Los estímulos visuales, auditivos o táctiles se utilizan para activar áreas correspondientes de la corteza cerebral, lo que conduce a una actividad eléctrica cortical focal. Estos potenciales pequeños suelen perderse en el ruido de fondo del EEG, pero el procesamiento computarizado elimina el ruido para poner en evidencia la forma de una onda. La latencia, la duración y la amplitud de las respuesta evocadas indican si la vía sensitiva evaluada está intacta.
Las respuestas evocadas son particularmente útiles para los siguientes:
Detección de déficits clínicamente imperceptibles en un trastorno desmielinizante
Evaluación de los sistemas sensoriales en los lactantes
Déficits de sustancias que se sospecha que producen efectos histriónicos
Siguiendo el curso de la enfermedad subclínica
Por ejemplo, las respuestas evocadas visuales pueden detectar el daño no sospechado del nervio óptico causado por esclerosis múltiple.
Cuando la integridad del tronco encefálico está en duda, las respuestas evocadas auditivas del tronco encefálico representan una prueba objetiva.
Las respuestas evocadas somatosensitivas pueden señalar el trastorno fisiológico cuando un trastorno estructural (p. ej., carcinoma metastásico que invade el plexo y la médula espinal) afecta múltiples niveles del neuroeje.
Las respuestas evocadas somatosensitivas también pueden ayudar a predecir el pronóstico de los pacientes en estado de coma, en particular aquellos con hipotermia, cuando los indicadores habituales junto a la cama del paciente no son claros.