La esquizofrenia se caracteriza por psicosis (pérdida de contacto con la realidad), alucinaciones (percepciones falsas), ideas delirantes (creencias falsas), habla y conductas desorganizadas, afecto aplanado (rango restringido de emociones), déficits cognitivos (deterioro del razonamiento y la resolución de problemas) y disfunción laboral y social. La causa se desconoce, pero la evidencia que avala la participación de componentes genético y ambiental es significativa. Los síntomas comienzan habitualmente en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Uno o más episodios de síntomas deben durar ≥ 6 meses antes de establecer el diagnóstico. El tratamiento consiste en farmacoterapia, terapia cognitiva y rehabilitación psicosocial. La detección y el tratamiento temprano mejoran el funcionamiento a largo plazo.
(Véase también Introducción a la esquizofrenia y trastornos relacionados.)
La psicosis se refiere a síntomas tales como delirios, alucinaciones, pensamiento y lenguaje desorganizado y comportamiento motor extraño e inapropiado (incluyendo la catatonia) que indican pérdida de contacto con la realidad.
La prevalencia de la esquizofrenia en todo el mundo es del 1%. La cifra es comparable entre hombres y mujeres y se mantiene relativamente constante en distintos entornos culturales. La vida urbana, la pobreza, los traumas infantiles, el abandono y las infecciones prenatales son factores de riesgo y, además, existe una predisposición genética. La condición comienza en la adolescencia tardía y dura toda la vida, por lo general con una función psicosocial deficiente a partir de entonces.
La edad promedio de su inicio es a principios o mediados de la tercera década en las mujeres y un poco antes en los hombres; alrededor del 40% de los hombres tiene su primer episodio antes de los 20 años. Es raro que comience en la infancia; puede producirse al comienzo de la adolescencia o en la ancianidad (cuando se conoce, a veces, como parafrenia).
Etiología de la esquizofrenia
Aunque sus causas y sus mecanismos específicos son desconocidos, la esquizofrenia tiene una base biológica, como lo demuestra
Alteraciones de la estructura encefálica (p. ej., aumento de tamaño de los ventrículos cerebrales, adelgazamiento de la corteza, reducción del tamaño del hipocampo anterior y otras regiones del encéfalo)
Cambios en la neuroquímica, especialmente actividad alterada de los marcadores de la transmisión de dopamina y glutamato
Factores de riesgo genético recientemente demostrados (1)
Según algunos expertos, la esquizofrenia aparece con más frecuencia en personas vulnerables durante el desarrollo nervioso, y el inicio, la remisión y la recidiva de los síntomas son el resultado de las interacciones producidas entre estas vulnerabilidades duraderas y los factores estresantes medioambientales.
Vulnerabilidad durante el desarrollo nervioso
Aunque la esquizofrenia rara vez se manifiesta en la primera infancia, los factores de la infancia influyen en el inicio de la enfermedad en la edad adulta. Estos factores son
Predisposición genética
Complicaciones intrauterinas, durante o después del parto
Infecciones virales del sistema nervioso central
Traumatismo y abandono infantil
Aunque muchas personas con esquizofrenia no tienen antecedentes familiares, los factores genéticos se han implicado con intensidad. Las personas con un familiar de primer grado con esquizofrenia tienen un riesgo del 10-12% de desarrollar el trastorno frente a un riesgo del 1% en la población general. La concordancia entre los gemelos monocigotos es de alrededor del 45%.
La exposición materna al hambre y la gripe en el segundo trimestre del embarazo, el peso al nacimiento < 2.500 g, la incompatibilidad Rh durante el segundo embarazo y la hipoxia aumentan el riesgo.
Los estudios neurobiológico y neuropsiquiátrico muestran un aumento de la incidencia de pruebas de seguimiento visual aberrante, deterioro de la cognición y la atención, y una captación deficiente de los estímulos sensitivos entre los pacientes con esquizofrenia que entre la población general. Estos hallazgos también pueden aparecer entre los familiares de primer grado de las personas con esquizofrenia, y de hecho en pacientes con muchos otros trastornos psicóticos, y pueden representar un componente de vulnerabilidad hereditario. La coincidencia de estos hallazgos en los trastornos psicóticos sugiere que nuestras categorías diagnósticas convencionales no reflejan distinciones biológicas subyacentes entre las psicosis (1).
