Traumatismo del oído externo

PorSam P. Most, MD, Stanford University Medical Center
Revisado/Modificado mar 2024
Vista para pacientes

Los traumatismos del oído externo (pabellón auricular) pueden causar hematomas, laceraciones, avulsiones o fracturas.

    Hematoma subpericondrales (oreja en forma de col)

    El oído externo es una sola pieza de cartílago cubierta por el pericondrio y la piel. El pericondrio suministra sangre al cartílago de la oreja. Los traumatismos no penetrantes sobre el pabellón auricular pueden producir un hematoma subpericondral; la acumulación de grandes cantidades de sangre entre el pericondrio y el cartílago puede interrumpir la irrigación sanguínea del cartílago y determinar que todo el pabellón auricular o parte de él se convierta en una masa informe de color rojo púrpura. A continuación puede ocurrir una necrosis avascular del cartílago. La consiguiente destrucción produce la típica oreja en forma de coliflor de los luchadores y los boxeadores.

    El tratamiento consiste en la evacuación rápida del coágulo a través de una incisión y la prevención de la reacumulación del hematoma con suturas en el oído sobre rollos de gasas dentales, gasa envaselinada (simple o antimicrobiana) o la inserción de un drenaje de Penrose más los vendajes compresivos antes mencionados. Dado que estas lesiones tienden a infectarse y a formarse abscesos, debe administrarse un antibiótico oral activo contra estafilococos (p. ej., cefalexina 500 mg cada 3 vezes al día) durante 5 días.

    Perlas y errores

    • No drenar un hematoma subpericondral puede conducir a la deformidad permanente de la oreja.

    Laceraciones

    En laceraciones del pabellón auricular, se suturan siempre que sea posible los márgenes de la piel. Si se penetra el cartílago, que se repare a menos que no haya suficiente piel para cubrirlo. El cartílago dañado, ya sea reparado o no, se entablilla desde el exterior con un algodón (p. ej., un rollo de gasa dental) o un vendaje de gasa impregnada con antibiótico. Se administran antibióticos orales, como vimos antes para los hematomas.

    Las heridas por mordedura de humanos corren un alto riesgo de infección, incluyendo la infección del cartílago, una complicación potencialmente grave. El tratamiento incluye el desbridamiento minucioso de tejido desvitalizado, antibióticos profilácticos (p. ej., amoxicilina/clavulánico 500-875 mg por vía oral 2 veces al día durante 3 días) y, posiblemente, los antivirales (véase tabla Los antimicrobianos para las heridas por mordedura). Heridas < 12 h de antiguedad pueden estar cerradas, pero a las heridas antiguas se les debe permitir cicatrizar secundariamente y las deformidades cosméticas se describirán más adelante.

    Avulsiones

    Las avulsiones o arrancamientos totales o parciales deben ser reparadas por un otorrinolaringólogo o un cirujano plástico.

    Traumatismo secundario a una fractura de la mandíbula

    Los golpes contundentes sobre la mandíbula pueden transmitirse a la pared anterior del conducto auditivo externo (pared posterior de la fosa glenoidea). Los fragmentos desplazados de una pared anterior fracturada pueden causar estenosis del conducto y deben reducirse o eliminarse quirúrgicamente bajo anestesia general.

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