Cambios físicos asociados con el envejecimiento

PorRichard G. Stefanacci, DO, MGH, MBA, Thomas Jefferson University, Jefferson College of Population Health
Revisado/Modificado abr 2024
Vista para pacientes

La mayoría de las funciones biológicas relacionadas con la edad alcanzan su máximo a los 30 años y empiezan a descender en forma lineal a partir de entonces (véase tabla Algunos cambios fisiológicos relacionados con la edad); este descenso puede ser importante durante situaciones de estrés, pero ejerce un efecto escaso o nulo sobre las actividades cotidianas. En consecuencia, más que el proceso normal de envejecimiento, las enfermedades son las responsables principales de la pérdida de la función durante la edad avanzada.

En muchos casos, este deterioro asociado con el envejecimiento puede ser secundario al menos en parte al estilo de vida, la conducta, la dieta y el ambiente, por lo que puede modificarse. Por ejemplo, el ejercicio aeróbico puede prevenir o revertir parcialmente la disminución de la capacidad máxima de ejercitarse (consumo de oxígeno por unidad de tiempo o VO2máx), la fuerza muscular y la tolerancia a la glucosa en ancianos sanos pero sedentarios.

Menos del 15% de los adultos mayores cumple con las recomendaciones de actividad física aeróbica y de fortalecimiento muscular de las Guías del U.S. Department of Health and Human Services (HHS) (). Los ancianos tienden a ser menos activos que otros grupos etarios por numerosas razones, las más comunes son las enfermedades que limitan su actividad física.

Los beneficios de la actividad fìsica en los ancianos son numerosos y superan por mucho sus riesgos (p. ej., caídas, desgarro de ligamentos, distensiones musculares). Los beneficios son los siguientes (1).

  • Reducción de las tasas de mortalidad, incluso para las personas que fuman y las personas con obesidad

  • Preservación de la fuerza de los músculos esqueléticos, la capacidad aeróbica y la densidad ósea, lo que contribuye a la mayor movilidad y la independencia

  • Reducción del riesgo de obesidad

  • Prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares (incluso rehabilitación después de un infarto de miocardio), diabetes, osteoporosis, cáncer de colon y enfermedades psiquiátricas (en especial, trastornos del estado de ánimo)

  • Prevención de caídas y lesiones relacionadas con ellas a través del aumento de la fuerza muscular, el equilibrio, la coordinación, la función de las articulaciones y la resistencia

  • Aumento de la capacidad funcional

  • Oportunidad para la interacción social

  • Mayor sensación de bienestar

  • Posiblemente mejor calidad del sueño

La actividad fìsica es una de las pocas intervenciones que pueden restablecer la capacidad fisiológica perdida.

Tabla
Tabla

Los efectos no modificables del envejecimiento pueden ser menos graves, y en muchas personas puede lograrse una vejez más fuerte y saludable. En la actualidad, las personas > 65 años se encuentran en mejores condiciones de salud que sus ancestros y conservan este estado durante más tiempo.

Referencia general

  1. 1. Department of Health and Human Services USA: Physical activity guidelines for Americans midcourse report: Implementation strategies for older adults. Accedido el 09/03/24.

Ejercicio en las personas mayores

Los adultos mayores deben tratar de incorporar las siguientes categorías de ejercicios:

  • Resistencia (aeróbica)

  • Entrenamiento de la fuerza

  • Equilibrio

  • Flexibilidad

Por ejemplo, las guías de actividad física de los CDC para los estadounidenses recomienda que los adultos ≥ 65 años realicen al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica de intensidad moderada más actividades de fortalecimiento al menos 2 días a la semana para obtener beneficios sustanciales para la salud (1).

La actividad aeróbica debe ser de intensidad al menos moderada (p. ej., caminata rápida, ejervicios aeróbicos, bicicleta a un ritmo normal).

El entrenamiento de fuerza puede incluir levantar pesas, el uso de bandas de resistencia, jardinería pesada, y yoga. El régimen específico puede adaptarse según las condiciones médicas y el nivel de condición física. Por ejemplo, un programa de ejercicios en silla con pesas livianas y movimientos de todo el cuerpo puede ser adecuado para las personas con limitaciones de movilidad. Los ejercicios en el agua son buenos para las personas con artritis (y también se pueden utilizar para el ejercicio aeróbico). El entrenamiento de fuerza de alta intensidad es especialmente apropiado para pacientes frágiles propensos a sarcopenia y debilidad. Si el entrenamiento de fuerza se realiza a través de todo el arco de movimiento, muchos ejercicios mejoran la flexibilidad, y el aumento de fuerza muscular mejora la estabilidad articular y, en consecuencia, el equilibrio.

Se recomiendan los ejercicios de equilibrio (p. ej., tai chi, caminata hacia atrás) para los adultos mayores con riesgo de caída.

Los ejercicio de flexibilidad implican estirar los principales grupos musculares varias veces a la semana, idealmente después de ejercitar los músculos cuando son menos resistentes al estiramiento (es decir, tras el calentamiento). Un ejemplo es el estiramiento del corredor, que estira los músculos gastrocnemios.

Estas recomendaciones de ejercicio son seguras y proporcionan beneficios para la mayoría de los adultos mayores, incluidos aquellos con enfermedades crónicas. En general, la caminata y otros ejercicios de resistencia de intensidad moderada están avalados por la mejor evidencia en relación con la reducción del riesgo de enfermedad crónica. En forma independiente del tipo de programa, el ejercicio puede ayudar a los adultos mayores a mantener su independencia.

Todavía se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de aumentar significativamente los niveles de actividad física. Un profesional de la salud debe controlar a las personas con alto riesgo de trastornos cardíacos cuando hacen ejercicio enérgico.

Medicamentos y ejercicio

En los diabéticos, las dosis de insulina y de hipoglucemiantes orales deben ajustarse de acuerdo con la magnitud anticipada del ejercicio con el fin de prevenir la hipoglucemia durante el ejercicio.

Las dosis de los fármacos que causan hipotensión ortostática (p. ej., antidepresivos, antihipertensivos, hipnóticos, ansiolíticos, diuréticos) deben reducirse para evitar una exacerbación de los síntomas ortostáticos a causa de la pérdida de líquido durante el ejercicio. En los pacientes que toman estos fármacos, la ingesta de una cantidad adecuada de líquido resulta fundamental durante el ejercicio.

Algunos sedantes-hipnóticos pueden disminuir el rendimiento físico al reducir el nivel de actividad o inhibir los músculos y los nervios. Estos y otros medicamentos psicoactivos o drogas ilícitas aumentan el riesgo de caídas. Puede ser necesario reducir la dosis o suspender estos fármacos para que el ejercicio sea seguro y para que el paciente pueda cumplir con el plan de ejercicios.

Referencias generales

  1. 1. Department of Health and Human Services USA: Physical activity guidelines for Americans midcourse report: Implementation strategies for older adults. Accedido el 09/03/24.

  2. 2. de Souto Barreto P, Rolland Y, Vellas B, et al: Association of long-term exercise training with risk of falls, fractures, hospitalizations, and mortality in older adults: A systematic review and meta-analysis. JAMA Intern Med 179(3):394-405, 2018. doi: 10.1001/jamainternmed.2018.5406

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