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Quemaduras oculares

PorJurij R. Bilyk, MD, Thomas Jefferson University Hospital
Reviewed ByDiane M. Birnbaumer, MD, David Geffen School of Medicine at UCLA
Revisado/Modificado oct 2024
Vista para pacientes

Las quemaduras oculares pueden ocurrir después de lesiones térmicas o químicas y pueden dar lugar a complicaciones graves, incluida la ceguera permanente.

Recursos de temas

(Véase también Generalidades sobre los traumatismos oculares.)

Quemaduras térmicas

El reflejo de parpadeo o reflejo palpebral suele hacer que el ojo se cierre en respuesta a un estímulo térmico. Es por esto que las quemaduras térmicas tienden a afectar el párpado más que la conjuntiva o la córnea. Las quemaduras palpebrales deben limpiarse con abundante solución fisiológica isotónica estéril seguida de la aplicación de un ungüento oftálmico antimicrobiano (p. ej., bacitracina, 2 veces al día). Las quemaduras graves pueden requerir múltiples intervenciones quirúrgicas, incluyendo injerto de piel. Si las quemaduras térmicas en el párpado son graves, puede haber retracción del párpado, lagoftalmos (incapacidad para cerrar los párpados) y exposición corneal. Esto puede requerir el cierre temporario de los párpados con una tarsorrafia con sutura y la reparación reconstructiva diferida.

La mayoría de las quemaduras que afectan la conjuntiva o la córnea son leves y cicatrizan sin secuelas significativas. Se tratan con analgésicos orales (paracetamol con o sin oxicodona), midriáticos ciclopéjicos (p. ej., homatropina al 5% 4 veces al día), y antibióticos oftálmicos tópicos (p. ej., pomada de bacitracina/polimixina B o pomada de ciprofloxacina al 0,3% 4 veces al día durante 3 a 5 días) (1).

Quemaduras por agentes químicos

Las quemaduras químicas de la córnea y la conjuntiva representan entre el 11 y el 22% de los traumatismos oculares y pueden ser graves, en especial cuando están involucrados un ácido o una sustancia alcalina fuerte (2). Las quemaduras alcalinas causan necrosis por licuefacción, mientras que las ácidas causan necrosis por coagulación; las quemaduras alcalinas tienen una penetración más profunda y tienden a ser más graves que las quemaduras ácidas.

Perlas y errores

  • Las quemaduras químicas en la córnea y la conjuntiva son una verdadera emergencia; el tratamiento debe comenzar de inmediato.

Las quemaduras químicas deben irrigarse en forma abundante tan pronto como sea posible. El ojo puede anestesiarse con una gota de proparacaína al 0,5%, pero la irrigación no debe retrasarse y debe durar al menos 30 minutos. Cualquier solución de irrigación (p. ej., solución salina o agua estéril) o incluso agua corriente son adecuadas y deben iniciarse sin demora después de la exposición. Una solución hipertónica, como una solución amortiguadora de borato puede ser más eficaz que otras soluciones de irrigación comúnmente utilizadas para corregir el pH de la superficie ocular, mientras que una solución fisiológica equilibrada (una solución isotónica estéril con un pH de 7,4) es mejor tolerada por los pacientes, lo que permite un tiempo de irrigación más prolongado. La irrigación puede facilitarse mediante el uso de un cristalino e de irrigación colocado bajo los párpados, aunque esto puede ser más irritante para algunos pacientes en comparación con la irrigación sin este tipo de lente. En quemaduras ácidas y alcalinas, algunos expertos sugieren al menos una irrigación inicial durante 30 minutos con 1 a 2 L de solución fisiológica o agua estéril; la mayoría de los expertos recomienda la irrigación hasta que el pH de la conjuntiva esté en el rango normal de 7,0 a 7,2 (utilizando tiras reactivas para medir el pH).

Después de la irrigación, hay que examinar los fondos de saco conjuntivales en busca de sustancias incluidas o embebidas en el tejido y limpiarlos con un hisopo para retirar las partículas atrapadas. Se exploran los fondos de sacos superiores usando la doble eversión del párpado (es decir, primero evertiendo el párpado y luego insertando un hisopo debajo del párpado evertido y levantandolo hasta que sea visible el fondo de saco).

