Gonorrea

PorSheldon R. Morris, MD, MPH, University of California San Diego
Revisado/Modificado feb 2023 | Modificado sept 2023
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Datos clave

La gonorrea es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que infecta la mucosa de la uretra, del cuello uterino, del recto o de la garganta o la membrana que recubre la parte frontal del ojo (la conjuntiva y la córnea).

  • La gonorrea se suele transmitir por contacto sexual.

  • Suele producir secreciones peneanas o vaginales y aumentan la frecuencia y la urgencia de la necesidad de orinar.

  • Para detectar la infección puede realizarse un examen microscópico, un cultivo o un análisis de ADN de una muestra de la secreción vaginal o del pene o análisis de ADN de la orina.

  • Los antibióticos pueden curar la infección, pero la resistencia a los antibióticos utilizados para tratar la gonorrea se está haciendo más frecuente.

  • El uso de preservativos durante las relaciones sexuales genitales puede ayudar a prevenir la transmisión de la gonorrea y otras infecciones de transmisión sexual de una persona a otra.

(Véase también Introducción a las infecciones de transmisión sexual.)

La gonorrea es una enfermedad infecciosa muy frecuente. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) (Centros para el control y la prevención de enfermedades) estiman que en Estados Unidos se producen anualmente más de 1 millón de infecciones nuevas.

La gonorrea casi siempre se transmite por contacto sexual vaginal, oral o anal. Tras un episodio de coito vaginal sin condón, la probabilidad de transmisión de la infección de una mujer afectada al hombre es del 20%. La probabilidad de contagio de un hombre infectado a una mujer y de un hombre a otro puede ser mayor.

Si una mujer embarazada está infectada, la bacteria puede extenderse a los ojos del recién nacido durante el parto, causando conjuntivitis en el recién nacido. En la actualidad, en la mayoría de los países con altos recursos, la infección neonatal se previene administrando antibioterapia ocular en pomada a todos los recién nacidos.

Las personas con gonorrea corren un mayor riesgo de contraer otras infecciones de transmisión sexual, como clamidia, sífilis o infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

¿Sabías que...?

  • Si una mujer embarazada tiene gonorrea, los ojos del recién nacido pueden infectarse durante el parto, por lo que los recién nacidos reciben tratamiento rutinario para prevenir esta infección.

Síntomas de la gonorrea

Por lo general, la gonorrea causa síntomas solo en los lugares donde comienza la infección, con mayor frecuencia el cuello uterino, el pene, la uretra o la garganta. En ocasiones, la infección se propaga por el torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo, especialmente a la piel, a las articulaciones o a ambos.

Algunos hombres (cerca del 25%) presentan síntomas mínimos. Los síntomas comienzan aproximadamente de 2 a 14 días después del contagio. Los hombres sienten cierta molestia en la uretra (el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo). A esta molestia le sigue, al cabo de unas pocas horas, dolor al orinar que puede ser leve o intenso, secreción de pus por el pene y frecuente urgencia de orinar. La abertura en la punta del pene puede estar roja e hinchada. Las bacterias a veces se extiende hasta el epidídimo (el tubo en espiral que se encuentra en la parte superior de cada testículo), lo que provoca que el escroto se hinche y resulte doloroso a la palpación.

Algunas mujeres infectadas (entre el 10 y el 20%) infectadas no tienen ningún síntoma o, si los hay, son leves. Por lo tanto, la gonorrea se detecta solo durante las revisiones periódicas o bien cuando se diagnostica en la pareja. De modo característico, los síntomas no aparecen hasta un mínimo de 10 días después de haber contraído la infección. Algunas mujeres solo sienten cierta molestia en la zona genital y producen una secreción vaginal de color amarillo o verde. Sin embargo, otras mujeres tienen síntomas más graves, como una necesidad imperiosa de orinar o dolor durante la micción. Estos síntomas se desarrollan cuando también se infecta la uretra.

La infección puede extenderse por el aparato reproductor e infectar el útero, los conductos que conectan los ovarios con el útero. (trompas de Falopio) y, a veces, el área alrededor de los ovarios. En algunas mujeres, la infección se extiende hacia el recubrimiento de la pelvis y de la cavidad abdominal (peritoneo), lo que provoca peritonitis. Estas infecciones se denominan enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) y causan dolor intenso en la parte baja del abdomen y, a veces, fiebre. A veces la infección se concentra en la zona alrededor del hígado, en la parte superior derecha del abdomen, causando dolor, fiebre y vómitos (llamado síndrome de Fitz-Hugh-Curtis).

El sexo anal con una pareja infectada puede provocar gonorrea del recto (proctitis gonocócica). Esta infección no suele causar síntomas, pero puede hacer que las deposiciones resulten dolorosas. Otros síntomas incluyen estreñimiento, prurito, sangrado y secreciones del recto. La zona que rodea el ano se enrojece y queda en carne viva, y las heces se cubren de mucosidad y de pus. Al examinar el recto con un tubo de visualización (anoscopio), se puede distinguir moco y pus en la pared del recto.

