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Demencia

(Trastorno neurocognitivo mayor)

PorJuebin Huang, MD, PhD, Department of Neurology, University of Mississippi Medical Center
Reviewed ByMichael C. Levin, MD, College of Medicine, University of Saskatchewan
Revisado/Modificado feb 2025
Vista para pacientes

La demencia es el deterioro crónico, global y habitualmente irreversible de la capacidad cognitiva. El diagnóstico es clínico; se utilizan pruebas de laboratorio y de imágenes para identificar causas tratables. El tratamiento es sintomático. Los medicamentos adaptados al tipo específico de demencia a veces pueden mejorar la función cognitiva.

Recursos de temas

(Véase también Generalidades sobre el delirio y la demencia.)

La demencia puede ocurrir a cualquier edad, pero afecta principalmente a los adultos mayores. Representa más del 50% de los ingresos en los asilos.

La demencia puede clasificarse de varias maneras:

  • De tipo Alzheimer o no Alzheimer

  • Corticales o subcorticales

  • Irreversibles o potencialmente reversibles

La demencia no se debe confundir con el delirio, aunque hay un trastorno de la cognición en ambos. Los siguientes datos ayudan a distinguirlos:

  • La demencia afecta principalmente la memoria y es provocada en forma típica por cambios anatómicos en el encéfalo, tiene un inicio más lento y, usualmente, es irreversible.

  • El delirio afecta principalmente la atención y habitualmente es causado por una enfermedad aguda o toxicidad farmacológica (que a veces pone en peligro la vida) y muchas veces es reversible.

Otras características específicas también ayudan a distinguir los 2 trastornos (véase tabla Diferencias entre delirio y demencia).

Etiología de la demencia

Las demencias pueden ser el resultado de enfermedades primarias del encéfalo o de otros trastornos (véase tabla Clasificación de algunas demencias).

Los tipos más frecuentes de demencia son

La demencia también ocurre en pacientes con enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, parálisis supranuclear progresiva, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker, otros trastornos por priones, neurosífilis, infección por HIV, traumatismo craneoencefálico (p. ej., encefalopatía traumática crónica) o ciertos tumores encefálicos localizados en áreas corticales o subcorticales relacionadas con la función cognitiva. Los pacientes pueden tener > 1 tipo (demencia mixta). La demencia mixta más común es la enfermedad de Alzheimer combinada con demencia vascular.

Algunos trastornos encefálicos estructurales (p. ej., hidrocefalia con presión normal, hematoma subdural), trastornos metabólicos (p. ej., hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12) y toxinas (p. ej., plomo) producen un deterioro lento de la cognición que puede resolverse con el tratamiento. Este deterioro a veces se denomina demencia reversible, aunque algunos expertos restringen el término "demencia" al deterioro cognitivo irreversible.

La depresión puede imitar a la demencia (y antes era denominada seudodemencia); ambos trastornos a menudo coexisten. Sin embargo, la depresión puede ser la primera manifestación de la demencia.

El deterioro de la memoria asociado con la edad se refiere a cambios en la cognición que se producen con el envejecimiento. Los adultos mayores tienen una deficiencia relativa en la capacidad de recordar, sobre todo en la rapidez del recuerdo. Estos cambios no afectan el funcionamiento diario y, por lo tanto, no indican demencia. Sin embargo, las primeras manifestaciones de la demencia son muy similares.

El deterioro cognitivo leve (DCL) causa mayor pérdida de memoria que el deterioro de la memoria asociado con la edad; la memoria y a veces otras funciones cognitivas están peor en los pacientes con deterioro cognitivo leve amnésico que en controles de la misma edad, pero el funcionamiento diario típicamente no está afectado. Por el contrario, la demencia afecta el funcionamiento diario. Hasta el 50% de los pacientes con deterioro cognitivo leve desarrolla demencia dentro de los 3 años.

El deterioro cognitivo subjetivo (DCS) se define como un deterioro persistente en la capacidad cognitiva autodetectado, pero con rendimiento normal en las pruebas cognitivas estandarizadas utilizadas para clasificar el deterioro cognitivo leve (1). El riesgo de deterioro cognitivo leve y demencia aumenta en las personas con dispositivos de compresión secuencial.

Varios trastornos pueden exacerbar los déficits cognitivos en pacientes con demencia. El delirio muchas veces ocurre estos pacientes.

