La participación en deportes siempre se asocia con riesgo de lesión.
En general, las lesiones deportivas pueden dividirse en
Lesiones por uso excesivo
Traumatismo cerrado
Sobrecarga aguda de tejidos blandos y esguinces
Muchas lesiones (p. ej., fracturas, luxaciones, traumatismos de tejidos blandos, esguinces, distensiones) no son exclusivas de la práctica de deportes, sino que pueden ser el resultado de actividades que no son atléticas o a partir de accidentes. Estas lesiones se describen en otras partes de del MANUAL. Sin embargo, los atletas deben aprender cómo modificar las técnicas erróneas que predisponen a lesiones o que se les aconseje tomar un período adecuado de descanso para recuperarse de una lesión deportiva (es decir, no trabajar a pesar del dolor).
(Véase también Cribado para la participación en deportes y Fracturas.)
Lesiones por uso excesivo
El uso excesivo es una de las causas de lesión atlética y es el efecto acumulativo del estrés repetitivo y excesivo sobre una estructura anatómica. Se producen traumatismo de músculos, tendones, cartílago, ligamentos, bolsas, fascias y hueso en cualquier combinación. El riesgo de lesión por uso excesivo depende de interacciones complejas entre factores individuales y extrínsecos.
Los factores individuales del paciente incluyen
Debilidad muscular e inflexibilidad
Laxitud articular
Lesión previa
Mala alineación ósea
Asimetrías de las extremidades
Los factores extrínsecos incluyen
Los errores de entrenamiento (p. ej., ejercicio sin un tiempo de recuperación suficiente, carga excesiva, entrenamiento de un grupo de músculos sin entrenar el grupo antagonista y uso extenso de los mismos patrones de movimiento)
Las condiciones ambientales (p. ej., correr en exceso en pistas peraltadas o por el centro de la calzada-que estresan a las extremidades de forma asimétrica)
Características del equipo de entrenamiento (p. ej., movimientos inusuales o poco acostumbrados, como las realizados, mientras se está en un entrenador elíptico)
Los corredores suelen sufrir lesiones por aumentar demasiado rápido la intensidad o la duración de sus sesiones. Los nadadores pueden ser los menos propensos a las lesiones por uso excesivo porque la flotabilidad tiene efectos protectores, aunque siguen estando en riesgo, particularmente en los hombros, en los que se produce la mayor parte del movimiento.
Traumatismo cerrado
Los traumatismos atléticos cerrados producen contusiones, conmociones, fracturas y otras lesiones. Por lo general, los mecanismos incluyen colisiones de impacto elevado con otros atletas o con objetos (p. ej., tacles rugby y fútbol americano, empujones hacia las costados de la pista en el hockey), caídas y golpes directos (p. ej., en el boxeo y las artes marciales).
Esguinces y torceduras
Los esguinces son lesiones a los ligamentos, y las torceduras son lesiones a los músculos (véase también Generalidades sobre esguinces y otras lesiones de tejidos blandos). Típicamente se producen con esfuerzos súbitos e intensos, la mayoría de las veces durante la carrera, en particular con cambios de dirección súbitos (p. ej., esquivando y evitando a los competidores en el fútbol o el rugby). Estas lesiones también son frecuentes en el entrenamiento de fuerza, cuando una persona deja caer o tira de la carga rápidamente en lugar de moverse lenta y suavemente.
Signos y síntomas del abordaje de las lesiones deportivas
Las lesiones siempre son dolorosas, las cuales varían desde leves hasta graves. Los signos físicos pueden estar ausentes o incluir una combinación de edema de tejidos blandos, eritema, calor local, sensibilidad puntual, equimosis y pérdida de movilidad.
Diagnóstico de las lesiones deportivas
Anamnesis y examen físico
A veces, estudios dediagnóstico por imágenes
El diagnóstico debe incluir una anamnesis y examen físico exhaustivos. La anamnesis debe centrarse en los movimientos y tensiones físicas de la actividad, lesiones anteriores, secuencia cronológica del inicio del dolor y extensión y duración del dolor antes de la actividad, durante y después de ésta. Se debe preguntar a los pacientes acerca de la exposición a los antibióticos quinolonas, que pueden predisponer a la rotura del tendón. Puede ser necesario realizar pruebas diagnósticas (p. ej., radiografías, TC, RM, gammagrafía) y la derivación a un especialista.
Tratamiento de las lesiones deportivas
Protección, reposo, hielo, compresión, elevación
Analgésicos
Entrenamiento cruzado
Regreso gradual a las actividades
PRICE (Protección, reposo, hielo, compresión, elevación)
El tratamiento inmediato de las lesiones deportivas agudas es protección, reposo, hielo, compresión, elevación.
Protección
Reposo
Hielo
Compresión
Elevación
La protección consiste en descansar y, cuando sea apropiado, inmovilizar (p. ej., entablillar) la parte lesionada para evitar más lesiones.
