En ocasiones los pacientes pueden descubrir un bulto anormal (una masa) en su cuello. A veces, el médico descubre el bulto durante la exploración. Los bultos cervicales pueden ser dolorosos o no, dependiendo de la causa. Una masa cervical indolora puede estar presente durante mucho tiempo antes de que el paciente se de cuenta.
Causas del bulto en el cuello
La mayoría de los bultos del cuello son ganglios linfáticos aumentados de volumen. A veces, el tumor es un quiste congénito, una glándula salival o una glándula tiroidea aumentadas de tamaño.
Agrandamiento de los ganglios linfáticos debidos a infecciones
Las causas más frecuentes de aumento de volumen de los ganglios linfáticos en los jóvenes son:
Reacción a una infección cercana (como un resfriado o una infección de garganta)
Infección bacteriana directa del ganglio linfático
Ciertas infecciones generalizadas (sistémicas)
A menudo aumentan de tamaño uno o varios ganglios linfáticos cervicales en respuesta a una infección de las vías respiratorias altas, a una infección de garganta o a una infección dental. En tales casos, los ganglios son blandos y por lo general no son dolorosos a la palpación. Por lo general regresan a la normalidad poco después de que la infección desaparezca.
A veces, las bacterias pueden infectar directamente los ganglios linfáticos (linfadenitis). Estas infecciones incluyen la enfermedad por arañazo de gato, la toxoplasmosis y la actinomicosis. En estas infecciones, los ganglios infectados son bastante sensibles al tacto.
Ciertas infecciones sistémicas suelen causar el aumento de tamaño de varios ganglios linfáticos, incluyendo algunos en el cuello. Las más frecuentes de estas infecciones son la mononucleosis, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la tuberculosis.
Nódulos cancerosos en el cuello
Una causa mucho menos frecuente pero más grave del aumento de tamaño de los ganglios linfáticos son las
Cáncer
Los tumores malignos del cuello son más frecuentes entre las personas mayores, aunque pueden ocurrir en personas más jóvenes. El bulto canceroso puede corresponder a cualquiera de las situaciones siguientes:
Un cáncer de una estructura cercana, como la boca o la garganta, que se haya extendido al cuello.
Un ganglio linfático canceroso, que puede ocurrir cuando un cáncer se disemina (hace metástasis) desde una estructura cercana o desde partes más distantes del cuerpo
Un cáncer que comienza en el sistema linfático (linfoma).
Los tumores malignos no son dolorosos o sensibles al tacto y con frecuencia tienen una consistencia pétrea.
Otras causas
Los quistes son cavidades llenas de líquido que normalmente son inofensivas a menos que se infecten. Algunos quistes en el cuello están presentes desde el nacimiento debido a anomalías acaecidas durante el desarrollo fetal. A veces, los quistes se desarrollan en la piel (quiste epidermoide), y esto incluye a la piel del cuello.
Una glándula salival debajo de la mandíbula (glándula submandibular) puede agrandarse si está bloqueada por un cálculo, si se infecta o si se desarrolla cáncer en la misma.
La glándula tiroidea, situada en el centro del cuello justo por encima del esternón, puede aumentar de volumen. La causa más frecuente de aumento de tamaño del tiroides es el bocio, que es una hipertrofia (aumento de volumen benigno). El cáncer de tiroides y la inflamación de la glándula tiroidea (tiroiditis) son menos comunes.
Evaluación del bulto en el cuello
La siguiente información puede ser útil a la hora de decidir cuándo es necesaria la valoración por parte de un médico, así como para saber qué puede esperarse durante esa valoración.
Signos de alarma
En los pacientes con un bulto o masa cervical ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes
Un nódulo de consistencia pétrea
Úlceras o tumoraciones en la boca
Dificultad para tragar y/o afonía
Un tumor o tumores de nueva aparición en una persona mayor
En general, los nódulos indoloros son algo más preocupantes que los dolorosos.
Cuándo acudir al médico
Los pacientes que presentan cualquier tipo de bulto en el cuello que persiste durante más de unos pocos días deben acudir al médico, en especial cuando existen signos de alarma. Las personas con otros síntomas (como fiebre) deben ver a un médico tan pronto como sea posible.