Los fármacos, sobre todo las benzodiazepinas y los anticolinérgicos (p. ej., algunos antidepresivos tricíclicos, antihistamínicos, antipsicóticos, benzotropinas), pueden producir transitoriamente o empeorar los síntomas de demencia, al igual que el alcohol o drogas recreativas, incluso en cantidades moderadas. La insuficiencia renal o hepática nueva o progresiva puede reducir la depuración de las drogas y causar toxicidad después de años de ingerir una dosis estable (p. ej., de propanolol).

Los mecanismos priónicos de propagación parecen estar implicados en la mayoría o en todos los trastornos neurodegenerativos que primero se manifiestan en los adultos mayores. Una proteína celular normal queda mal plegada en una forma patógena o prión, ya sea esporádicamente o por medio de una mutación heredada. El prión actúa entonces como una plantilla, haciendo que otras proteínas se plieguen mal de manera similar. Este proceso ocurre durante años y en muchas partes del sistema nervioso central. Muchos de estos priones se hacen insolubles y, como el amiloide, no pueden ser eliminados fácilmente por la célula. La evidencia respalda la existencia de priones o mecanismos similares en la enfermedad de Alzheimer (2), así como en la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, la demencia frontotemporal y la esclerosis lateral amiotrófica. Estos priones no son tan infecciosos como los de la enfermedad de Creutzfeld-Jacob, pero pueden ser transmitidos.

La demencia rápidamente progresiva (RPD) es un grupo de trastornos cognitivos heterogéneos que progresan más rápido que otros síndromes de demencia, típicamente dentro de 1 a 2 años (3). La presentación más prominente es el deterioro cognitivo (p. ej., pérdida de memoria, déficits visuoespaciales y del lenguaje, disfunción ejecutiva). Sin embargo, también ocurren otros síntomas neuropsiquiátricos (p. ej., alteración de la conducta, cambio de personalidad, trastornos del estado de ánimo, psicosis, alteración del sueño, alteración del estado de alerta y/o de la consciencia, movimientos involuntarios como temblor y mioclonías, alteraciones de la marcha, actividades semejantes a convulsiones, ataxia, características parkinsonianas). La demencia rápidamente progresiva es la causa más frecuente de demencia rápidamente progresiva. Otras causas comunes incluyen encefalitis autoinmunitaria y paraneoplásica. La progresión de otras demencias también puede ser atípicamente rápida; entre estas se encuentran la enfermedad de Alzheimer, la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia frontotemporal y la demencia secundaria a causas potencialmente reversibles (p. ej., infecciosas, tóxicas/metabólicas, neurovasculares, psiquiátricas).

Tabla
Tabla

Referencias de la etiología

  1. 1. Jessen F, Amariglio RE, Buckley RF, et al: The characterisation of subjective cognitive decline. Lancet Neurol 19 (3):271–278, 2020. doi: 10.1016/S1474-4422(19)30368-0

  2. 2. Crestini A, Santilli F, Martellucci S, et al: Prions and Neurodegenerative Diseases: A Focus on Alzheimer's Disease. J Alzheimers Dis 85(2):503–518, 2022. doi:10.3233/JAD-215171

  3. 3. Hermann P, Zen I: Rapidly progressive dementias — aetiologies, diagnosis and management. Nat Rev Neurol 18 (6):363–376, 2022. doi: 10.1038/s41582-022-00659-0

Síntomas y signos de demencia

(Véase también Síntomas conductuales y psicológicos de demencia.)

La demencia deteriora globalmente la cognición. El inicio es gradual, aunque los miembros de la familia pueden notar bruscamente los déficits (p. ej., cuando la función se deteriora). Muchas veces, la pérdida de memoria a corto plazo es el primer signo. Al principio, los primeros síntomas pueden ser indistinguibles de aquellos del deterioro de la memoria asociado a la edad o el deterioro cognitivo leve pero luego la progresión se torna evidente.

Aunque los síntomas de demencia existen en un continuo, pueden dividirse en

  • Temprano

  • Intermedia

  • Tardía

La personalidad cambia y pueden desarrollarse trastornos de la conducta al comienzo o más tarde. El déficit motor y otros déficits neurológicos focales se producen en diferentes etapas, dependiendo del tipo de demencia; ocurren temprano en la demencia vascular y tarde en la enfermedad de Alzheimer. La incidencia de convulsiones está algo aumentada durante todas las etapas.

