Los trastornos parafílicos son fantasías recurrentes e intensas de excitación sexual, pulsiones o comportamientos sexuales angustiosos o incapacitantes y que involucran objetos inanimados, niños o adultos sin consentimiento, o el sufrimiento o la humillación de la persona o una pareja con probabilidad de causar daño.
Las parafilias implican la excitación sexual ante objetos, situaciones y/o destinatarios atípicos (p. ej., niños, cadáveres, animales). Sin embargo, algunas parafilias que parecen inusuales para otra persona, no alcanzan el nivel de un trastorno parafílico simplemente porque son inusuales. Las personas pueden tener intereses parafílicos pero no cumplen los criterios para un trastorno parafílico.
Los patrones de excitación sexual no convencionales en las parafilias se consideran trastornos patológicos sólo cuando ambas de las siguientes características aplican:
Son intensos y persistentes.
Provocan una angustia o un deterioro significativo en las áreas social, laboral o de otras áreas importantes de funcionalidad, o dañan o tienen el potencial de dañar a otros (p. ej., niños, adultos sin consentimiento)
Las personas con un trastorno parafílico pueden tener una alteración en la capacidad de sentir afecto y de mantener una intimidad emocional sexual recíproca con su pareja. También puede haber alteraciones de otros aspectos del ajuste personal y emocional.
El patrón de la excitación erótica suele estar bien desarrollado antes de la pubertad. Al menos hay 3 procedimientos pueden ser implicados:
La ansiedad o un trauma emocional precoz interfieren con el desarrollo psicosexual normal.
El patrón estándar de excitación es reemplazado por otro, en ocasiones a través de una exposición precoz a una experiencia con una clara carga sexual que refuerza la experiencia inusual de placer sexual de la persona.
El patrón de excitación sexual a menudo adquiere elementos simbólicos y de condicionamiento (p. ej., un fetiche simboliza el objeto de excitación, pero también puede haber sido elegido porque se asoció accidentalmente con la curiosidad, el deseo y la excitación).
Existe controversia sobre si el desarrollo de todas las parafilias es consecuencia de estos procesos psicodinámicos, y en algunas parafilias se encuentran signos de una alteración del funcionamiento cerebral y la anatomía funcional (p. ej., en la pedofilia).
En la mayoría de las culturas, las parafilias son bastante más frecuentes entre los varones. Es posible que existan razones biológicas para esta distribución desigual, pero no se conocen bien.
Se han descrito decenas de parafilias, pero la mayoría son poco frecuentes o raras. Los trastornos parafílicos más frecuentes son
Algunas parafilias (como la pedofilia, el frottereurismo, el voyeurismo, algunas formas de exhibicionismo) son ilegales y pueden resultar en encarcelamiento y registro de por vida como agresor sexual. Algunos de estos agresores también tienen trastornos de la personalidad graves (p. ej., antisocial, narcisista), lo que dificulta el tratamiento.
A menudo hay más de un trastorno de parafilia en una misma persona.
Hay guías sobre los fármacos disponibles que pueden consultar los médicos que tratan a pacientes con trastornos parafílicos, (1).
Referencia general
1. Thibaut F, Cosyns P, Fedoroff JP, et al: The World Federation of Societies of Biological Psychiatry (WFSBP) 2020 guidelines for the pharmacological treatment of paraphilic disorders. World J Biol Psychiatry 21(6):412-490, 2020. doi: 10.1080/15622975.2020.1744723