La primera prioridad durante una emergencia médica es salvar vidas. Una persona que está inconsciente y que no responde puede estar cerca de la muerte; los rescatadores deben evaluar la situación y comenzar el tratamiento según sea necesario para mantener el ABC: la vía respiratoria (A) de una persona, la respiración (B) y la circulación (C). Una alteración en cualquiera de estos tres elementos es siempre mortal si no se corrige con rapidez.
Las vías respiratorias, por las cuales pasa el aire hasta los pulmones, pueden llegar a bloquearse (por ejemplo, por el atragantamiento con un trozo de comida o por su inhalación). Muchos trastornos, como el enfisema y el asma, pueden dificultar la respiración. La circulación de la sangre, que depende del bombeo y del latido del músculo cardíaco, puede detenerse durante un paro cardíaco. Las personas que no son profesionales de la salud deben proporcionar asistencia médica solo si son capaces de hacerlo de una manera segura para ellos y para la persona que sufre una emergencia médica. Por ejemplo, no deben entrar en un edificio en llamas o intentar rescatar a alguien en un entorno peligroso, como el borde de un precipicio. Sin el entrenamiento o el equipo adecuado, las personas que intentan un rescate pueden terminar entre los heridos.
Después de evaluar la situación, los rescatistas deben comenzar inmediatamente la atención de emergencia, si es apropiada para la situación, que puede incluir
Maniobras para aliviar la asfixia (por ejemplo, compresiones abdominales, también llamadas maniobra de Heimlich)
Reanimación cardiorrespiratoria para personas en paro cardíaco
Presión directa sobre las zonas con hemorragia visible
La siguiente prioridad es conseguir asistencia médica llamando al servicio de emergencias médicas. En los diversos países existen líneas telefónicas de emergencias con servicio ininterrumpido; por ejemplo, en Estados Unidos se puede acceder llamando al 911 y en España llamando al 112. La persona que llama debe proporcionar al operador una descripción lo más completa posible del estado de la persona afectada y de cómo se desarrolló la lesión o la enfermedad. No debe colgar el teléfono hasta que se le haya indicado qué hacer. Si están presentes varias personas no especialistas (rescatadores), uno debe llamar solicitando ayuda médica mientras el otro comienza a valorar las lesiones y aplica los primeros auxilios. Si solo hay un rescatador disponible, espere a pedir ayuda hasta después de comenzar la atención de emergencia.
Después de llamar al 911 (en Estados Unidos) o al servicio de emergencias local, en caso necesario los rescatistas también pueden administrar a la persona afectada los siguientes medicamentos de rescate:
Epinefrina (adrenalina) en un dispositivo de inyección intramuscular de dosis única premedido (por ejemplo, EpiPen) para reacciones alérgicas potencialmente mortales (anafilaxia), como después de una picadura de abeja o de comer un alimento al que la persona es alérgica
Naloxona, por la nariz o por inyección intramuscular, si una persona deja de respirar o casi deja de respirar después de una sobredosis de opiáceos (por ejemplo, heroína, oxicodona [incluyendo oxycontin], fentanilo)
Si son muchas las personas lesionadas, debe tratarse primero a la que está herida de mayor gravedad. La evaluación debe llevar menos de un minuto por cada persona lesionada. En cada caso, el rescatador debe considerar si la situación es
Potencialmente mortal
Urgente pero no potencialmente mortal
No urgente
Puede ser difícil determinar cuál de ellas necesita tratamiento con más urgencia, pues alguien que grita de dolor puede sufrir lesiones de menor gravedad que otro que no puede respirar o que está en coma y, por lo tanto, no puede gritar. La dificultad para respirar y la hemorragia masiva son potencialmente mortales, pero el tratamiento de un brazo o una pierna rotos casi siempre puede esperar, por muy doloroso que sea.
Cuando hay muchas personas con lesiones graves y los recursos son limitados, es posible que los rescatadores tengan que decidir tratar solo a las que crean que tienen posibilidades de sobrevivir.
Cuando las personas lesionadas son incapaces de transmitir información médica porque están confundidas o inconscientes o debido a la gravedad de su estado, la información se debe obtener de otras maneras. Por ejemplo, si al lado de una persona inconsciente se encuentra un frasco de comprimidos vacío, debe entregarse el envase al personal de emergencias médicas. La descripción de cómo ocurrió la lesión y la información procedente de testigos, familiares o de los propios rescatadores pueden ser esenciales para establecer el tratamiento.
A las personas que no necesitan tratamiento urgente se les ofrece consuelo y medidas simples, como proporcionarles una manta y mantener la calma y el calor, mientras esperan su tratamiento.
Para prevenir la propagación de infecciones transmitidas por la sangre, los rescatadores deben protegerse siguiendo las precauciones universales, basadas en un enfoque para prevenir la transmisión de la infección que considera que toda la sangre humana y los fluidos corporales son potencialmente infecciosos. Por ejemplo, algunas enfermedades graves, como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la hepatitis B y la hepatitis C (véase Introducción a la hepatitis), pueden transmitirse a través de la sangre y determinados líquidos corporales. Si es posible, los rescatadores deben usar guantes de látex o nitrilo para una mejor protección. Si no se dispone de guantes se puede utilizar plástico. Por ejemplo, los rescatadores pueden colocar las manos dentro de bolsas de plástico para alimentos o de cualquier material impermeable. También deben utilizarse máscarillas y gafas de seguridad (o protectores faciales) y batas y gorras protectoras en caso de salpicaduras de líquidos o de sangre.
Después de completar los primeros auxilios, los rescatadores deben limpiar su piel de cualquier contaminante. Por ejemplo, deben lavarse las manos vigorosamente con agua y jabón lo antes posible, incluida la zona debajo de las uñas. Si no se dispone de agua y jabón, se puede utilizar un desinfectante de manos a base de alcohol.