La psicosis, que se presenta como alucinaciones, delirios o paranoia, puede ocurrir en aproximadamente el 20% al 50% de los pacientes con demencia, dependiendo del tipo de demencia y la gravedad de la enfermedad (1).

Muchos trastornos médicos generales concurrentes, en particular durante las exacerbaciones, pueden empeorar los síntomas de la demencia. Estos trastornos incluyen diabetes, bronquitis crónica, enfisema, infecciones, enfermedad renal crónica, trastornos hepáticos, e insuficiencia cardíaca.

Beber alcohol, incluso en cantidades moderadas, también puede empeorar los síntomas de la demencia y contribuir a su progresión (p. ej., mediante la reducción del volumen cerebral), y la mayoría de los expertos recomiendan que los pacientes con demencia dejen de beber alcohol.

Síntomas tempranos de demencia (leve)

La memoria reciente se deteriora; se vuelve difícil el aprendizaje y la retención de nueva información. Aparecen problemas de lenguaje (en especial con el hallazgo de palabras), oscilaciones del estado de ánimo y cambios de la personalidad. Los pacientes pueden tener una dificultad progresiva con las actividades independientes de la vida cotidiana (p. ej., llevar el balance de su chequera, recordar un camino o dónde pusieron las cosas). El pensamiento abstracto, la introspección o el juicio pueden estar deteriorados. Los pacientes pueden responder a la pérdida de independencia y memoria con irritabilidad, hostilidad y agitación.

Además, la capacidad funcional puede estar limitada por lo siguiente:

  • Agnosia: deterioro de la capacidad para identificar objetos a pesar de una función sensorial intacta

  • Apraxia: deterioro de la capacidad para realizar actividades motoras aprendidas previamente a pesar de una función motora intacta

  • Afasia: deterioro de la capacidad para comprender o utilizar el lenguaje

Aunque la demencia temprana puede no comprometer la sociabilidad, los miembros de la familia pueden comunicar una conducta extraña acompañada por labilidad emocional.

Síntomas de demencia intermedia (moderada)

Los pacientes se vuelven incapaces de aprender y recordar nueva información. La memoria de los eventos remotos se reduce pero no se pierde totalmente. Los pacientes pueden requerir ayuda para las actividades básicas de la vida cotidiana (p. ej., bañarse, comer, vestirse, higienizarse).

Pueden progresar los cambios de personalidad. Los pacientes pueden tornarse irritables, ansiosos, egocéntricos, inflexibles o enojarse con mayor facilidad. Pueden volverse más pasivos, con una conducta emocional plana; pueden desarrollar depresión, volverse indecisos, perder espontaneidad o, en general, abstenerse de situaciones sociales. Los rasgos de personalidad o los hábitos pueden ser más exagerados (p. ej., la preocupación por el dinero se convierte en una obsesión).

Pueden aparecer trastornos de la conducta: los pacientes pueden vagar o volverse súbita e inapropiadamente agitados, hostiles, poco cooperadores o físicamente agresivos.

En esta etapa, los pacientes han perdido todo el sentido del tiempo y del lugar porque no pueden utilizar eficazmente las señales ambientales y sociales normales. A menudo se pierden; pueden ser incapaces de encontrar su propia habitación o el baño. Siguen siendo ambulatorios pero corren riesgo de caídas o accidentes debidos a la confusión.

La sensación o la percepción alteradas pueden culminar en una psicosis con alucinaciones e ideas delirantes paranoides y persecutorias.

Con frecuencia, se desorganizan los patrones de sueño.

Síntomas de demencia tardía (grave)

Los pacientes no pueden caminar, alimentarse solos ni realizar otras actividades de la vida diaria; pueden volverse incontinentes. Se pierde por completo la memoria reciente y remota. Los pacientes pueden ser incapaces de tragar. Corren el riesgo de desnutrición, neumonía (especialmente debida a aspiración) y úlceras por decúbito. Como dependen completamente de los otros para su cuidado, a menudo es necesaria la colocación en un centro de cuidados prolongados. Finalmente, los pacientes quedan mudos.

Como estos pacientes no pueden referir síntomas al médico y como los pacientes mayores muchas veces tienen una respuesta febril o leucocitaria disminuida ante la infección, el médico debe basarse en su experiencia y su perspicacia siempre que un paciente parezca enfermo.

