Las rayas tienen veneno en las púas situadas en la parte posterior de la cola. Las lesiones suelen producirse cuando una persona pisa una raya (que por lo general está enterrada en la arena) mientras camina por aguas marinas poco profundas. La raya lanza su cola y clava las púas en el pie o en la pierna de la víctima, y libera el veneno. Es posible que en la herida queden fragmentos del revestimiento de la púa, lo cual incrementa el riesgo de infección.
Foto cortesía de Thomas Arnold, MD.
En general, la herida que produce la púa es irregular y sangra abundantemente. El dolor es inmediato e intenso, si bien disminuye gradualmente en un periodo de 6 a 48 horas. Muchas personas que sufren este tipo de herida manifiestan desvanecimiento, debilidad, náuseas y ansiedad. Son menos frecuentes los vómitos, diarrea, sudoración, espasmos generalizados y las dificultades respiratorias.
(Véase también Introducción a las mordeduras y picaduras.)
Tratamiento de las picaduras de raya
Inicialmente, lavar con agua salada
Tratamiento médico de la herida y eliminación de los fragmentos de púa
El tratamiento de primeros auxilios de las lesiones producidas por una raya en un brazo o una pierna empieza con un cuidadoso enjuague con agua salada para intentar extraer los fragmentos de la púa de la cola. La púa debe retirarse solo si se encuentra en la superficie de la piel y no está incrustada en el cuello, el pecho o el abdomen. Las hemorragias abundantes deben reducirse mediante la aplicación de presión directa.
En el servicio de urgencias, los médicos examinarán la herida en busca de fragmentos de púa y los retirarán. También puede ser necesaria la vacuna contra el tétanos. El brazo o la pierna heridos deben permanecer en alto durante varios días. A algunas de las personas afectadas se les administran antibióticos o pueden requerir cirugía para cerrar la herida.