- Introducción a las infecciones del recién nacido
- Sepsis en el recién nacido
- Infecciones nosocomiales (intrahospitalarias o contraídas en el hospital) en recién nacidos
- Neumonía en los recién nacidos
- Meningitis bacteriana en recién nacidos
- Listeriosis en recién nacidos
- Conjuntivitis en el recién nacido
- Infección por el virus del herpes simple (VHS) en recién nacidos
- Infección por el virus de la hepatitis B (VHB) en recién nacidos
- Infección por citomegalovirus (CMV) en recién nacidos
- Rubéola en recién nacidos
- Sífilis en recién nacidos
- Toxoplasmosis en el recién nacido
- Tuberculosis (TB) en recién nacidos
La rubéola es una infección viral infantil típicamente leve que, sin embargo, puede tener consecuencias devastadoras para los fetos y bebés infectados antes del nacimiento.
La rubéola está causada por un virus.
El feto o el recién nacido pueden presentar síntomas dependiendo de cuándo se produjo la infección durante el embarazo.
Se pueden hacer análisis de sangre y análisis de otras muestras para detectar el virus en el feto, el recién nacido o la madre.
No existe un tratamiento específico para la infección.
La vacunación antes de quedarse embarazada puede evitar la infección del feto.
(Véase también Introducción a las infecciones en los recién nacidos y Rubéola en niños mayores y adultos.)
Cuando un bebé nace con rubéola, la infección se llama rubéola congénita. En la rubéola congénita, una mujer infectada durante las primeras 12 semanas de su embarazo transmite el virus al feto a través de la placenta (el órgano que proporciona alimento al feto). Esta infección del feto puede causar parto prematuro, abortos espontáneos, muerte intrauterina o múltiples anomalías congénitas graves. Cuanto más inicial es la etapa del embarazo en la que se produce la infección, mayor es el riesgo de anomalías graves.
La rubéola congénita es muy poco frecuente en Estados Unidos porque la vacunación contra la rubéola se ha convertido en sistemática.
Síntomas de la rubéola en recién nacidos
Según el momento del embarazo en el que se ha infectado el feto, este puede no presentar síntomas o puede ser mortinato.
Los bebés que sobreviven pueden presentar múltiples defectos congénitos. Estos defectos congénitos se conocen como síndrome de rubéola congénita (SRC).
Los síntomas más frecuentes del síndrome de rubéola congénita en los recién nacidos incluyen
Bajo peso al nacer
Inflamación del encéfalo
Daño a la retina (la estructura transparente y sensible a la luz en la parte posterior del ojo)
Aumento del tamaño del hígado y del bazo
Disminución de la densidad ósea
Los síntomas menos frecuentes son hematomas u otras manchas en la piel y ganglios linfáticos agrandados.
Diagnóstico de rubéola en recién nacidos
Pruebas para medir las concentraciones de anticuerpos en la sangre de la mujer embarazada
Análisis del líquido amniótico o de la sangre del feto
Pruebas para medir las concentraciones de anticuerpos y detectar el virus en el recién nacido
A las mujeres embarazadas se les realiza de forma sistemática un análisis de sangre durante las primeras etapas del embarazo para determinar si tienen anticuerpos contra la rubéola. Si se encuentran anticuerpos contra la rubéola en su sangre, se consideran inmunes. Si no se encuentran anticuerpos, la persona no es inmune. La prueba se repite en personas embarazadas que desarrollan síntomas de rubéola. Los médicos también analizan muestras de garganta, nariz u orina para determinar si una embarazada tiene el virus de la rubéola.
Los fetos pueden ser diagnosticados antes del nacimiento mediante el análisis del líquido amniótico o de la sangre.
A los recién nacidos sospechosos de sufrir síndrome de rubéola congénita se les debe analizar la sangre para medir las concentraciones de anticuerpos y se pueden tomar y analizar muestras para detectar el virus.
El recién nacido también se puede someter a otras pruebas como una punción lumbar y radiografías de los huesos para detectar anomalías causadas por el síndrome de rubéola congénita. Los recién nacidos también deben someterse a exámenes oculares y cardíacos exhaustivos.
Tratamiento de la rubéola en recién nacidos
Apoyo a los niños afectados
No existe un tratamiento específico.
El apoyo y la atención para un recién nacido con síndrome de rubéola congénita varían según el grado de los problemas que presente. Los niños que tienen complicaciones múltiples requieren tratamiento temprano por parte de un equipo de especialistas.
Prevención de la rubéola en recién nacidos
La rubéola puede prevenirse mediante la vacunación. En Estados Unidos, los bebés deben recibir una vacuna combinada contra sarampión, paperas y rubéola (MMR). La primera dosis se administra entre los 12 y los 15 meses de edad y la segunda dosis entre los 4 y los 6 años de edad. (Véase también Calendarios de vacunación infantil.)
Las mujeres que pueden quedarse embarazadas (pero que actualmente no lo están) y no son inmunes a la rubéola (según una prueba de sangre) o nunca han recibido la vacuna MMR deben recibir al menos 1 dosis de la vacuna MMR. Después de la vacunación, las mujeres no deben quedarse embarazadas durante los 28 días posteriores debido al daño potencial al feto.
Las mujeres embarazadas que no son inmunes a la rubéola deben evitar el contacto con cualquier persona que tenga rubéola y deben recibir la vacuna inmediatamente después de dar a luz para que puedan ser inmunes durante futuros embarazos. Las mujeres no se pueden vacunar durante el embarazo porque la vacuna contiene virus vivo que podría infectar al feto. Debido a este riesgo, todas las personas con capacidad de quedar embarazadas que reciban la vacuna contra la rubéola deben asegurarse de no quedarse embarazadas durante al menos 28 días después de la vacunación.