La demencia en estadio terminal produce coma y la muerte, con frecuencia debida a infección.

Referencia de los signos y los síntomas

  1. 1. Cressot C, Vrillon A, Lilamand M, et al: Psychosis in Neurodegenerative Dementias: A Systematic Comparative Review. J Alzheimers Dis 99(1):85–99, 2024. doi:10.3233/JAD-231363

Diagnóstico de la demencia

  • Diferenciación entre el delirio y la demencia, por anamnesis y examen neurológico (que incluye el estado mental)

  • Identificación de causas tratables basada en la evaluación clínica y en estudios seleccionados de laboratorio y neuroimágenes

  • A veces, pruebas neuropsicológicas formales

Distinguir entre los tipos o la causa de la demencia puede ser difícil; el diagnóstico definitivo muchas veces requiere el examen anatomopatológico post mórtem del tejido encefálico. Por lo tanto, el diagnóstico clínico se concentra en distinguir la demencia del delirio y otros trastornos y en identificar las áreas cerebrales afectadas y las causas potencialmente reversibles.

La demencia debe distinguirse de lo siguiente:

  • Delirio: distinguir entre demencia y delirio puede ser difícil, pero es fundamental porque el delirio suele ser reversible con un tratamiento rápido. La atención se evalúa primero. La falta de atención es más consistente con el diagnóstico de delirio, aunque la demencia avanzada también afecta gravemente la atención. Otras características que sugieren delirio (p. ej., breve duración del deterioro cognitivo) están determinadas por la anamnesis, el examen físico y las pruebas para causas específicas.

  • Deterioro de la memoria asociado con la edad: el deterioro de la memoria no afecta el funcionamiento diario. Si las personas afectadas reciben suficiente tiempo para aprender nueva información, es bueno su rendimiento intelectual.

  • Deterioro cognitivo leve: la memoria u otras funciones cognitivas se deterioran, pero el deterioro no es lo suficientemente grave como para interferir con las actividades diarias.

  • Síntomas cognitivos relacionados con la depresión: este trastorno cognitivo se resuelve con el tratamiento de la depresión. Los pacientes ancianos deprimidos pueden experimentar declinación cognitiva, pero al contrario de los pacientes con demencia, suelen exagerar su pérdida de memoria y pocas veces olvidan acontecimientos actuales importantes o asuntos personales. El examen neurológico es normal excepto por los signos de enlentecimiento psicomotor. Cuando son evaluados, los pacientes con depresión hacen pocos esfuerzos por responder, mientras que aquellos con demencia muchas veces intentan con esfuerzo pero responden incorrectamente. Cuando la depresion y la demencia coexisten, el tratamiento de la depresión no restablece completamente la cognición.

Criterios clínicos

Existen varios criterios clínicos disponibles para ayudar a diagnosticar la demencia y sus subtipos específicos (1). Uno de los sistemas más utilizados incluye el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR). El DSM-5-TR clasifica la demencia dentro de la categoría más amplia de trastornos neurocognitivos, que pueden subdividirse aún más dependiendo de la etiología presunta (por ejemplo, enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer). El diagnóstico de demencia se basa principalmente en los síntomas cognitivos, conductuales y funcionales (2).

Para cumplir con los criterios, los pacientes deben tener evidencia de un deterioro cognitivo significativo de un nivel previo de desempeño en ≥ 1 de los siguientes dominios cognitivos:

  • Atención compleja

  • Función ejecutiva

  • Aprendizaje y memoria

  • Lenguaje

  • Cognición perceptivo-motora

  • Cognición social

La evidencia del deterioro cognitivo puede provenir del individuo, o de un contacto informado o un médico, y el deterioro ha sido documentado, preferiblemente mediante pruebas neuropsicológicas estandarizadas, o si no está disponible, otra evaluación clínica cuantificada.

Además, los déficits cognitivos interfieren con la independencia en las actividades diarias, no ocurren exclusivamente en el contexto de un delirio y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).

Si se confirma el deterioro cognitivo, la anamnesis y el examen físico deben centrarse en los signos de trastornos tratables que producen deterioro cognitivo (p. ej., deficiencia de vitamina B12, neurosífilis, hipotiroidismo, depresión, véase tabla Causas del delirio).

