Introducción a la función y disfunción sexual en los hombres

PorMasaya Jimbo, MD, PhD, Thomas Jefferson University Hospital
Revisado/Modificado sept 2024
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En los hombres, la disfunción sexual hace referencia a la dificultad para realizar el coito. La disfunción sexual abarca una variedad de trastornos que afectan a los aspectos siguientes

  • Deseo sexual (líbido)

  • Capacidad para lograr o mantener una erección (disfunción eréctil o impotencia)

  • Capacidad de eyaculación

  • Capacidad de alcanzar una erección sin una deformidad en el pene

  • Capacidad de alcanzar un orgasmo

La disfunción sexual puede ser consecuencia de determinados factores físicos o psicológicos,o una combinación de ambos. Un problema físico puede conducir a la aparición de problemas psicológicos (como ansiedad, depresión o tensión emocional) que, por otro lado, es posible que agraven el problema físico. A veces, algunos hombres se presionan a sí mismos o se sienten presionados por su pareja para rendir sexualmente de forma adecuada, y se angustian cuando no pueden hacerlo (ansiedad de desempeño sexual). La ansiedad de desempeño sexual puede causar problemas y empeorar mucho más la capacidad de un hombre para disfrutar de las relaciones sexuales.

Los trastornos eyaculatorios son las disfunciones sexuales más frecuentes en los hombres. Los trastornos incluyen

Las disfunciones eréctiles son frecuentes en los hombres de mediana edad y de edad avanzada. Algunos también presentan reducción de la libido.

Causas psicológicas de las disfunciones sexuales

  • Enfado con la pareja

  • Ansiedad

  • Depresión

  • Falta de sintonía o fastidio en la relación con la pareja

  • Miedo al embarazo, dependencia de otra persona o pérdida de control

  • Sentimientos de indiferencia hacia las prácticas sexuales o hacia la pareja

  • Culpabilidad

  • Inhibiciones o ignorancia del comportamiento sexual

  • Ansiedad por el fracaso sexual (preocupación por el desempeño durante el coito)

  • Experiencias traumáticas anteriores relacionadas con la actividad sexual (por ejemplo, violación, incesto, abuso sexual o disfunción sexual previa)

Función sexual masculina normal

La función sexual normal es una interacción compleja que implica la participación tanto de la mente como del cuerpo. Los sistemas nervioso, circulatorio y endocrino (hormonal) interaccionan con la mente para producir una respuesta sexual. Una interacción delicada y equilibrada entre estos sistemas controla la respuesta sexual masculina.

El deseo (también llamado estímulo sexual o libido) es el impulso por querer mantener relaciones sexuales. Puede desencadenarse por pensamientos, palabras, vistas, olores o tacto. El deseo lleva a la primera etapa del ciclo sexual, la excitación.

A continuación se produce la excitación sexual. Durante la excitación, el cerebro envía señales nerviosas a través de la médula espinal hasta el pene. Las arterias que suministran sangre a los tejidos eréctiles (cuerpos cavernosos y cuerpo esponjoso) responden haciéndose más anchas (relajación y dilatación). Las arterias aumentan notablemente el flujo sanguíneo a estas áreas, que se congestionan con sangre y se expanden. Esta expansión ejerce una presión que comprime las venas del pene, que normalmente evacuan la sangre del pene, pero que ahora retardan la salida de la sangre y elevan así la presión sanguínea dentro del pene. La presión elevada en el pene produce la erección y la rigidez. Asimismo, aumenta la tensión muscular en todo el cuerpo.

En la fase de meseta, se intensifican la excitación y la tensión muscular.

El orgasmo es el punto máximo o clímax de la excitación sexual. En el orgasmo, aumenta más la tensión muscular en todo el cuerpo, se contraen los músculos de la pelvis y a continuación sobreviene la eyaculación.

La eyaculación se produce cuando los nervios estimulan las contracciones musculares en los órganos reproductores masculinos: las vesículas seminales, la próstata, los conductos del epidídimo y los conductos deferentes. Estas contracciones hacen que el semen penetre en la uretra. La contracción de los músculos que rodean la uretra aumenta el impulso del semen hacia fuera del pene. El cuello de la vejiga también se contrae y evita así que el semen retroceda y vaya hacia la vejiga.

Órganos reproductores masculinos

Aunque la eyaculación y el orgasmo con frecuencia se producen simultáneamente, son fenómenos separados. Con poca frecuencia puede producirse una eyaculación sin orgasmo. Igualmente, el orgasmo puede producirse sin eyaculación, sobre todo antes de la pubertad o como efecto secundario de determinados medicamentos (como antidepresivos) o tras una cirugía (como la extirpación del colon o la próstata). Por lo general, el orgasmo suele ser muy placentero.

En la fase de resolución, el cuerpo vuelve al estado anterior a la excitación. Una vez alcanzada la eyaculación o el orgasmo, las arterias del pene se constriñen y el músculo liso de los cuerpos cavernosos y del cuerpo esponjoso se contrae, reduciendo con ello el aporte de sangre y aumentando su salida, de modo que el pene recupera la flacidez (detumescencia). Después de un orgasmo no puede conseguirse una segunda erección durante algún tiempo (periodo refractario), a menudo unos 20 minutos o menos en los hombres jóvenes, pero más en los mayores. El tiempo entre erecciones suele aumentar con la edad.

Actividad sexual y cardiopatía

Por lo general, la actividad sexual requiere menos esfuerzo que una actividad física moderada o dura, y por lo tanto suele ser segura para los hombres con una enfermedad cardíaca. Pese a que el riesgo de sufrir un infarto es más alto durante el acto sexual que durante el reposo, el riesgo es muy bajo.

No obstante, los hombres sexualmente activos con trastornos cardíacos y del sistema cardiovascular (que incluyen angina de pecho, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, arritmia y obstrucción de la válvula aórtica [estenosis de la válvula aórtica]) deben pasar por la consulta médica. Por lo general, la actividad sexual es segura si la enfermedad es leve, si causa pocos síntomas y si la presión arterial es normal. Si la enfermedad es de gravedad moderada o si el sujeto tiene otras enfermedades que hacen probable un infarto, puede ser necesario efectuar pruebas para determinar hasta qué punto es segura la actividad sexual. Si la enfermedad es grave o si se tiene un aumento de tamaño del corazón que obstruye el flujo de sangre que sale del ventrículo izquierdo (miocardiopatía obstructiva), debe diferirse la actividad sexual hasta que el tratamiento reduzca la gravedad de los síntomas.

Debe consultarse con el médico en qué momento puede reanudarse la actividad sexual después de haber sufrido un ataque al corazón. Según las recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Cardiología, la actividad sexual se puede reanudar tan solo 1 semana después de un ataque al corazón si la actividad física entre suave y moderada no provoca dolor torácico ni dificultad respiratoria.

El uso de sildenafilo, vardenafilo, avanafilo o tadalafilo es peligroso en los hombres que toman nitroglicerina, dado que puede producirse una hipotensión arterial peligrosa.

Habitualmente, entre las pruebas para determinar la seguridad de la actividad sexual se encuentra la monitorización cardíaca para detectar indicios de un aporte deficiente de sangre mientras se realiza ejercicio en una cinta de correr. Si el suministro de sangre es adecuado durante el esfuerzo, es muy improbable que se produzca un infarto durante la actividad sexual.

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