El reposo también previene la producción de una lesión adicional y contribuye a reducir la inflamación.
El hielo (o una paquete frío comercial) produce vasoconstricción y reduce la hinchazón del tejido blando, la inflamación y el dolor. No debe aplicarse hielo o compresas frías directamente sobre la piel. Deben estar envueltos en un plástico o una toalla. No deben dejarse más de 20 min por vez. Se puede envolver un vendaje elástico alrededor de una bolsa de plástico bien cerrada que contenga hielo para mantenerlo en su lugar.
El vendaje de una extremidad lesionada con una banda elástica para compresión reduce el edema y el dolor. El vendaje no debe ser demasiado firme debido a que puede producir hinchazón en la parte distal de la extremidad.
La zona lesionada debe elevarse por encima del nivel del corazón de manera tal que la gravedad pueda facilitar el drenaje del líquido, lo cual reduce la hinchazón y, por ende, el dolor. Idealmente, el líquido drena hacia abajo desde la zona lesionada hasta el corazón (p. ej., para una lesión de la mano, el codo como así también la mano deben estar elevados). El hielo y la elevación de la extremidad lesionada deben utilizarse periódicamente durante las primeras 24 h después de la lesión aguda.
Control del dolor
En general, el control del dolor incluye el uso de analgésicos, típicamente paracetamol o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos deben evitarse en pacientes con insuficiencia renal, deshidratación, trastornos de coagulación o antecedentes de asma inducida por aspirina, de gastritis o de úlcera péptica. Sin embargo, si el dolor persiste durante > 72 h después de una lesión aparentemente leve, se recomienda la consulta con un especialista para la evaluación de lesiones adicionales o más graves. Estas lesiones se tratan según corresponda (p. ej., con inmovilización, a veces con corticosteroides inyectables).
Los corticosteroides sólo deben ser administrados por un especialista y cuando sea necesario debido a que pueden demorar la cicatrización de tejidos blandos y, a veces, debilitar las lesiones de tendones y músculos. La frecuencia de las inyecciones de corticoides deben ser monitorizadas por un especialista porque, si se aplican con demasiada frecuencia, puede aumentar el riesgo de degeneración tisular y rotura de ligamentos y tendones.
Actividad
En general, los atletas y deportistas lesionados deben evitar la actividad específica que produjo la lesión hasta después de la curación. Para mejorar su condición física, pueden realizar entrenamiento cruzado (es decir, realizar ejercicios diferentes o relacionados que no producen repeticiones de la lesión ni dolor). El reinicio de la actividad completa debe ser gradual una vez que haya desaparecido el dolor. Puede ser necesario reducir la amplitud de movimiento si el dolor es intolerable en ciertos puntos de movimiento. En un inicio, el ejercicio de zonas previamente lesionadas debe ser bajo en intensidad hasta que, de manera gradual, se fortalezcan los músculos, los tendones y los ligamentos debilitados sin correr el riesgo de volver a lesionarse. Por lo general, se evita la inmovilización completa si las lesiones son leves. Es más importante mantener una buena amplitud del movimiento, lo cual contribuye a dirigir la sangre a la zona lesionada para acelerar la cicatrización, que reasumir rápidamente la totalidad de la intensidad de entrenamiento por temor a perder el estado físico. La reanudación de la actividad plena debe ser gradual una vez que cese el dolor. Los atletas competitivos deben considerar la consulta con un profesional (p. ej., un fisioterapeuta, entrenador atlético).
Los atletas deben participar en un programa gradual para recuperar la flexibilidad, la fuerza y la resistencia. También deben sentirse psicológicamente preparados antes de volver a participar en una actividad con un rendimiento completo. A los deportistas que participan en competiciones les puede resultar útil el asesoramiento motivacional.
Los pacientes que tenían síntomas o signos de conmoción cerebral no deben volver a jugar ese día y se les recomienda descansar. Las actividades escolares y laborales, la conducción, el alcohol, la estimulación encefálica excesiva (p. ej., uso de ordenadores, televisión, videojuegos) y el esfuerzo físico deben evitarse durante la recuperación temprana para prevenir la prolongación o la exacerbación de los síntomas.
Prevención de lesiones deportivas
El propio ejercicio ayuda a prevenir las lesiones porque los tejidos se hacen más resistentes y tolerantes a las fuerzas que experimentan durante las actividades vigorosas. En general, la flexibilidad y el acondicionamiento generalizado son importantes para todos los atletas, como medio para evitar lesiones.
El calentamiento general aumenta la temperatura muscular y hace que los músculos sean más flexibles, más fuertes y más resistentes a la lesión; también facilita la realización del trabajo muscular porque mejora la preparación mental y física. Sin embargo, el estiramiento antes del ejercicio no se ha demostrado para prevenir lesiones.