La artritis reactiva (anteriormente conocida como síndrome de Reiter) es una espondiloartritis que provoca inflamación de las articulaciones y de las zonas de inserción de los tendones en estas, a menudo relacionada con una infección.
El dolor y la inflamación articular se pueden presentar en respuesta a una infección, generalmente del tracto genitourinario o gastrointestinal.
También son frecuentes la inflamación de los tendones, las erupciones y el enrojecimiento ocular.
El diagnóstico se basa en los síntomas.
Los antiinflamatorios no esteroideos, la sulfasalazina y en ocasiones los medicamentos que deprimen la actividad del sistema inmunitario (como el metotrexato) son beneficiosos en el tratamiento de los síntomas.
La artritis reactiva se llama así porque la inflamación articular parece ser una reacción a una infección originada en el tracto digestivo (gastrointestinal) o en los órganos genitales o urinarios (genitourinario).
Hay dos formas comunes de artritis reactiva:
Una se presenta asociada a infecciones de transmisión sexual (ITS), como la infección por clamidias. Esta forma es más frecuente en hombres de 20 a 40 años de edad.
La otra forma suele aparecer después de infecciones intestinales por Shigella, Salmonella, Yersinia, Clostridioides difficile, o Campylobacter.
La mayoría de las personas que tienen estas infecciones no desarrollan artritis reactiva. Las personas que sí la desarrollan en tales circunstancias parecen tener una predisposición genética a este tipo de reacción, en parte relacionada con el mismo gen HLA-B27 encontrado en las personas que tienen espondilitis anquilosante. Existe alguna evidencia de que la bacteria clamidia y posiblemente otras bacterias se extienden realmente a las articulaciones, pero el papel de la infección y de la reacción inmunitaria a ella no está claro.
La artritis reactiva puede ir acompañada por inflamación de la conjuntiva y de las membranas mucosas (tales como las de la boca y los genitales) y por una erupción característica.
En comparación con las personas sin el gen HLA-B27, las personas con el gen HLA-B27 tienen una enfermedad más grave, incluida la artritis, que dura más tiempo.
También se puede desencadenar la artritis reactiva con un tratamiento para el cáncer de vejiga denominado inyección de Bacille Calmette-Guerin.
En muchas personas, no se puede encontrar ninguna infección que haya precedido a la artritis reactiva.
Síntomas de la artritis reactiva
En la artritis reactiva, el dolor y la inflamación articulares pueden ser leves o graves, pero el daño articular es poco frecuente. Se suelen afectar varias articulaciones al mismo tiempo, en especial las rodillas, las articulaciones de los dedos de los pies y las zonas en donde los tendones se insertan en los huesos, como los talones. A menudo, las grandes articulaciones de las extremidades inferiores son las más afectadas. La artritis reactiva afecta con frecuencia a las articulaciones de forma menos simétrica que la artritis reumatoide. Los tendones pueden estar inflamados y dolorosos. Puede aparecer dolor de espalda, más comúnmente en personas portadoras del gen HLA-B27 o cuando la enfermedad es grave. Entre otros síntomas se incluyen febrícula, pérdida de peso y fatiga excesiva.
También se produce inflamación de la uretra (uretritis, conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo), habitualmente entre 7 y 14 días después una infección (después de mantener relaciones sexuales, o en ocasiones después de haber sufrido diarrea).
En los varones, la inflamación de la uretra causa dolor moderado y supuración del pene o una erupción formada por úlceras pequeñas y a menudo indoloras localizada en el glande (balanitis circinada). La próstata puede estar inflamada y dolorosa.
Los síntomas genitales y urinarios en las mujeres, si es que aparecen, suelen ser leves y consisten en una ligera secreción vaginal o molestias al orinar.
La conjuntiva (la membrana que reviste el párpado y cubre el globo ocular) se enrojece e inflama, causando picor o ardor y sensibilidad a la luz. A veces el dolor y el lagrimeo excesivo afectan al ojo.
Pueden aparecer pequeñas úlceras en la boca y en la lengua, que suelen ser indoloras o que duelen un poco al tocarlas. En ocasiones, aparece una erupción característica, constituida por manchas duras y gruesas en la piel, especialmente en las palmas de las manos y en las plantas de los pies y alrededor de las uñas (queratodermia blenorrágica).
