La gammapatía monoclonal de significación indeterminada (GMSI) consiste en la producción de una proteína M por parte de células plasmáticas no cancerosas en ausencia de otras manifestaciones típicas de mieloma múltiple.
(Véase también Generalidades sobre los trastornos de las células plasmáticas).
La incidencia de gammapatía monoclonal de significación indeterminada (GMSI) aumenta con la edad, de 1% en las personas de 25 años a > 5% en aquellas > 70 años (1). La GMSI puede asociarse con otros trastornos (véase tabla Clasificación de los trastornos de células plasmáticas), en cuyo caso las proteínas M (proteínas inmunoglobulinas monoclonales, que pueden estar formadas tanto por cadenas pesadas como ligeras o solo por cadenas ligeras) pueden ser anticuerpos producidos en gran cantidad en respuesta a estímulos antigénicos prolongados.
Por lo general, la gammapatía monoclonal de significación indeterminada es asintomática, pero puede producir una neuropatía periférica, y los pacientes corren mayor riesgo de experimentar un aumento de la pérdida ósea y fracturas. Si bien la mayoría de los casos son benignos al principio, hasta el 25% (1%/año) evoluciona hacia un mieloma o un trastorno de linfocitos B relacionado, como la macroglobulinemia, la amiloidosis o un linfoma (2). Los pacientes con enfermedad de tipo IgM tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno linfoproliferativo grave por células B.
El diagnóstico de GMSI suele sospecharse cuando se detecta una proteína M incidentalmente en sangre u orina durante un examen de rutina o como parte de la evaluación para una neuropatía periférica inexplicable. En la evaluación de laboratorio, la proteína M está presente en concentraciones más bajas en sangre (< 3 g/dL [<30 g/L]) o en orina (< 200 mg/24 horas) que en pacientes con mieloma múltiple. La gammapatía monoclonal de significación indeterminada se diferencia de los trastornos de células plasmáticas malignos porque las concentraciones de proteína M son más bajas, las células plasmáticas clonales en la médula ósea son más bajas, y no hay lesiones osteolíticas, anemia ni disfunción renal.
A causa del riesgo de fractura, se debe hacer una evaluación inicial con un estudio del esqueleto (es decir, radiografías simples de cráneo, huesos largos, la columna vertebral, la pelvis y las costillas) y densitometría ósea.
No se recomienda el tratamiento antineoplásico. Sin embargo, los pacientes con gammapatía monoclonal de significación indeterminada y pérdida ósea asociada (osteopenia u osteoporosis) pueden beneficiarse con el tratamiento con bisfosfonatos por vía intravenosa pero con una frecuencia de dosificación menos que la indicada habitualmente para tratar a los pacientes con mieloma múltiple.
Cada 6 a 12 meses, los pacientes deben someterse a un examen clínico, con electroforesis de proteínas en suero y orina para evaluar la progresión de la enfermedad.
Referencias
1. Kyle RA, Therneau TM, Rajkumar SV, et al. Prevalence of monoclonal gammopathy of undetermined significance. N Engl J Med 2006;354(13):1362-1369. doi:10.1056/NEJMoa054494
2. Kyle RA, Therneau TM, Rajkumar SV, et al. A long-term study of prognosis in monoclonal gammopathy of undetermined significance. N Engl J Med 2002;346(8):564-569. doi:10.1056/NEJMoa01133202