Neumonía adquirida en el hospital

PorSanjay Sethi, MD, University at Buffalo, Jacobs School of Medicine and Biomedical Sciences
Revisado/Modificado feb 2024
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La neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) es una infección pulmonar que se desarrolla en personas hospitalizadas, por lo general, después de 2 o más días a partir del ingreso.

  • Son muchas las bacterias, los virus e incluso los hongos que pueden causar neumonía en personas hospitalizadas.

  • El síntoma más frecuente es la tos que produce esputo, pero también son síntomas frecuentes el dolor torácico, los escalofríos, la fiebre y el ahogo.

  • El diagnóstico se basa en los síntomas que presenta la persona afectada y en los resultados de las radiografías o la tomografía computarizada (TC) de tórax.

  • Se utilizan fármacos antibióticos, antivíricos o antifúngicos, según el microorganismo con mayor probabilidad de ser causante de la neumonía.

La neumonía adquirida en el hospital suele ser más grave que la neumonía adquirida en la comunidad debido a que los microorganismos infectantes tienden a ser más agresivos. También son menos propensos a responder a los antibióticos (lo que se denomina resistencia a los antibióticos) y son, por lo tanto, más difícil de tratar. Además, las personas que se encuentran en hospitales tienden a estar más enfermos, incluso sin la neumonía, que quienes viven en la comunidad, y, por lo tanto, tienen menor capacidad para combatir la infección.

(Véase también Introducción a la neumonía.)

Factores de riesgo de neumonía adquirida en el hospital

Las personas que están hospitalizadas y gravemente enfermas, especialmente si sufren otra enfermedad que requiere tratamiento con una máquina de respiración asistida (ventilador mecánico), tienen un riesgo mayor de contraer neumonía mientras están en el hospital. Otros factores de riesgo incluyen

  • Tratamiento antibiótico previo

  • Enfermedades coexistentes, como disfunción cardíaca, pulmonar, hepática o renal

  • Mayores de 70 años

  • Cirugía abdominal o torácica reciente

  • Posiblemente el uso de inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, esomeprazol, lansoprazol o pantoprazol) para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico

  • Debilitación

  • Conciencia deprimida

  • Inhalación de pequeñas partículas desde la boca hacia las vías respiratorias (aspiración)

Los microorganismos que normalmente no causan neumonía en las personas sanas pueden causar neumonía en personas hospitalizadas o debilitadas porque muchas de ellas tienen un sistema inmunitario que es menos capaz de resistir frente a la infección. Los organismos más probables dependen de cuáles son prevalentes en el hospital y, a veces, de las otras enfermedades que la persona tenga.

La neumonía asociada al respirador es una neumonía que se desarrolla al menos 48 horas después de que a la persona afectada le sea colocado un respirador mecánico (intubación endotraqueal) o dentro de las 48 horas posteriores a la extracción del respirador. La neumonía asociada al respirador a menudo comporta microorganismos más resistentes y peor pronóstico que otras formas de neumonía intrahospitalaria.

Causas de la neumonía adquirida en el hospital

La neumonía contraída en el hospital está causada mayoritariamente por las bacterias siguientes:

SARM, P. aeruginosa y otras bacterias intestinales gramnegativas a menudo son resistentes a ciertos antibióticos.

Los virus y los hongos se identifican cada vez más como causas de neumonía intrahospitalaria.

Síntomas de la neumonía adquirida en el hospital

Los síntomas son generalmente los mismos que los de la neumonía adquirida en la comunidad:

  • Sensación general de debilidad (malestar)

  • Tos que produce esputo (moco espeso o con una coloración inusual)

  • Dificultad respiratoria

  • Fiebre

  • Escalofríos

  • Dolor torácico

Puede ser que la neumonía contraída en un hospital sea más difícil de reconocer para los médicos que la neumonía contraída en la comunidad. Por ejemplo, muchas personas hospitalizadas que desarrollan neumonía (como por ejemplo las personas mayores, quienes reciben respiración asistida mediante ventilación mecánica, las personas con demencia y las personas con una enfermedad en estado crítico) pueden ser incapaces de describir síntomas como el dolor torácico, el ahogo y la debilidad. En estos casos se sospecha la neumonía debido a la fiebre y al aumento en la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardíaca.

Las personas mayores que sufren neumonía también pueden presentar confusión, pérdida de apetito, inquietud y agitación, caídas e incontinencia (pérdida involuntaria de orina).

¿Sabías que...?

  • La neumonía que se adquiere en el hospital tiende a ser mucho más grave que la neumonía adquirida en la comunidad.

Diagnóstico de neumonía adquirida en el hospital

  • Una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (TC) torácica

  • A veces hemocultivos

  • A veces broncoscopia o toracentesis

El diagnóstico de neumonía contraída en el hospital se basa en los síntomas de la persona y en los resultados de una radiografía de tórax o una tomografía computarizada de tórax. Los médicos toman una muestra de sangre para intentar cultivar la bacteria en el laboratorio e identificarla.

