inicio de una actividad de carrera, pero después continúa. El dolor que persiste durante el reposo indica otra causa, como fractura por estrés de la tibia.
Diagnóstico del dolor en la meseta de la tibia
Habitualmente clínico
En la exploración, por lo general hay un dolor puntual intenso a la palpación en el área de los compartimientos musculares anteriores y a veces se acompaña de un dolor óseo.
La radiografía habitualmente no muestra nada, independientemente de la causa. Si se sospecha una fractura por estrés, puede ser necesaria una gammagrafía.
El síndrome compartimental inducido por el ejercicio se diagnostica utilizando un manómetro especializado para documentar el aumento de la presión intracompartimental después del ejercicio.
Tratamiento del dolor en la meseta de la tibia
Modificación de la actividad
Estiramientos, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
Es preciso dejar de correr hasta que ya no se produzca dolor. El tratamiento temprano consiste en hielo, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y estiramiento de los músculos anteriores y posteriores de la pantorrilla. Durante la fase de reposo del tratamiento, la pérdida del estado físico puede reducirse al mínimo indicando al atleta que use técnicas de entrenamiento cruzado que no precisen actividades repetitivas de soporte de carga.
Una vez resueltos los síntomas, se recomienda que la vuelta a la carrera sea gradual. La utilización de zapatos con apoyo que tengan contrafuertes en el talón y soportes en arco ayuda a sujetar el pie y el tobillo durante la carrera y puede facilitar la recuperación y prevenir la aparición de síntomas posteriores. También puede ser útil evitar correr sobre superficies duras (p. ej., carreteras de cemento). El ejercitamiento de la parte delantera de las piernas realizando flexión dorsal del tobillo contra resistencia (p. ej., bandas de goma) aumenta su función y ayuda a prevenir el estrés tibial.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; and Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; and Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
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Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; and Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; and Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
Cortesía del Tomah Memorial Hospital, Department of Physical Therapy, Tomah, WI; Elizabeth C.K. Bender, MSPT, ATC, CSCS; and Whitney Gnewikow, DPT, ATC.
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