Las quemaduras químicas leves generalmente se tratan con antibióticos oculares tópicos (p. ej., pomada de eritromicina al 0,5%) 4 veces/día y cicloplejía si es necesario para mayor comodidad (p. ej., ciclopentolato). Debido a que los corticosteroides tópicos pueden producir una perforación de la córnea después de quemaduras químicas, los mismos solo deben ser indicados por un oftalmólogo (3). Los anestésicos tópicos deben evitarse después de la irrigación inicial; el dolor puede tratarse con paracetamol, con o sin oxicodona. Si la función renal del paciente no se ve afectada, se puede usar vitamina C oral (2 g 4 veces al día en adultos) para ayudar con la síntesis de colágeno. La doxiciclina oral también se puede utilizar en pacientes apropiados para estabilizar el colágeno, pero ambas prácticas deben realizarse con interconsulta con un oftalmólogo (4). Pueden ayudar a la cicatrización las gotas oculares de citrato para disminuir la actividad proteolítica y las gotas oculares de plasma ricas en plaquetas; estas solo deben administrarse en interconsulta con un oftalmólogo (5).

Las quemaduras químicas graves requieren tratamiento a cargo de un oftalmólogo para salvar la visión y prevenir complicaciones como cicatrices corneales y/o conjuntivales, perforación del globo ocular y deformidades del párpado; las quemaduras químicas graves pueden requerir procedimientos quirúrgicos además de tratamientos médicos. Los pacientes con disminución grave de la visión, zonas avasculares en la conjuntiva o pérdida de epitelio conjuntival o corneana demostrada con la tinción con fluoresceína, deben ser estudiados por un oftalmólogo tan pronto como sea posible no más allá de las 24 horas de la exposición.

La iritis química se sospecha en pacientes con fotofobia (dolor profundo del ojo ante la exposición a la luz) que aparece horas a días después de una quemadura química, y se confirma por el hallazgo de destellos y glóbulos blancos en la cámara anterior durante el examen con lámpara de hendidura. El tratamiento incluye la instilación de un ciclopléjico de acción prolongada (p. ej., una dosis única de homotropina al 2 o 5% o solución de escopolamina al 0,25%).

Referencias

  1. 1. Malhotra R, Sheikh I, Dheansa B: The management of eyelid burns. Surv Ophthalmol 54(3):356-371, 2009. doi: 10.1016/j.survophthal.2009.02.009

  2. 2. Clare G, Suleman H, Bunce C, Dua H: Amniotic membrane transplantation for acute ocular burns. Cochrane Database Syst Rev 2012(9):CD009379, 2012. doi: 10.1002/14651858.CD009379.pub2. Update in: Cochrane Database Syst Rev 9:CD009379, 2022. doi: 10.1002/14651858.CD009379.pub3

  3. 3. Dohlman CH, Cade F, Pfister R: Chemical burns to the eye: paradigm shifts in treatment. Cornea 30(6):613-614, 2011. doi: 10.1097/ICO.0b013e3182012a4f

  4. 4. Smith VA, Cook SD: Doxycycline-a role in ocular surface repair. Br J Ophthalmol 88(5):619-625, 2004. doi: 10.1136/bjo.2003.025551

  5. 5. Pfister RR, Haddox JL, Yuille-Barr D: The combined effect of citrate/ascorbate treatment in alkali-injured rabbit eyes. Cornea 10(2):100-104, 1991. doi: 10.1097/00003226-199103000-00002.

Conceptos clave

  • Las quemaduras térmicas tienden a afectar el párpado, mientras que las quemaduras químicas pueden afectar el párpado, la conjuntiva y la córnea.

  • Las quemaduras térmicas se tratan con antimicrobianos tópicos, midriáticos ciclopléjicos (si la conjuntiva o la córnea se ven afectadas) y analgésicos orales.

  • La irrigación rápida y abundante es vital después de una quemadura química; una solución amortiguadora de borato o una solución fisiológica balanceada son ideales, pero se puede usar cualquier solución fisiológica estéril o agua.

  • Se deben prescribir antibióticos tópicos y midriáticos ciclopléjicos después de la irrigación de una quemadura química.

  • Para quemaduras moderadas o graves, se debe consultar a un oftalmólogo para considerar una terapia adicional.

Más información

Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable del contenido de estos recursos.

  1. Sharma N, Kaur M, Agarwal T, et al: Treatment of acute ocular chemical burns. Surv Ophthalmol 63(2):214-235, 2018. doi:10.1016/j.survophthal.2017.09.005

  2. Baradaran-Rafii A, Eslani M, Haq Z, Shirzadeh E, et al: Current and upcoming therapies for ocular surface chemical injuries. Ocul Surf 15(1):48-64, 2017. doi:10.1016/j.jtos.2016.09.002

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