Factores estresantes medioambientales
Los factores estresanes ambientales pueden desencadenar la aparición o recaída de los síntomas psicóticos en los individuos vulnerables. Los factores estresantes pueden ser primariamente farmacológicos (p. ej., abuso de sustancias, en especial marihuana) o sociales (p. ej., quedar desempleados o en la pobreza, salir de casa para ir a la universidad, romper una relación romántica o unirse a las fuerzas armadas). Existe evidencia nueva que indica que los eventos ambientales pueden iniciar cambios epigenéticos que podrían influir en la transcripción de genes y el inicio de la enfermedad.
Los factores protectores que mitigan el efecto del estrés sobre la formación o la exacerbación de los síntomas incluyen un apoyo psicosocial sólido, habilidades de adaptación bien desarrolladas y el tratamiento con fármacos antipsicóticos.
Referencia de la etiología
1. Schizophrenia Working Group of the Psychiatric Genomics Consortium: Biological insights from 108 schizophrenia-associated genetic loci. Nature 511(7510):421-427, 2014. doi: 10.1038/nature13595
Signos y síntomas de la esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad crónica que puede atravesar distintas fases, aunque la duración y los patrones de cada una de ellas son variables. Los pacientes con esquizofrenia en general han tenido síntomas psicóticos una media de 8-15 meses antes de acudir a la consulta médica pero el trastorno en la actualidad suele reconocer en un período más temprano.
Los síntomas de esquizofrenia deterioran típicamente la capacidad de realizar funciones cognitivas y motoras complejas y difíciles; por lo tanto, los síntomas a menudo crean una clara interferencia con el desempeño laboral, las relaciones sociales y el cuidado de sí mismo. El desempleo, el aislamiento y el deterioro de las relaciones y de la calidad de vida son resultados frecuentes.
Fases de la esquizofrenia
En la fase prodrómica, los individuos pueden no mostrar síntomas o sufrir un descenso de la competencia social, una desorganización cognitiva leve o una distorsión de la percepción, una disminución de la capacidad de experimentar placer (anhedonia) y otros defectos de adaptación. Estos rasgos pueden ser leves y se reconocen sólo de manera retrospectiva, o pueden ser más apreciables con un deterioro de la funcionalidad social, académica y vocacional.
En la fase prodrómica, aparecen síntomas subclínicos con retraimiento o aislamiento, irritabilidad, suspicacia, pensamientos inusuales, distorsiones de la percepción y desorganización (1). El inicio de la esquizofrenia manifiesta (ideas delirantes y alucinaciones) puede ser brusco (en días o semanas) o lento e insidioso (durante años). Pero, incluso en una fase prodrómica avanzada, solo un porcentaje (< 40%) tiende a desarrollar esquizofrenia completa.
En la fase de psicosis temprana, los síntomas son activos y, a menudo presentan gravedad máxima.
En la fase intermedia, los períodos sintomáticos pueden ser episódicos (con exacerbaciones y remisiones identificables) o continuos; los defectos funcionales tienden a empeorar.
En la fase tardía de la enfermedad, el patrón puede quedar establecido pero existe una variabilidad considerable; la incapacidad puede mantenerse, empeorar o incluso disminuir.
Categorías de los síntomas en la esquizofrenia
En general, los síntomas se clasifican en
Positivos: alucinaciones y delirios
Negativos: disminución o pérdida de las funciones normales y el estado afectivo
Desorganizados: trastornos del pensamiento y conducta bizarra
Cognitivos: déficits de la memoria, el procesamiento de la información y la resolución de problemas
Una persona puede presentar síntomas en una o todas las categorías.
Los síntomas positivos pueden clasificarse también como
Ideas delirantes
Alucinaciones
Las ideas delirantes son creencias erróneas que se mantienen a pesar de la evidencia contradictoria clara. Hay varios tipos de ideas delirantes:
Ideas delirantes persecutorias: el paciente cree que están atormentándolo, lo siguen, lo engañan o lo espían.