Evaluación de la función cognitiva

El Miniexamen del estado mental (véase barra lateral Examen del estado mental) o el Montreal Cognitive Assessment (MoCA) se utiliza a menudo como una prueba de detección junto a la cama del paciente (3). Cuando no hay delirio, la presencia de múltiples déficits sugiere demencia. La mejor prueba de evaluación para la memoria es una prueba de memoria a corto plazo (p. ej., registrar 3 objetos y recordarlos después de 5 min); los pacientes con demencia fallan en esta prueba. Otra prueba del estado mental evalúa la capacidad para denominar múltiples objetos dentro de las categorías (p. ej., listas de animales, plantas o piezas de muebles). Los pacientes con demencia luchan por nombrar algunos; aquellos sin demencia fácilmente denominan muchos. Los antecedentes educativos del paciente deben tenerse en cuenta al interpretar los resultados de las pruebas cognitivas. Los pacientes con menos años de educación tienden a obtener puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas, lo que puede conducir a un posible diagnóstico erróneo de deterioro cognitivo.

Las pruebas neuropsicológicas se deben hacer cuando la historia y la evaluación del estado mental junto a la cama del paciente no son concluyentes. Evalúa el estado de ánimo, así como múltiples dominios cognitivos. Las pruebas son realizadas o supervisadas por un neuropsicólogo y pueden tardar de 1 a 3 horas en completarse. Estas pruebas ayudan primariamente a diferenciar lo siguiente:

  • Deterioro de memoria asociado con la edad, deterioro cognitivo leve y demencia, sobre todo cuando las condiciones son sólo ligeramente deterioradas o cuando el paciente o los miembros de la familia están ansiosos para que se los tranquilice

  • Demencia y síndromes focales de deterioro cognitivo (p. ej., amnesia, afasia, apraxia, dificultades visuoespaciales, deterioro de la función ejecutiva) cuando el trastorno no es clínicamente evidente

Las pruebas también pueden ayudar a caracterizar los déficits específicos debidos a la demencia, y pueden detectar la depresión o un trastorno de la personalidad que está contribuyendo al mal rendimiento cognitivo.

Pruebas de laboratorio

Las pruebas deben incluir niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH) y vitamina B12. A veces se recomiendan análisis rutinarios como hemograma completo y pruebas de función renal y hepática, pero su utilidad para identificar enfermedades subyacentes es muy baja.

Cuando los hallazgos clínicos sugieren un trastorno específico, están indicadas otras pruebas (p. ej., para HIV o sífilis). Se debe considerar la punción lumbar si se sospecha una infección crónica o neurosífilis, o en pacientes con demencia rápidamente progresiva para evaluar una posible enfermedad por priones o un trastorno autoinmune.

Las pruebas de biomarcadores pueden ser útiles en pacientes seleccionados con sospecha de enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, el nivel elevado de tau fosforilada y el nivel disminuido de beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo (LCR) se consideran un cambio característico de la enfermedad de Alzheimer.

No se recomiendan las pruebas genéticas de rutina para detectar la presencia de alelos épsilon-4 (ApoE4) como parte del estudio diagnóstico de la demencia. Aunque los datos sugieren que el gen de la apolipoproteína E aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer (4), no es ni necesario ni suficiente para causar la enfermedad de Alzheimer.

Estudios por imágenes neurológicas

Se debe indicar TC o RM para la evaluación inicial de la demencia y después de cualquier cambio inexplicable en la capacidad cognitiva o el estado mental. Las neuroimágenes pueden identificar trastornos estructurales potencialmente reversibles (p. ej., hidrocefalia normotensiva, tumores cerebrales, hematoma subdural) y ciertos trastornos metabólicos (p. ej., neurodegeneración asociada a pantotenato cinasa, enfermedad de Wilson) y trastornos irreversibles (p. ej., accidente cerebrovascular, leucodistrofia, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob).

En ocasiones, la electroencefalografía (EEG) es útil (p. ej., para evaluar los lapsos episódicos en la atención o una conducta extraña).

La PET (por las siglas en inglés de Tomografía por Emisión de Positrones) con desoxiglucosa marcada con flúor-18 (18F) (fluorodesoxiglucosa o FDG) o la TC por emisión de fotón único (SPECT, por sus siglas en inglés) pueden brindar información sobre los patrones de perfusión cerebral y ayudar a diferenciar la enfermedad de Alzheimer de la demencia frontotemporal y la demencia con cuerpos de Lewy (5).