Actuación del médico
El médico pregunta a la persona afectada sobre sus síntomas y su historial médico, y realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física ayudan a decidir, si están indicadas, qué pruebas se deben hacer.
Durante la historia clínica, el médico pregunta sobre:
Síntomas de resfriados (como dolor de garganta, estornudos y secreción nasal) e infecciones de garganta (como dolor al tragar) e infecciones dentales (como dolor dental)
Síntomas de las neoplasias cervicales (como dificultad para hablar o tragar), así como los factores de riesgo de cáncer, especialmente el tabaquismo y el consumo de alcohol
Los factores de riesgo para la infección por VIH y tuberculosis
Durante la exploración el médico se centra en los oídos, la nariz y la garganta (incluyendo las amígdalas, la base de la lengua, la glándula tiroidea y las glándulas salivales). Se intenta identificar signos de infección o crecimientos anormales, incluyendo una exploración de la laringe con un espejo o con un tubo flexible fino provisto de una pequeña cámara de vídeo (laringoscopia). También se palpa el bulto o los bultos cervicales para determinar si son blandos, gomosos o duros y si son dolorosos a la palpación.
Pruebas complementarias
Si hay una fuente obvia de infección (como un resfriado o un dolor de garganta) o si el paciente es joven y sano y presenta una tumoración dolorosa a la palpación desde hace únicamente unos días, no se necesitan de inmediato pruebas complementarias. Estos pacientes se deben vigilar de cerca para ver si el bulto desaparece sin tratamiento. Si no desaparece, es necesario realizar pruebas complementarias.
En la mayoría de los pacientes restantes se debe realizar un hemograma y una radiografía de tórax. Si las personas más jóvenes no tienen factores de riesgo de cáncer o hallazgos que sugieran cáncer (como crecimientos bucales), a menudo se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen, a veces seguidas de una biopsia. En el caso de las personas mayores, particularmente aquellas con signos de alarma o factores de riesgo de cáncer, los médicos a menudo solicitan varias pruebas para buscar una fuente de cáncer antes de extirpar un fragmento del bulto (una biopsia por punción) o la totalidad del bulto para su análisis (biopsia por escisión). Las pruebas suelen incluir análisis de sangre y una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN) de la cabeza y el cuello. Es preferible utilizar ecografía en niños, para evitar exponerlos a la radiación; pueden utilizarse en adultos si los médicos sospechan la presencia de una masa tiroidea. En los niños, la causa más común de bultos en el cuello es la infección, por lo que antes de realizar una prueba de diagnóstico por la imagen, los niños suelen recibir antibióticos para ver si los bultos desaparecen.
Para detectar la presencia de un cáncer originado en otras partes del organismo, el médico suele solicitar radiografías de la parte superior del aparato digestivo, una gammagrafía tiroidea y una tomografía computarizada (TC) del tórax. Puede ser necesario practicar un examen directo de la laringe (laringoscopia), los pulmones (broncoscopia) y el esófago (esofagoscopia) con biopsias, realizadas al mismo tiempo.
Tratamiento del bulto cervical
El tratamiento está dirigido a curar la causa de la masa cervical (bulto en el cuello).
Si el bulto es un ganglio linfático agrandado debido a una infección, generalmente desaparecerá una vez haya desaparecido la infección.
Cuando se encuentran células cancerosas en un bulto o ganglio linfático agrandado en el cuello sin que existan indicios de cáncer en cualquier otra parte, se extirpa la totalidad del ganglio linfático que contiene las células cancerosas, al tiempo que se extirpan los ganglios linfáticos adicionales y el tejido graso del interior del cuello. Si el tumor es grande, también se extirpa la vena yugular interna, junto con los músculos vecinos y los nervios. A menudo se administra también radioterapia.
Conceptos clave
La mayoría de los bultos del cuello son ganglios linfáticos aumentados de volumen.
Los nódulos indoloros son algo más preocupantes que los dolorosos.
Por lo general, no es necesario realizar pruebas complementarias a menos que el médico sospeche un cáncer.
Si no hay signos de cáncer en otras partes del cuerpo, los bultos cancerosos del cuello se extirpan quirúrgicamente.