Ideas delirantes de referencia: los pacientes creen que algunos pasajes de libros, periódicos, canciones u otras señales del entorno están dirigidos contra ellos.
Ideas delirantes de robo o de inserción de pensamientos: los pacientes creen que los demás pueden leer su mente, que sus pensamientos son transmitidos a otros y que los pensamientos e impulsos le son impuestos por fuerzas extrañas
Las ideas delirantes en la esquizofrenia tienden a ser extrañas, es decir, claramente inverosímiles y no derivan de las experiencias de la vida cotidiana (p. ej., la creencia de que alguien extirpó sus órganos internos sin dejar cicatriz).
Las alucinaciones son percepciones sensoriales que no son percibidas por ningún otro. Pueden ser auditivas, visuales, olfatorias, gustativas o táctiles, pero las auditivas son las más frecuentes. Los pacientes pueden oír voces que comentan su comportamiento, hablan entre sí o hacen comentarios críticos o abusivos. Las ideas delirantes y las alucinaciones pueden ser muy irritantes para los pacientes.
Los síntomas negativos (de déficit) incluyen
Afecto aplanado: la cara del paciente es inexpresiva, ausencia de contacto ocular y falta de expresividad.
Pobreza del habla: el paciente habla poco y ofrece respuestas secas o lacónicas a las preguntas, con lo que da la impresión de un vacío interior
Anhedonia: falta de interés en las actividades y un aumento de otras actividades sin un fin concreto.
Falta de sociabilidad: falta de interés por mantener relaciones con los demás.
Los síntomas negativos a menudo conducen a una escasa motivación y una disminución del sentido de propósito y de los objetivos.
Los síntomas desorganizados, que pueden ser considerados un tipo de síntoma positivo, consisten en
Trastornos del pensamiento
Conductas extrañas
El pensamiento está desorganizado, con un discurso que se va por las ramas y no se dirige a ningún objeto en concreto, que va cambiando de un tema a otro. El habla puede variar desde levemente desorganizada a incoherente e incomprensible. La conducta extravagante puede consistir en tonterías infantiles, agitación y un aspecto, higiene o conducta inapropiados. La catatonía es un ejemplo extremo de comportamiento bizarro que puede incluir mantener una postura rígida y resistirse a ser movido, o presentar una actividad motora que no tiene ningún objetivo y no es estimulada.
Los déficits cognitivos incluyen deterioros en las siguientes situaciones:
Atención
Velocidad de procesamiento
Memoria de trabajo y declarativa
Pensamiento abstracto
Resolución de problemas
Comprensión de las interacciones sociales
El pensamiento del paciente puede ser inflexible y disminuyen la capacidad de solucionar problemas, entender los puntos de vista de otras personas y aprender de la experiencia. Un deterioro cognitivo grave es el principal determinante de la discapacidad global.
Subtipos de esquizofrenia
Algunos expertos clasifican la esquizofrenia en los subtipos con y sin déficit basados en la presencia y la intensidad de los síntomas negativos, como el afecto aplanado, la falta de motivación y una disminución del sentido de propósito.
Los pacientes con el subtipo deficitario tienen síntomas negativos prominentes que no se explican por los demás factores (p. ej., depresión, ansiedad, entorno poco estimulante o reacciones adversas a fármacos).
Las personas con un subtipo sin déficit pueden tener ideas delirantes, alucinaciones y trastornos del pensamiento, pero están relativamente libres de síntomas negativos.
Los subtipos de esquizofrenia reconocidos previamente (paranoide, desorganizada, catatónica, residual, no diferenciada) resultaron no ser válidos o fiables y ya no se los utiliza.
Suicidio
Alrededor del 5 al 6% de los pacientes con esquizofrenia se suicidan, y alrededor del 20% lo intentan; muchos más tienen ideación suicida significativa. El suicidio es la principal causa de muerte prematura entre las personas con esquizofrenia y explica, al menos en parte, por qué el trastorno reduce la supervivencia un promedio de 10 años en las personas afectadas.
El riesgo puede ser especialmente alto para varones jóvenes con esquizofrenia y trastorno por uso de sustancias. El riesgo también es mayor en los pacientes que tienen síntomas depresivos o sentimientos de desesperanza, que no tienen empleo, o que recientemente han tenido un episodio psicótico o fueron dados de alta del hospital.