Se emplearon marcadores radiactivos para amiloide que se unen específicamente a placas de beta-amiloide (p. ej., fluoruro-18 [18F] florbetapir, [18F] flutemetamol, [18F] florbetaben) con tomografía por emisión de positrones (PET) para obtener imágenes de las placas amiloideas y puede ser útil en pacientes con deterioro cognitivo leve o demencia. Esta prueba se debe utilizar cuando la causa del deterioro cognitivo (p. ej., deterioro cognitivo leve o demencia) sea incierto después de una evaluación completa y cuando se sospeche una enfermedad de Alzheimer. Es de esperar que la determinación del estado del amiloide mediante PET aumente la certeza diagnóstica y terapéutica. Se puede utilizar [18F] flortaucipir-PET con un marcador radiactivo tau para estimar la densidad y la distribución de los ovillos neurofibrilares tau agregados en adultos que tienen deterioro cognitivo y están siendo evaluados para identificar una enfermedad de Alzheimer (5).

Referencias del diagnóstico

  1. 1. NICE: National Institute for Health and Care Excellence: Dementia: assessment, management and support for people living with dementia and their carers. NICE guideline [NG97]. Published: 20 June 2018

  2. 2. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5th edition, Text Revision (DSM-5-TR). American Psychiatric Association Publishing, Washington, DC, 2022. pp 672-674

  3. 3. Nasreddine ZS, Phillips NA, Bédirian V, et al: The Montreal Cognitive Assessment, MoCA: a brief screening tool for mild cognitive impairment [published correction appears in J Am Geriatr Soc. 2019 Sep;67(9):1991. doi: 10.1111/jgs.15925]. J Am Geriatr Soc 53(4):695–699, 2005. doi:10.1111/j.1532-5415.2005.53221.x

  4. 4. Statement on use of apolipoprotein E testing for Alzheimer disease. American College of Medical Genetics/American Society of Human Genetics Working Group on ApoE and Alzheimer disease. JAMA 1995;274(20):1627-1629.

  5. 5. Fleisher AS, Pontecorvo MJ, Devous Sr MD, et al: Positron emission tomography imaging with [18F] flortaucipir and postmortem assessment of Alzheimer disease neuropathologic changes [published correction appears in JAMA Neurol. 2023 Aug 1;80(8):873. doi: 10.1001/jamaneurol.2023.1911]. JAMA Neurol. 77(7):829–839, 2020. doi:10.1001/jamaneurol.2020.0528

Tratamiento de la demencia

  • Medidas para garantizar la seguridad

  • Provisión de estimulación apropiada, actividades e indicios para la orientación

  • Eliminación de los fármacos con efectos sedantes o anticolinérgicos

  • Posiblemente, inhibidores de la colinesterasa y memantina o tratamiento con anticuerpos monoclonales antiamiloides

  • Asistencia para los cuidadores

  • Disposiciones para los cuidados del final de la vida

Las medidas para garantizar la seguridad del paciente y brindar un entorno apropiado son necesarias para el tratamiento, al igual que la ayuda para el cuidador (1, 2). Varios medicamentos están disponibles.

Seguridad del paciente

Los terapeutas ocupacionales y los fisioterapeutas pueden evaluar el hogar para determinar su seguridad. Los objetivos son

  • Prevenir accidentes (particularmente caídas)

  • Manejo de los trastornos de conducta

  • Plan de cambio a medida que avanza la demencia

Debe evaluarse en qué medida los pacientes funcionan en distintas circunstancias (es decir, la cocina o el automóvil) utilizando simulaciones. Cuando los pacientes tienen déficits y permanecen en el mismo entorno, pueden ser necesarias medidas protectoras (p. ej., ocultar cuchillos, desactivar la estufa, retirar el automóvil, confiscar las llaves del auto). Algunos estados exigen a los médicos notificar al Departamento de Vehículos a Motor acerca de los pacientes con demencia porque en algún momento estos pacientes ya no podrán conducir en forma segura.

Cuando los pacientes deambulan, pueden instalarse sistemas de monitorización de señales o puede registrarse a los pacientes en un programa de retorno seguro.

Finalmente, puede estar indicada la asistencia (p. ej., personal doméstico, auxiliares de salud doméstico) o un cambio en el entorno (instituciones sin escaleras, centro de vida asistida, centro de enfermería especializada).

