Complicaciones de la diabetes

Tejido u órgano afectado

Efectos

Complicaciones

Vasos sanguíneos

Los depósitos grasos (placa ateroesclerótica) se acumulan y obstruyen las arterias de mediano o de gran calibre situadas en el corazón, en el cerebro, en las piernas y en el pene.

Las paredes de los vasos sanguíneos de pequeño calibre se lesionan de tal forma que no transfieren el oxígeno a los tejidos con normalidad, y los vasos pueden tener escapes.

La circulación deficiente produce una cicatrización inadecuada de las heridas, que puede dar lugar a infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, gangrena en los pies y en las manos, disfunción eréctil y infecciones.

Ojos

Los pequeños vasos sanguíneos de la retina se dañan, lo que da lugar a la formación de nuevos vasos sanguíneos frágiles que tienden a sangrar.

Disminución de la visión y, finalmente, ceguera.

Riñones

Los pequeños vasos sanguíneos de los riñones se engrosan.

La proteína se vierte en la orina.

La sangre no se filtra con normalidad.

Funcionalidad renal deficiente y, finalmente, se produce una enfermedad renal crónica.

Hígado

Se acumulan depósitos anormales de grasa en el hígado.

La fibrosis hepática (cicatrización) puede acumularse y provocar cirrosis hepática, una enfermedad crónica que afecta la funcionalidad hepática

Nervios periféricos

Los nervios también se lesionan porque la glucosa no se metaboliza con normalidad y porque el aporte de sangre es inadecuado.

Las piernas se debilitan de forma súbita o gradual.

Pérdida de sensibilidad, hormigueo y dolor en las manos y en los pies.

Sistema nervioso autónomo

Los nervios que controlan los procesos internos del organismo, como la presión arterial y la digestión, se dañan.

Se producen oscilaciones en la presión arterial y esta puede descender abruptamente cuando la persona se pone de pie.

Dificultades para tragar (deglutir).

Alteración de la funcionalidad digestiva y, a veces, náuseas o episodios de diarrea.

Disfunción eréctil.

Piel

Reducción del aporte de sangre a la piel y pérdida de sensibilidad, que dan lugar a traumatismos frecuentes.

Formación de úlceras e infecciones profundas (úlceras diabéticas).

Cicatrización deficiente.

Sangre

Actividad alterada de los glóbulos blancos (leucocitos) en la sangre.

Aumento de la predisposición a contraer infecciones, sobre todo, en las vías urinarias y en la piel.

Tejido conjuntivo

La glucosa no se metaboliza con normalidad, por lo que los tejidos se engrosan o se contraen.

Síndrome del túnel carpiano y contractura de Dupuytren.