Los pacientes que tienen un inicio tardío de la enfermedad y una buena funcionalidad antes de la ella, es decir, aquellos con el mejor pronóstico de recuperación, también tienen un riesgo mayor de suicidio. Como estos pacientes conservan la capacidad de sufrir un dolor y una angustia profundos, pueden ser más propensos a actuar con desesperación a partir del reconocimiento realista del efecto que tiene su trastorno.
Violencia
La esquizofrenia es un factor de riesgo sorprendentemente escaso para el comportamiento violento. Las amenazas de violencia y los leves de agresividad son más frecuentes que los comportamientos muy peligrosos. De hecho, las personas con esquizofrenia son en general menos violentas que las que no tienen esquizofrenia.
Los pacientes que tienen más probabilidades de participar en acciones violentas son aquellos con trastornos por uso de sustancias, ideas delirantes de persecución o alucinaciones en las que les dan órdenes, y también aquellos que no toman los fármacos prescritos. Muy rara vez, una persona paranoide aislada y con depresión importante ataca o mata a alguien a quien percibe como la única fuente de sus dificultades (p. ej., una autoridad, una celebridad o su cónyuge).
Referencia de los síntomas
1. Tsuang MT, Van Os J, Tandon R, et al: Attenuated psychosis syndrome in DSM-5. Schizophr Res 150(1):31–35, 2013. doi: 10.1016/j.schres.2013.05.004
Diagnóstico de la esquizofrenia
Criterios clínicos (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, quinta edición [DSM-5])
Combinación de antecedentes, signos y síntomas
Cuanto antes se realice el diagnóstico y el tratamiento, mejor será el resultado.
No existe una prueba para el diagnóstico definitivo de esquizofrenia. Éste se basa en la evaluación exhaustiva de los antecedentes, los signos y los síntomas. La información obtenida de fuentes colaterales, como la familia, los amigos, los profesores y los compañeros de trabajo, es importante.
De acuerdo con el DSM-5, el diagnóstico de la esquizofrenia requiere la presencia de los dos elementos siguientes:
≥ 2 síntomas característicos (ideas delirantes, alucinaciones, habla y comportamiento desorganizados, síntomas negativos) durante una parte significativa de un período de 6 mes (los síntomas deben incluir al menos uno de los 3 primeros)
Signos prodrómicos o atenuados de la enfermedad con deterioro social, ocupacional o de los cuidados personales evidentes durante un período de 6 meses que incluya 1 mes de síntomas activos
Diagnósticos diferenciales
La psicosis debida a otros trastornos médicos o a trastornos por abuso de sustancias debe descartarse mediante la anamnesis y el examen físico con pruebas de laboratorio y estudios de neuroimagen (Evaluación médica del paciente con síntomas mentales). Aunque algunos pacientes con esquizofrenia tienen anomalías estructurales cerebrales en los estudios por la imagen, no son suficientemente específicos como para tener valor diagnóstico.
Otros trastornos mentales con síntomas similares incluyen varios que están relacionados con la esquizofrenia:
Además, los trastornos del estado de ánimo pueden producir psicosis en algunas personas.
Las pruebas neuropsicológicas, los estudios de diagnóstico por imágenes del cerebro, el electroencefalograma y otras pruebas de la función cerebral (p. ej., seguimiento ocular) no ayudan a distinguir entre los principales trastornos psicóticos. Sin embargo, las primeras investigaciones (1) sugieren que los resultados de dichas pruebas se pueden usar para agrupar a los pacientes en 3 biotipos de psicosis distintos que no corresponden a las categorías de diagnóstico clínico actuales.
Algunos trastornos de la personalidad (en especial el esquizotípico) presentan síntomas similares a los de la esquizofrenia, aunque son habitualmente más leves y no implican psicosis.
Referencia del diagnóstico
1.Clementz BA, Sweeney JA, Hamm JP, et al: Identification of distinct psychosis biotypes using brain-based biomarkers. Am J Psychiatry 173(4): 373-384, 2016. doi: 10.1176/appi.ajp.2015.14091200
Pronóstico de la esquizofrenia
Los estudios derivados de la iniciativa RAISE (Recovery After an Initial Schizophrenia Episode, Recuperación después de un episodio de esquizofrenia inicial) han demostrado que cuanto antes se inicie el tratamiento y cuanto más intenso sea, mejor será el resultado (1).