Medidas ambientales

Los pacientes con una demencia leve a moderada suelen funcionar mejor en entornos familiares.

Ya sea en el hogar o en una institución, el entorno debe estar diseñado para ayudar a preservar los sentimientos de autocontrol y la dignidad personal al proporcionar:

  • Un refuerzo frecuente de la orientación

  • Un entorno brillante, alegre y familiar

  • Una nueva estimulación mínima

  • Actividades regulares y de bajo estrés

La orientación puede reforzarse si se colocan calendarios y relojes grandes en la habitación y se establecen una rutina de las actividades diarias; los miembros del personal médico pueden utilizar tarjetas grandes con los nombres y presentarse repetidas veces. Los cambios en los entornos, las rutinas o las personas deben ser explicados a los pacientes con precisión y sencillez, omitiendo los procedimientos no esenciales. Los pacientes necesitan tiempo para adaptarse y familiarizarse con los cambios. Decirles pacientes lo que va a suceder (p. ej., un baño o la comida) puede evitar la resistencia o las reacciones violentas. Las visitas frecuentes de los miembros del personal y de familiares estimulan a los pacientes a seguir siendo sociables.

La habitación debe estar razonablemente brillante y debe contener estímulos sensoriales (p. ej., radio, televisión, velador), que ayudan a los pacientes a mantenerse orientados y concentrar su atención. Deben evitarse las habitaciones silenciosas, oscuras y privadas.

Las actividades pueden ayudar a los pacientes a funcionar mejor; aquellas relacionadas con los intereses previos al inicio de la demencia del paciente son buenas elecciones. Las actividades deben ser placenteras y proporcionar cierta estimulación, pero no deben involucrar demasiados cambios ni desafíos.

El ejercicio para reducir la inquietud, mejorar el equilibrio y mantener la aptitud cardiovascular y el tono muscular debe realizarse diariamente. El ejercicio también puede ayudar a mejorar el sueño y manejar los trastornos conductuales.

La terapia ocupacional y la musicoterapia ayudan a mantener el control motor fino y a proporcionar estimulación no verbal.

La terapia grupal (p. ej., terapia de reminiscencia, actividades de socialización) puede ayudar a mantener las habilidades de la conversación e interpersonales.

Medicamentos

La suspensión o la limitación de los fármacos con actividad sobre el sistema nervioso central a menudo mejora la función. Los agentes sedantes y anticolinérgicos, que tienden a empeorar la demencia, deben evitarse.

Los inhibidores de la colinesterasa donepezilo, rivastigmina y galantamina son en cierta medida eficaces para mejorar la función cognitiva en pacientes con enfermedad de Alzheimer o demencia por cuerpos de Lewy y pueden ser útiles en otras formas de demencia. Estos fármacos inhiben la acetilcolinesterasa al aumentar la concentración de acetilcolina en el encéfalo.

La memantina, un antagonista de NMDA (N-metil-d-aspartato), puede ayudar a disminuir la progresión de la pérdida de la función cognitiva en pacientes con demencia moderada a grave y puede ser sinergista cuando se usa con un inhibidor de la colinesterasa.

Si bien los inhibidores de la colinesterasa y la memantina se consideran un tratamiento sintomático para la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, también está disponible el tratamiento con anticuerpos monoclonales anti-amiloides modificadores de la enfermedad (véase Tratamiento modificador de la enfermedad de Alzheimer).

Se usan medicamentos para controlar los trastornos de conducta (p. ej., antipsicóticos).

Los pacientes con demencia y signos de depresión deben ser tratados con antidepresivos no anticolinérgicos, preferentemente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).

Asistencia de los cuidadores

Los miembros inmediatos de la familia son en gran parte responsables de los cuidados de un paciente con demencia (véase Cuidado del anciano por parte de su familia). El personal de enfermería y los trabajadores sociales pueden enseñar a los cuidadores a cubrir de forma óptima las necesidades del paciente (p. ej., cómo lidiar con los cuidados diarios y las cuestiones económicas); la enseñanza debe ser continua. Existen otros recursos (p. ej., grupos de apoyo, materiales educativos).