El sexo oral con una persona infectada produce gonorrea de la garganta (faringitis gonocócica). Por lo general estas infecciones no provocan síntomas, si bien se puede notar la garganta dolorida.

Si los fluidos infectados entran en contacto con los ojos, puede aparecer conjuntivitis gonocócica, que causa hinchazón de los párpados y una secreción purulenta en los ojos. Mientras que en los adultos lo habitual es que se infecte un solo ojo. En los recién nacidos se suelen infectar ambos. Si no se trata rápidamente, puede dar lugar a ceguera.

Se puede desarrollar una infección gonocócica diseminada (síndrome de artritis-dermatitis), aunque es muy poco frecuente. Ocurre cuando la infección se propaga por el torrente sanguíneo a otras partes del organismo, sobre todo, a la piel y a las articulaciones; en raras ocasiones, la infección se extiende al corazón. Las articulaciones se hinchan y se vuelven hipersensibles y extremadamente dolorosas, lo que limita los movimientos. La piel sobre la articulación infectada puede estar enrojecida y caliente. Las personas afectadas presentan de forma característica fiebre, sensación de malestar general y desarrollan dolor articular (debido a artritis) en una o más articulaciones. También pueden surgir pequeñas manchas rojas en la piel, por lo general en los brazos y las piernas. Las manchas son ligeramente dolorosas y pueden llenarse de pus. Existe tratamiento para las infecciones de las articulaciones, de la sangre y del corazón, pero la recuperación de la artritis puede ser lenta.

La artritis séptica gonocócica es una forma de infección gonocócica diseminada que causa artritis dolorosa. Por lo general, afecta a una o dos de las grandes articulaciones, como las rodillas, los tobillos, las muñecas o los codos. Los síntomas suelen comenzar repentinamente. Las personas generalmente tienen fiebre. Las articulaciones infectadas están doloridas e inflamadas y el movimiento se encuentra limitado. La piel sobre la articulación infectada puede estar caliente y enrojecida.

En niños, la gonorrea suele ser un signo de abuso sexual. En las niñas, la zona genital (vulva) se irrita, se enrojece y se hincha, y pueden tener secreciones vaginales. Si se infecta la uretra, sobre todo en los niños de sexo masculino, se siente dolor al orinar.

Diagnóstico de la gonorrea

  • Por lo general, análisis de una muestra de secreción del cuello uterino, la vagina, el pene, la garganta o el recto o análisis de una muestra de orina

Para diagnosticar la gonorrea, los médicos recogen una muestra de secreción y la envían al laboratorio. Se pueden realizar pruebas de alta sensibilidad para detectar el ADN de los gonococos y de las clamidias (que también suelen estar presentes). En el laboratorio se pueden detectar ambas infecciones en una sola muestra. Para algunas de estas pruebas (llamadas pruebas de amplificación de ácidos nucleicos, o NAAT), se utilizan técnicas que aumentan la cantidad de material genético de la bacteria. Debido a que estas técnicas hacen que los microorganismos sean más fáciles de detectar, se pueden utilizar muestras de orina. Por lo tanto, estas pruebas son convenientes para el cribado de personas que no presentan síntomas o que no desean tomar muestras de líquido de sus genitales. A veces, la muestra también se envía para su cultivo (para hacer crecer los microorganismos).

En los hombres, la gonorrea puede diagnosticarse rápidamente (en el plazo de 1 hora) mediante el examen de muestras de la secreción y la identificación de las bacterias (gonococos), si el centro cuenta con el equipo adecuado y con personal capacitado. Si la secreción es obvia, los médicos tocan con un hisopo o un portaobjetos la punta del pene para recoger una muestra. Si la secreción no es evidente, la muestra se recoge insertando un pequeño hisopo como mínimo 1 cm en el interior de la uretra. Se les pide a los hombres que se abstengan de orinar durante al menos 2 horas antes de que se recolecte la muestra.

El diagnóstico de la gonorrea en las mujeres es más difícil que en los hombres, porque la identificación de bacterias en una muestra de secreción del cuello uterino es más difícil que la identificación en una muestra de un pene. Las bacterias de una muestra tomada del cuello uterino se pueden ver al microscopio solo en la mitad de las mujeres infectadas.

Dado que personas pueden padecer más de una infección de transmisión sexual, se debe intentar detectar otras infecciones de transmisión sexual, como la sífilis y la infección por VIH, en las muestras de sangre y de fluidos genitales.

Si una articulación está hinchada y enrojecida, se debe vaciar el líquido que contiene con una aguja. Este líquido se envía al laboratorio para su cultivo y para realizar otras pruebas.

Pruebas de detección de la gonorrea

A determinadas personas que no presentan síntomas se les realizan pruebas para detectar la gonorrea porque corren un riesgo mayor de contraer la infección.