Durante los 5 primeros años tras el inicio de los síntomas puede sufrirse un deterioro de la funcionalidad y disminuyen las habilidades sociales y laborales, con un descuido progresivo de los cuidados personales. Los síntomas negativos pueden aumentar de intensidad y el funcionamiento cognitivo puede declinar. Después, el nivel de discapacidad tiende a alcanzar una meseta. Cierta evidencia sugiere que la intensidad de la enfermedad puede disminuir en edades más avanzadas, sobre todo entre las mujeres. Los trastornos espontáneos del movimiento pueden aparecer en pacientes que tienen síntomas negativos y disfunción cognitiva aunque no se utilicen fármacos antipsicóticos.
La esquizofrenia puede aparecer en otros trastornos mentales. Cuando se asocia con síntomas obsesivo-compulsivos graves, tiene un pronóstico particularmente malo; cuando aparecen síntomas de un trastorno límite de la personalidad, el pronóstico es mejor. Aproximadamente el 80% de las personas con esquizofrenia tendrá 1 o más episodios de depresión mayor en algún momento de su vida.
En el primer año después del diagnóstico, el pronóstico está estrechamente relacionado con el cumplimiento del tratamiento con los fármacos psicoactivos que se prescriban y evitar el uso de drogas recreativas.
En conjunto, un tercio de los pacientes logra una mejoría significativa y duradera, otro tercio mejora un poco pero tiene recidivas intermitentes y discapacidad residual, y otro tercio sufre una discapacidad grave. Sólo el 15% de todos los pacientes volverá totalmente a su nivel de funcionalidad previo a la enfermedad.
Los factores asociados con un buen pronóstico son
Una buena funcionalidad premórbida (p. ej., ser un buen estudiante o tener un currículum de trabajo importante)
Una enfermedad de inicio tardío o brusco
Antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo distintos de la esquizofrenia
Deterioro cognitivo mínimo
Pocos síntomas negativos
Menor duración de la psicosis no tratada
Los factores asociados con un mal pronóstico son
Una edad precoz en el momento del inicio
Una mala funcionalidad antes de la enfermedad
Antecedentes familiares de esquizofrenia
Muchos síntomas negativos
Psicosis no tratada de larga duración
Los hombres tienen una evolución peor que las mujeres, y éstas responden mejor al tratamiento con fármacos antipsicóticos.
El abuso de sustancias es un problema significativo en muchas personas con esquizofrenia. Existen evidencias que indican que el consumo de marihuana o de alucinógenos es muy perjudicial para los pacientes que tienen esquizofrenia y debe desaconsejarse enérgicamente y tratarse en forma agresiva de estar presente. El abuso asociado de sustancias es un factor predictivo significativo de mala evolución y puede provocar el incumplimiento del tratamiento farmacológico, recidivas repetidas, reinternación frecuente, disminución de la funcionalidad y pérdida del apoyo social, incluida pérdida del hogar.
Referencia del pronóstico
1. RAISE: Recovery After an Initial Schizophrenia Episode—A Research Project of the National Institute of Mental Health (NIMH). Accedido el 14/01/22.
Tratamiento de la esquizofrenia
Rehabilitación, que incluye terapia cognitiva, entrenamiento basado en la comunidad y servicios de apoyo
Psicoterapia orientada al entrenamiento de la resiliencia
El tiempo entre el inicio de los síntomas psicóticos y el primer tratamiento se correlaciona con la rapidez de la respuesta al tratamiento inicial y la calidad de la respuesta al tratamiento. Cuando se trata de manera precoz, los pacientes responden con mayor rapidez y más completamente. Sin el uso continuado de antipsicóticos después de un episodio inicial, el 70-80% de los pacientes tendrá un episodio posterior antes de los 12 meses. El uso continuo de los antipsicóticos reduce la tasa de recidivas al año aproximadamente al 30% o menos con fármacos de duración prolongada. El tratamiento farmacológico se continúa durante al menos 1 a 2 años después de un primer episodio. Si los pacientes han estado enfermos por mucho tiempo, el tratamiento se prolonga varios años.
