Fracturas de los metatarsianos

PorDanielle Campagne, MD, University of California, San Francisco
Revisado/Modificado dic 2022 | Modificado ene 2023
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Datos clave

Las fracturas pueden producirse en los huesos largos de la parte media del pie (huesos metatarsianos).

Existen varios tipos diferentes de fracturas de metatarsianos, incluidas las fracturas por sobrecarga, las fracturas-luxaciones de Lisfranc y las fracturas del quinto metatarsiano. (Véase también Introducción a las fracturas.)

Fracturas por estrés de los metatarsianos

Las fracturas por fatiga son fracturas incompletas de los huesos debidas a tensiones repetidas más que a una lesión concreta.

  • Caminar o correr durante mucho tiempo puede provocar una fractura por sobreesfuerzo del metatarso.

  • Estas fracturas causan dolorimiento en el centro del pie y dolor cuando se coloca el peso completo sobre el pie.

  • Las fracturas por sobreesfuerzo pueden no ser visibles en las radiografías durante 2 a 3 semanas después de la lesión, por lo que los médicos realizan a veces una tomografía computarizada o imágenes por resonancia magnética, o bien pueden tratar el pie como si estuviera fracturado y repetir las radiografías al cabo de 2 semanas.

  • Normalmente, el único tratamiento necesario consiste en cesar la actividad que ha causado la fractura o que la agrava y utilizar muletas.

Las fracturas por sobrecarga de los metatarsianos pueden ocurrir cuando el sujeto camina o corre durante mucho tiempo, como cuando de repente empieza a hacer ejercicio durante más tiempo o más intensamente.

Síntomas de las fracturas por estrés

Las fracturas por sobrecarga de los huesos metatarsianos son sensibles al tacto. En estos casos, el dolor aumenta si el pie tiene que soportar todo el peso del cuerpo.

Diagnóstico de las fracturas por estrés

  • Radiografías

  • Algunas veces, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética nuclear (RMN)

Las fracturas por estrés no pueden verse en las radiografías si son pequeñas o si las radiografías se toman poco después de producirse la fractura (antes de que comience la reparación ósea). Al cabo de unas 2 a 3 semanas después de la lesión se puede observar en la radiografía una fractura por sobreesfuerzo a medida que se forma hueso nuevo para reparar la fractura (véase Cómo consolida el hueso).

En algunos casos se realiza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN) para comprobar si hay fracturas de sobreesfuerzo. (Véase también Diagnóstico de fracturas.)

Tratamiento de las fracturas por estrés

  • Evitar las actividades que han provocado o agravado la fractura por esfuerzo

  • Muletas

  • A veces, un calzado o una ortesis o un yeso

Cuando este tipo de fractura se detecta en su fase temprana, suele ser suficiente con cesar la actividad que la agrava y utilizar muletas.

Puede ser necesario utilizar un calzado de protección o una ortesis especial para caminar. A veces resulta necesario un molde de escayola.

Bota para caminar
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Imagen cortesía de Danielle Campagne, MD.

Fractura-luxación de Lisfranc

La fractura de Lisfranc es una fractura del segundo metatarsiano, que es el hueso que conecta el segundo dedo del pie con los huesos de la parte posterior del pie. La fractura-luxación de Lisfranc se produce cuando los fragmentos óseos se separan uno del otro (luxación).

  • La fractura-luxación de Lisfranc suele ser consecuencia de una caída sobre el pie flexionado o de un traumatismo de gran intensidad.

  • La parte central del pie está dolorida, hinchada y sensible al tacto y la parte inferior del pie puede presentar un hematoma.

  • Los médicos generalmente toman radiografías desde varios ángulos diferentes, pero también suele ser necesaria una tomografía computarizada para identificar la lesión.

  • Por lo general, las personas con una fractura-luxación de Lisfranc son derivadas a un traumatólogo para que realice una intervención quirúrgica con el fin de colocar y mantener en su lugar los fragmentos rotos de hueso o bien fusionarlos.

En una fractura-luxación de Lisfranc, el segundo metatarsiano se fractura en su base, y las piezas rotas se pueden separar una de la otra (luxación). La fractura-luxación de Lisfranc suele ocurrir cuando el sujeto cae sobre el pie cuando éste está flexionado, o cuando el pie recibe un traumatismo de gran intensidad. Esta lesión es frecuente en jugadores de fútbol, motociclistas y jinetes.

Fractura del segundo metatarsiano

El segundo metatarsiano se rompe cerca de su base, y los fragmentos se separan uno del otro (luxación). Esta lesión se denomina fractura-luxación de Lisfranc.

Síntomas de la fractura-luxación de Lisfranc

Los síntomas de una fractura-luxación de Lisfranc pueden ser leves o graves.

La parte central del pie se vuelve dolorosa, hinchada y sensible al tacto. Si la lesión es grave, el pie puede parecer acortado y su parte inferior puede presentar un hematoma. Algunas veces el área se siente entumecida.

La fractura-luxación de Lisfranc es grave y puede ocasionar dolor permanente y artritis. Puede aparecer un síndrome compartimental. Las personas afectadas pueden presentar problemas cuando realizan actividades extenuantes durante el resto de su vida.