Si se recomienda el cribado, se realiza incluso si la persona usa condones de forma regular. Las pruebas se realizan con muestras tomadas del recto, la uretra o, si se practica sexo oral, de la garganta.

Por ejemplo, las mujeres se someten a pruebas de cribado anualmente si son sexualmente activas y menores de 25 años o si tienen 25 años o más, son sexualmente activas y presentan uno o más de uno de los factores de riesgo siguientes:

  • Una enfermedad de transmisión sexual (ETS) anterior

  • Actividades sexuales de riesgo (como tener muchas parejas sexuales o múltiples parejas sexuales, usar condones de manera irregular cuando no se está en una relación mutuamente monógama o participar en trabajos sexuales)

  • Haber estado encarceladas

  • Tener una pareja sexual que participa en actividades sexuales de riesgo o que sufre una infección de transmisión sexual

Las mujeres embarazadas se someten a pruebas de cribado durante su primera visita prenatal y de nuevo durante el tercer trimestre si presentan un riesgo elevado.

En el caso de los hombres que mantienen relaciones sexuales con mujeres el cribado no se realiza de forma rutinaria, si bien está a disposición de la persona que lo solicita y, a menudo, se ofrece a todas las personas en las clínicas para adolescentes, clínicas de infecciones de transmisión sexual y correccionales.

A los hombres que mantienen relaciones homosexuales se les realizan pruebas de detección sistemática:

  • Si son sexualmente activos: por lo menos una vez al año

  • Si presentan un riesgo mayor (personas con infección por VIH, múltiples parejas sexuales o una pareja que tiene múltiples parejas): cada 3 a 6 meses

Las personas transgénero y con diversidad de género se someten a pruebas de cribado si son sexualmente activas según sus prácticas sexuales y su anatomía. Por ejemplo, todas las personas con cuello uterino menores de 25 años se someten a pruebas de cribado anualmente. Si tienen 25 años o más, las personas con cuello uterino deben someterse a pruebas de cribado anuales si presentan un mayor riesgo. La prueba de frotis rectal se realiza en personas transgénero y con diversidad de género según los comportamientos sexuales y la exposición.

Tratamiento de la gonorrea

  • Un antibiótico

  • Análisis y tratamiento de parejas sexuales

Por regla general, los médicos administran a las personas con gonorrea una única inyección intramuscular del antibiótico ceftriaxona.

Por lo general, cuando la gonorrea se propaga por el torrente sanguíneo, se trata a los pacientes en el hospital con antibióticos por vía intravenosa o mediante inyección intramuscular.

Cuando los síntomas son persistentes o recurrentes tras el tratamiento, se pueden obtener muestras para su cultivo con el fin de determinar si el paciente está curado y se pueden hacer pruebas para detectar si los gonococos son resistentes a los antibióticos administrados.

Los pacientes con gonorrea deberán mantener abstinencia sexual hasta que se termine el tratamiento, para evitar contagiar a su pareja.

Parejas sexuales

Todas las parejas sexuales que hayan mantenido contacto sexual en los últimos 60 días con un paciente infectado deberán someterse a pruebas para detectar la gonorrea y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y, en caso de que los resultados sean positivos, recibir tratamiento. Si en las parejas sexuales ha habido exposición a la gonorrea en las 2 últimas semanas, debe administrarse tratamiento sin esperar a los resultados de las pruebas.

La terapia acelerada de pareja es una opción que los médicos utilizan a veces para facilitar el tratamiento de las parejas sexuales. Este enfoque implica dar a las personas con gonorrea una receta o medicamentos para dárselos a su pareja. Por lo tanto, la pareja sexual recibe tratamiento, incluso si aún no ha acudido al médico. De todos modos, acudir al médico es siempre la mejor opción, ya que de este modo este puede verificar si existen alergias a los medicamentos y la presencia de otras posibles infecciones de transmisión sexual. Sin embargo, si resulta poco probable que la pareja sexual consulte a un médico, la terapia acelerada de pareja resulta de utilidad.

Prevención de la gonorrea

Las medidas generales siguientes pueden ayudar a prevenir la gonorrea (y otras infecciones de transmisión sexual):

  • Prácticas sexuales más seguras, incluyendo el uso de un condón siempre que se practique sexo oral, anal o genital

  • Disminución del riesgo de exposición a las infecciones de transmisión sexual al reducir el número de parejas sexuales, no tener parejas sexuales de alto riesgo (personas con muchas parejas sexuales o que no practican relaciones sexuales más seguras) o practicar la monogamia o la abstinencia mutua

  • Rápido diagnóstico y tratamiento de la infección (para evitar contagiar a otras personas)

  • Identificación de los contactos sexuales con personas infectadas, seguida por el asesoramiento o el tratamiento de estos contactos

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. Centers for Disease Control and Prevention: Gonorrhea

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