La detección temprana y el tratamiento multifacético han transformado la atención de los pacientes con trastornos psicóticos como la esquizofrenia. La atención especializada coordinada, que incluye entrenamiento de resistencia, terapia personal y familiar, aborda la disfunción cognitiva y el empleo con apoyo, es una contribución importante a la recuperación psicosocial.
Los objetivos generales para el tratamiento de la esquizofrenia son
Reducir la gravedad de los síntomas psicóticos
Preservar la función psicosocial
Prevenir la recaída de los episodios sintomáticos y el deterioro asociado de la funcionalidad
Reducir el uso de drogas recreativas
Los antipsicóticos, la rehabilitación en servicios de apoyo comunitario y la psicoterapia son los principales componentes del tratamiento. Como la esquizofrenia es una enfermedad recurrente a largo plazo, uno de los objetivos más importantes es enseñar a los pacientes habilidades para el autocontrol de la enfermedad. Proporcionar información sobre el trastorno (psicoeducación) a los padres de pacientes más jóvenes puede reducir la tasa de recaídas (1, 2). (Véase también the American Psychiatric Association’s Practice Guideline for the Treatment of Patients With Schizophrenia, 3rd Edition.)
Los fármacos antipsicóticos se dividen en antipsicóticos de primera generación y antipsicóticos de segunda generación sobre la base de la afinidad y la actividad específicas de los receptores de neurotransmisores. Los antipsicóticos de segunda generación tienen algunas ventajas, tanto por su eficacia un poco mayor (aunque algunas pruebas recientes plantean dudas sobre la ventaja de los antipsicóticos de segunda generación como clase) y porque se disminuye la probabilidad de un trastorno involuntario del movimiento y otras reacciones adversas relacionadas. Sin embargo, el riesgo de un síndrome metabólico (exceso de adiposidad abdominal, resistencia a la insulina, dislipidemia e hipertensión) es mayor con los antipsicóticos de segunda generación que con los antipsicóticos convencionales. Varios antipsicóticos de ambas clases pueden causar síndrome de QT largo y, finalmente, aumentar el riesgo de arritmias letales; estos medicamentos incluyen tioridazina, haloperidol, olanzapina, risperidona y ziprasidona.
Rehabilitación y servicios de apoyo comunitario
Los programas de entrenamiento en habilidades psicosociales y rehabilitación vocacional ayudan a muchos pacientes a trabajar, encargarse de las compras y cuidar de sí mismos; a llevar adelante una casa, salir con otros y trabajar con los profesionales de salud mental.
El empleo supervisado, en el cual los pacientes se ven sometidos a un entorno laboral competitivo y se les proporciona un entrenador en el puesto de trabajo para favorecer su adaptación, puede ser particularmente valioso. Con el tiempo, este entrenador laboral actúa sólo como un apoyo para la solución de problemas.
Los servicios de apoyo permiten a muchos pacientes con esquizofrenia vivir en la comunidad. Aunque la mayoría puede llevar una vida independiente, algunos requieren apartamentos supervisados en los que hay un especialista que comprueban el cumplimiento del tratamiento farmacológico. Los programas proporcionan un nivel gradual de supervisión en diferentes ámbitos residenciales, que varían entre un apoyo de 24 horas hasta visitas periódicas a domicilio. Estos programas ayudan a favorecer la autonomía del paciente a la vez que proporcionan suficiente atención para disminuir la probabilidad de recidivas y la necesidad de reinternación. Los programas terapéuticos asertivos comunitarios (assertive community treatment programs) proporcionan servicios en el hogar del paciente o en otro lugar de residencia y se basan en una buena relación personal-paciente; los equipos terapéuticos proporcionan directamente todos o casi todos los servicios necesarios.
La internación o la asistencia de la crisis en otro hospital pueden ser necesarios durante las recidivas graves, y la internación involuntaria puede ser necesaria si el paciente supone un peligro para sí mismo o para los demás. A pesar de que se proporcione la mejor rehabiltación y los mejores servicios de apoyo comunitario, hay un pequeño porcentaje de pacientes, en particular aquellos que tienen defectos cognitivos graves y los que son resistentes al tratamiento farmacológico, que requieren atención prolongada en un centro u otras medidas de apoyo.