En raras ocasiones, se desarrollan complicaciones en el corazón y los vasos sanguíneos (como la inflamación de la aorta), inflamaciones de las membranas que recubren los pulmones, insuficiencia de la válvula aórtica y síntomas cerebrales y de la médula espinal o del sistema nervioso periférico (que incluye todos los nervios que están fuera del cerebro y de la médula espinal).
El eritema nudoso (inflamación de la capa de grasa debajo de la piel que produce bultos rojos o violetas sensibles debajo de la piel) puede aparecer en personas con artritis reactiva, especialmente después de una infección por Yersinia.
Las llagas de esta foto son superficiales y relativamente indoloras. Las llagas son el resultado de la inflamación en algunas personas que tienen artritis reactiva.
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Esta foto muestra placas similares a la psoriasis, enrojecimiento generalizado y descamación marcada en la palma de la mano en una persona con artritis reactiva.
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En algunas personas, la clamidia causa artritis reactiva, a veces acompañada de alteraciones en la piel de los pies (queratodermia blenorrágica).
Imagen cortesía de Susan Lindsley via the Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.
Diagnóstico de artritis reactiva
Radiografías
La combinación de síntomas articulares y una infección previa, especialmente si la persona presenta síntomas genitales, urinarios, cutáneos y oculares, lleva al médico a sospechar la artritis reactiva. Debido a que estos síntomas pueden no aparecer simultáneamente, la enfermedad puede no ser diagnosticada hasta pasados varios meses.
No hay pruebas de laboratorio simples que permitan confirmar el diagnóstico de artritis reactiva, pero a veces se realizan radiografías para valorar el estado de las articulaciones. Se deben hacer pruebas para descartar otros trastornos que causan síntomas similares.
Tratamiento de la artritis reactiva
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos
A veces, sulfasalazina, metotrexato o un inhibidor del factor de necrosis tumoral (TNF)
A veces, inyecciones de corticoesteroides
Fisioterapia
Cuando la artritis reactiva tiene su origen en una infección en los genitales o en las vías urinarias, se administran antibióticos, aunque este tratamiento no siempre alivia la artritis y no se conoce su duración óptima.
La inflamación articular suele tratarse con un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Se usan la sulfasalazina o fármacos que inhiben el sistema inmunitario (como el metotrexato), igual que en la artritis reumatoide. A las personas cuyos síntomas no se alivian con los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) y los fármacos antirreumáticos sintéticos convencionales (fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, específicamente la sulfasalazina y el metotrexato) se les puede administrar un inhibidor del factor de necrosis tumoral (TNF por sus siglas en inglés).
También se pueden inyectar corticoesteroides en una articulación gravemente inflamada o en los tendones inflamados para aliviar los síntomas.
La fisioterapia es útil para mantener la movilidad articular durante la fase de recuperación.
La conjuntivitis y las llagas en la piel no suelen necesitar tratamiento, excepto para aliviar los síntomas, aunque la inflamación ocular grave (uveítis) pueden requerir corticoesteroides y gotas oftálmicas.
Los médicos pueden examinar a las personas con artritis reactiva para detectar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y otras infecciones de transmisión sexual y puede recomendar el tratamiento a las parejas sexuales.
Pronóstico de la artritis reactiva
En la mayoría de las personas, los síntomas iniciales de la artritis reactiva desaparecen en 3 o 4 meses. Sin embargo, hasta el 50% de las personas tienen, durante varios años, inflamación articular recurrente u otros síntomas, especialmente aquellas personas con infección por clamidias o que tienen el gen HLA-B27.
Pueden desarrollarse deformidades de las articulaciones, la columna y las articulaciones entre la columna vertebral y el hueso de la cadera (la articulación sacroilíaca) si los síntomas persisten o reaparecen con frecuencia. Algunas personas afectadas por artritis reactiva llegan a una situación de invalidez permanentemente.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
Arthritis Foundation: información sobre la artritis reactiva y los tratamientos disponibles, consejos sobre el estilo de vida y otros recursos