Diagnóstico de fractura-luxación de Lisfranc

  • Radiografías

  • A menudo, una tomografía computarizada (TC)

Las radiografías se obtienen desde varios ángulos distintos, aunque la lesión puede ser difícil de visualizar. A menudo, también es necesaria una tomografía computarizada (TC) para diagnosticar una fractura-luxación de Lisfranc. La TC puede proporcionar imágenes más detalladas, tridimensionales de la lesión.

A veces, cuando la TC no está disponible, los médicos le piden a la persona que se ponga de pie sobre el pie lesionado y luego se toman radiografías. Si el hueso está fracturado, el peso de la persona hace que los huesos se separen más, de modo que el espacio entre los huesos rotos se visualiza en la radiografía y se puede diagnosticar la lesión. (Véase también Diagnóstico de fracturas.)

Tratamiento de la fractura-luxación de Lisfranc

  • Se debe remitir a la persona afectada a un traumatólogo

  • Cirugía para realinear los huesos rotos o fusionar los huesos del pie

Las personas con fractura-luxación de Lisfranc se suelen ingresar en el hospital y son atendidas por un traumatólogo lo antes posible.

Por regla general se requiere uno de los procedimientos siguientes:

  • Reducción abierta y fijación interna (RAFI): la RAFI consiste en colocar los fragmentos de hueso roto en su lugar y mantenerlos ahí con tornillos y placas de metal.

  • Fusión de los huesos del centro del pie: la fusión es similar a reducción abierta con fijación interna (RAFI). Los fragmentos de hueso roto se vuelven a colocar y mantener en su lugar, como en la RAFI, pero se colocan de manera que los huesos dañados de la parte media del pie puedan crecer juntos en una sola pieza sólida.

Pero estos procedimientos no siempre restablecen la condición previa del pie.

Si no se requiere cirugía, se utiliza un yeso para inmovilizar el pie y se indica al paciente que no apoye el pie sobre el suelo durante 6 semanas como mínimo.

Fracturas del quinto metatarsiano

Las fracturas del quinto metatarsiano se producen en el hueso que conecta el dedo pequeño del pie con los huesos de la parte posterior del pie.

  • El quinto hueso del metatarso puede estar fracturado en su base (cerca del tobillo) o en el medio (eje).

  • Estas fracturas pueden ser consecuencia de un giro hacia adentro del pie, una lesión por aplastamiento (para la base), una tensión repetida o una única lesión (para el eje).

  • Si la base de este hueso está fracturada, el borde exterior del pie está dolorido, hinchado y sensible al tacto.

  • Las fracturas de la base se suelen curar con relativa rapidez.

  • Si la diáfisis está fracturada, el suministro de sangre al hueso puede verse afectado, a veces ralentizando la curación o evitando que los huesos rotos vuelvan a crecer juntos.

  • Para diagnosticar las fracturas del quinto metatarsiano se toman radiografías desde varios ángulos diferentes.

  • El tratamiento de las fracturas de la base suele consistir en muletas y calzado o bota protectora de suela dura.

  • El tratamiento de las fracturas de la diáfisis puede consistir en un yeso corto (por debajo de la rodilla) en la pierna y muletas sin que se coloque peso sobre el pie lesionado o, a veces, cirugía.

El quinto metatarsiano es el hueso del pie que se fractura con más frecuencia. Estas fracturas suelen producirse

  • En la base del metatarsiano (cerca del tobillo)

  • En su diáfisis (la parte media) del metatarsiano

Fractura de Jones y fractura por avulsión (pseudo-Jones)

Fracturas de la base

La base del quinto metatarsiano se puede fracturar cuando el pie se gira hacia adentro o se aplasta. Estas fracturas se denominan a veces fracturas del bailarín o fracturas por avulsión (seudo-Jones).

El borde exterior del pie se vuelve doloroso, hinchado y sensible al tacto. Puede aparecer un hematoma.

Si el médico sospecha una fractura de la base, solicita radiografías tomadas desde varios ángulos diferentes.

Durante unos cuantos días, conviene utilizar muletas y un zapato o bota de suela dura que proteja la zona. No suele ser necesario un molde de yeso. Se recomienda a las personas afectadas que anden tan pronto como sea posible.

Con frecuencia, estas fracturas se curan con relativa rapidez.

Fracturas de la diáfisis

Las fracturas del eje pueden ser consecuencia de un sobreesfuerzo repetido (fracturas de sobreesfuerzo) o de una sola lesión.

Estas fracturas, llamadas fracturas de Jones, son menos comunes que las fracturas de la base.

Debido a que estas fracturas pueden interrumpir el suministro de sangre al hueso, son más probables las complicaciones. Por ejemplo, la fractura puede no llegar a consolidar (lo que se denomina seudoartrosis), o puede hacerlo muy lentamente (lo que se denomina retardo de consolidación).

Si el médico sospecha una fractura del eje, solicita radiografías tomadas desde varios ángulos diferentes.

Por lo general, se aplica un yeso corto (por debajo de la rodilla) para inmovilizar el tobillo, y el sujeto debe usar muletas y no puede apoyar el pie durante 6 semanas.

A veces es necesaria la cirugía, y se remite a la persona afectada a un traumatólogo. Se puede hacer una reducción abierta con fijación interna (RAFI) para volver a colocar los fragmentos del hueso fracturado en su sitio.

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