Los objetos en el oído pueden eliminarse mediante el lavado del canal auditivo con agua o con una solución salina estéril, o bien mediante succión, fórceps u otras herramientas. Si el cuerpo extraño no puede extraerse fácilmente, es probable que sea necesario derivarle a un otorrinolaringólogo. El cuerpo extraño no se debe empujar más adentro del canal auditivo porque hacerlo puede causar una lesión grave. Los médicos pueden extraer un insecto poniendo un anestésico o aceite mineral en el oído, lo que mata el insecto y facilita la extracción. El anestésico también alivia el dolor. Los niños más jóvenes y más asustados pueden requerir sedación o un anestésico general antes de llevar a cabo tales procedimientos.
Los objetos cortantes, como lápices, pueden perforar el tímpano (véase Perforación del tímpano). Las perforaciones deben ser evaluadas por un especialista en oído, pero la mayoría se curan por sí solas con el tiempo, sin pérdida de la audición.