La terapia de rehabilitación cognitiva ayuda a algunos pacientes. Esta terapia está diseñada para mejorar la función neurocognitiva (p. ej., la atención, la memoria operativa, la función ejecutiva) y para ayudar a los pacientes a aprender o volver a aprender cómo hacer las tareas. Esta terapia puede permitir a los pacientes funcionar mejor.
Psicoterapia
El objetivo de la psicoterapia en la esquizofrenia es desarrollar una relación de colaboración entre el paciente, la familia y el médico, de manera que el paciente pueda aprender a controlar su enfermedad, tomar los fármacos que se prescriben y manejar el estrés de una manera más eficiente.
Aunque la psicoterapia individual combinada con el tratamiento farmacológico es un abordaje habitual, hay pocas normas empíricas disponibles. Probablemente el método más eficaz se la psicoterapia que comienza determinando las necesidades sociales básicas del paciente, proporciona apoyo y educación sobre la naturaleza de la enfermedad, facilita las actividades de adaptación y se basa en la empatía y en una buena comprensión dinámica de la esquizofrenia. Muchos pacientes necesitan un apoyo psicológico empático para adaptarse a lo que a menudo es una enfermedad para toda la vida que puede limitar sustancialmente su funcionalidad.
Además de la psicoterapia individual, la terapia cognitivo-conductual ha tenido un desarrollo significativo para la esquizofrenia. Por ejemplo, esta terapia, llevada a cabo en forma individual o grupal, puede centrarse en maneras de disminuir los pensamientos delirantes.
En los pacientes que viven con sus familias, las intervenciones psicoeducativas familiares reducen la tasa de recaídas. Los grupos de apoyo y defensa, como el National Alliance on Mental Illness, a menudo son útiles para las familias.
Referencias generales sobre tratamiento
1. Correll CU, Rubio JM, Inczedy-Farkas G, et al: Efficacy of 42 pharmacologic cotreatment strategies added to antipsychotic monotherapy in schizophrenia: Systematic overview and quality appraisal of the meta-analytic evidence. JAMA Psychiatry 74(7):675-684, 2017. doi: 10.1001/jamapsychiatry.2017.0624
2. Wang SM, Han C, Lee SJ: Investigational dopamine antagonists for the treatment of schizophrenia. Expert Opin Investig Drugs 26(6):687-698, 2017. doi: 10.1080/13543784.2017.1323870
Conceptos clave
La esquizofrenia se caracteriza por psicosis, alucinaciones, ideas delirantes, habla y conductas desorganizadas, afecto aplanado, déficits cognitivos y disfunción laboral y social.
El suicidio es la causa más frecuente de muerte prematura.
Las amenazas de violencia y los brotes leves de agresividad son mucho más frecuentes que los comportamientos muy peligrosos, pero este comportamiento puede ser más frecuente en personas con psicosis paranoide que en que experimentan abuso de drogas.
Tratamiento precoz con drogas antipsicóticas, seleccionadas principalmente según su perfil de efectos adversos, la vía de administración necesaria y la respuesta previa del paciente a ese fármaco.
La psicoterapia ayuda a los pacientes a entender y controlar su enfermedad, tomar los fármacos que se prescriben y manejar el estrés de una manera más eficiente.
Con tratamiento, un tercio de los pacientes logra una mejoría significativa y duradera, otro tercio mejora un poco pero tiene recidivas intermitentes y discapacidad residual, y otro tercio sufre una discapacidad grave.
Más información
Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.
American Psychiatric Association (APA), Clinical Practice Guidelines for Schizophrenia, 3rd Edition: Practice guidelines include information on the social determinants of mental health and on effectively using technology (including social media, telepsychiatry, and mental health apps) to provide optimal patient care.
National Alliance on Mental Illness (NAMI), Schizophrenia: NAMI promotes ongoing awareness of schizophrenia, as well as educational and advocacy initiatives to support those who have it, and crisis-response services (including a HelpLine) to assist those in need.