Los cuidadores pueden experimentar un estrés sustancial. Puede ser causado por la preocupación por la protección del paciente y por la frustación, el agotamiento, el enojo y el resentimiento por tener que hacer tanto por cuidar a alguien. El personal sanitario debe vigilar los síntomas incipientes de estrés y agotamiento del cuidador y, cuando sea necesario, sugerir servicios de apoyo (p. ej., trabajador social, nutricionista, personal de enfermería, auxiliar de salud doméstica y estancia breve del paciente en una residencia para atención de relevo).

Cuando un paciente con demencia sufre una lesión inusual, debe investigarse la posibilidad de abuso del adulto mayor.

Referencias del tratamiento

  1. 1. NICE: National Institute for Health and Care Excellence: Dementia: assessment, management and support for people living with dementia and their carers. NICE guideline [NG97]. Published: 20 June 2018

  2. 2. Alzheimer's Association: 2018 Alzheimer's Association Dementia Care Practice Recommendations. January 18, 2028. Accessed February 3, 2025.

Pronóstico de la demencia

La demencia suele ser progresiva. Sin embargo, el riesgo de progresión varía ampliamente y depende de la causa. La demencia acorta la expectativa de vida, pero la estimación de la supervivencia varía. En un estudio prospectivo en los Estados Unidos, en pacientes con enfermedad de Alzheimer, la mediana de supervivencia desde el diagnóstico inicial fue de 4,2 años para los hombres y de 5,7 años para las mujeres (1). En un metaanálisis que involucró a más de 5 millones de personas seguidas durante un mínimo de 1 año después de un diagnóstico de demencia, la mediana de supervivencia fue de 4,8 años y la mediana del tiempo hasta el ingreso en una residencia de ancianos fue de 3,3 años; la supervivencia fue mayor para las mujeres y algo mayor para los pacientes con enfermedad de Alzheimer, en comparación con otros diagnósticos (2).

Cuestiones del final de la vida

Como la introspección y el juicio se deterioran en los pacientes con demencia, puede ser necesario citar a un miembro de la familia, un tutor o un abogado para que controle la parte económica. Al comienzo de la demencia, antes de que el paciente esté discapacitado, deben aclararse sus deseos y realizarse los arreglos económicos y legales (p. ej., un poder duradero de abogado para los cuidados de la salud). Cuando estos documentos se firman, debe evaluarse la capacidad del paciente y los resultados de la evaluación deben ser registrados. Las decisiones sobre la alimentación artificial y el tratamiento de los trastornos agudos es mejor realizarla antes de que se desarrolle la necesidad.

En la demencia avanzada, las medidas paliativas pueden ser más apropiadas que las intervenciones sumamente agresivas o los cuidados hospitalarios.

Referencias del pronóstico

  1. 1. Larson EB, Shadlen MF, Wang L, et al: Survival after initial diagnosis of Alzheimer disease. Ann Intern Med 140(7):501–509, 2004. doi:10.7326/0003-4819-140-7-200404060-00008

  2. 2. Brück CC, Mooldijk SS, Kuiper LM, et al. Time to nursing home admission and death in people with dementia: systematic review and meta-analysis. BMJ388:e080636, 2025. Published 2025 Jan 8. doi:10.1136/bmj-2024-080636

Conceptos clave

  • La demencia, a diferencia de la pérdida de memoria asociada con la edad y el deterioro cognitivo leve, provoca deterioros cognitivos que interfieren con el funcionamiento diario.

  • Tener en cuenta que los miembros de la familia pueden reportar la aparición súbita de síntomas sólo porque de repente reconocen los síntomas que se han desarrollado gradualmente.

  • Considerar causas reversibles de deterioro cognitivo, como trastornos estructurales del cerebro (p. ej., la hidrocefalia a presión normal, el hematoma subdural), trastornos metabólicos (p. ej., hipotiroidismo, deficiencia de vitaminas B12), drogas, depresión y las toxinas (p. ej., plomo).

  • Hacer la prueba del estado mental junto a la cama del paciente y, si es necesario, las pruebas neuropsicológicas formales para confirmar que la función cognitiva está deteriorada en ≥ 2 dominios.

  • Recomendar o ayudar a organizar medidas para maximizar la seguridad del paciente, para proporcionar un ambiente familiar y cómodo para el paciente, y para prestar apoyo a los cuidadores.

  • Considerar la terapia farmacológica coadyuvante, y recomendar hacer arreglos para el final de la vida.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable del contenido de este recurso.

  1. Alzheimer’s Association

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