Las personas afectadas por neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) pueden estar muy enfermas, por lo que los médicos necesitan identificar el microorganismo que causa la neumonía para determinar el mejor tratamiento. Por estas razones, a veces se hace una broncoscopia para obtener muestras del propio interior del pulmón con el propósito de identificar el microorganismo causante. La broncoscopia consiste en la introducción de una sonda óptica flexible en la tráquea y los pulmones. Se recogen muestras de pus, secreciones o incluso tejido pulmonar para su análisis. Si no hay secreciones visibles, se lava una zona del pulmón con un fluido que luego es recuperado y analizado (dicho procedimiento se denomina lavado broncoalveolar). Si se ha acumulado líquido en el revestimiento del pulmón (llamado derrame pleural), los médicos pueden introducir una aguja en el tórax para recoger este líquido y cultivarlo (un procedimiento llamado toracentesis).

Tratamiento de la neumonía adquirida en el hospital

  • Antibióticos

El tratamiento de la neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) consiste en antibióticos, que se escogen según cuáles sean los microorganismos con mayor probabilidad de ser la causa y según los factores de riesgo específicos de la persona. Quienes están gravemente enfermos se tratan en una unidad de cuidados intensivos y, a veces, son conectados a un ventilador mecánico. Los tratamientos incluyen antibióticos por vía intravenosa, oxígeno y líquidos intravenosos.

Una persona puede recibir tratamiento con 2 o más antibióticos al mismo tiempo.

Aspectos de la enfermedad terminal en la neumonía grave

Algunas personas con neumonía contraída en el hospital están muy enfermas. La neumonía se trata a menudo con antibióticos potentes y, si es necesario, con un ventilador mecánico. Las personas con una esperanza de vida corta puede que no deseen recibir un tratamiento tan agresivo. Cuando ingresan en el hospital, las personas con procesos graves o terminales deben hablar con sus médicos y familiares sobre sus deseos acerca del tratamiento si se desarrolla neumonía u otras complicaciones graves durante un periodo de hospitalización.

Pronóstico de la neumonía adquirida en el hospital

Aunque reciban un tratamiento excelente, un porcentaje elevado de las personas que desarrollan una neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) mueren. Sin embargo, la muerte a menudo está relacionada con los problemas de salud subyacentes que permitieron que se desarrollara la neumonía (por ejemplo, cáncer generalizado).

Edad y salud: neumonía

La neumonía se produce con más frecuencia en personas mayores que en jóvenes y, además, tiende a ser más seria. En muchas personas de edad avanzada, la infección se propaga más allá de los pulmones.

Las personas mayores tienen las defensas debilitadas contra las infecciones. Los mecanismos que limpian de microorganismos las vías aéreas no son tan efectivos en las personas de edad como en las personas jóvenes. La debilidad puede hacer que la tos sea menos fuerte. El envejecimiento también debilita el sistema inmunitario. Las personas de edad avanzada con mayor riesgo de desarrollar neumonía son

  • Aquellas cuyos pulmones han sido dañados por el tabaco (fumar irrita el revestimiento de los pulmones y paraliza las células que normalmente barren y limpian las vías respiratorias) o por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica

  • Aquellas cuyos pulmones han sido recientemente irritados por una infección leve, como un resfriado o, en especial, la gripe

  • Aquellas que tienen un reflejo de la tos pobre, por ejemplo como consecuencia de un accidente cerebrovascular previo, o que están demasiado débiles como para toser vigorosamente (con dolor postoperatorio o por un accidente)

  • Aquellas menos capacitadas para luchar contra las infecciones, como las personas con desnutrición

  • Las personas que toman ciertos medicamentos que debilitan el sistema inmunitario, como los corticoesteroides

  • Aquellas que sufren de ciertas enfermedades, como insuficiencia cardíaca o diabetes

  • Aquellas que sufren de cáncer en o cerca de las vías respiratorias de los pulmones (el cáncer puede bloquear las vías respiratorias y atrapar los microorganismos que han llegado a los sacos de aire)

  • Aquellas que sufren de alguna parálisis (por ejemplo, debido a una lesión en la columna o un derrame cerebral)

  • Que no están completamente conscientes (pueden ser incapaces de toser)

La infección debida a algunos de los microorganismos que causan neumonía se puede prevenir con vacunas. Por ello, los médicos recomiendan que las personas reciban la vacuna neumocócica a partir de 65 años de edad. Los sujetos menores de 65 años que tienen patologías que implican un mayor riesgo de desarrollar neumonía también deben recibir la vacuna. Los médicos también recomiendan que las personas mayores, en particular, reciban la pauta de la vacunación contra el COVID-19 completa y la vacuna contra la gripe de forma anual, porque el virus de la gripe también puede causar la neumonía o contribuir a su aparición. La vacuna para el virus respiratorio sincitial está indicada para adultos de 60 años o más, basándose en la toma de decisiones clínicas compartidas.

La mayoría de personas mayores que adquieren neumonía se tratan en el hospital con antibióticos intravenosos. La neumonía puede provocar que las personas mayores enfermen gravemente en muy poco tiempo, y las personas de edad tienden a responder peor a los antibióticos orales.

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