Voluntades anticipadas

PorThaddeus Mason Pope, JD, PhD, Mitchell Hamline School of Law
Revisado/Modificado oct 2023
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Las voluntades anticipadas son documentos legales que contienen los deseos de la persona que los suscribe en relación con las decisiones a tomar en su atención sanitaria en caso de que se encuentre en una situación de incapacidad para decidir. Hay dos tipos principales de voluntades anticipadas: los testamentos vitales y los poderes legales para asuntos médicos. Estos dos tipos de voluntades anticipadas se suelen combinar en un único documento de voluntades anticipadas. (Véase también Introducción a los aspectos éticos y legales en la atención sanitaria.)

  • Un testamento vital expresa las instrucciones o preferencias de una persona acerca de los tratamientos médicos futuros, sobre todo los cuidados paliativos terminales, en el caso de que pierda la capacidad de tomar decisiones relativas a la asistencia sanitaria.

  • Un poder legal para asuntos médicos autoriza a una persona (por lo general denominada agente, pero también apoderado sanitario, representante sanitario u otro nombre, dependiendo del país) para tomar decisiones en lugar del paciente (el otorgante) en caso de incapacidad (sea temporal o permanente) de este último para tomar decisiones relativas a la asistencia sanitaria.

Si alguien no tiene la capacidad de tomar o comunicar una decisión sobre la atención médica y no tiene un sustituto designado por el tribunal (tutor o curador) ni un representante auto-designado (agente o apoderado), entonces los profesionales de la salud suelen confiar en los parientes próximos e incluso en un amigo cercano para que ocupe el lugar del representante para la toma de decisiones por defecto. La mayoría de los países autorizan a los encargados de la toma de decisiones por defecto, por lo general los familiares; sin embargo, el alcance exacto de la autoridad y la prioridad de los representantes permisibles varían según el país.

Cuando la ley estatal no autoriza a un representante por defecto para la toma de decisiones y los médicos y los hospitales recurren a sus familiares más cercanos, el alcance de su autoridad legal se vuelve menos claro. En los casos, poco frecuentes, en que el tema sea sometido a decisión judicial, los tribunales suelen nombrar preferentemente a un familiar como representante legal para la toma de decisiones, pero también pueden nombrar a un amigo o una persona ajena para dirigir la atención sanitaria. Un poder legal permanente para asuntos médicos (y un testamento vital si este proporciona una orientación útil) elimina prácticamente la necesidad de la intervención judicial y contribuye a asegurar que se respeten las decisiones del paciente sobre la atención sanitaria.

Lo ideal sería entregar una copia del testamento vital o del poder legal para asuntos médicos a cada uno de los médicos que atiendan al otorgante y al centro sanitario en el momento de producirse el ingreso. Además, deben archivarse otras copias en el historial médico del otorgante, que debe estar a disposición tanto del apoderado designado por el otorgante como de su abogado, junto con los documentos importantes. También se deben proporcionar copias a otros familiares o amigos cercanos que probablemente estarán involucrados durante una enfermedad grave. Esto ayuda a evitar la sorpresa y la controversia cuando el agente de salud debe tomar decisiones difíciles. Las bases de datos basadas en la web que almacenan información sobre las voluntades anticipadas de las personas y a las que pueden acceder los profesionales de la salud están cada vez más disponibles. También se dispone de aplicaciones para teléfonos inteligentes donde se registran las voluntades anticipadas, lo que permite a las personas almacenarlas, compartirlas con miembros de la familia y enviarlas electrónicamente a los médicos.

Si se tienen muchas voluntades anticipadas o son demasiado complejas se puede llegar a crear confusión. Si se ha redactado un testamento vital y también se ha otorgado un poder legal para asuntos médicos, el otorgante deberá estipular qué documento se debe seguir en caso de conflicto entre ambos.

Testamento vital

Un testamento vital es un documento restringido que expresa las preferencias de una persona en cuanto a la atención médica futura. En algunos lugares recibe otras denominaciones más formales, como por ejemplo directrices para los médicos o declaración.

El testamento vital está orientado a los tratamientos paliativos, pero también puede contener instrucciones acerca de cualquier aspecto de la atención sanitaria o de los tratamientos administrados. Por ejemplo, cada vez más, la gente a menudo completa las directrices anticipadas psiquiátricas especializadas centradas en el tratamiento de la salud mental. El testamento vital se hace efectivo solo cuando la persona ha perdido la capacidad de decidir y padece una enfermedad legalmente considerada como terminal o de pérdida permanente de la consciencia. Algunas legislaciones lo consideran aplicable también en otras enfermedades tales como el estadio final de una enfermedad (por ejemplo, la fase avanzada de la enfermedad de Alzheimer) o una enfermedad especificada en el testamento vital.

Muchas personas piensan que la muerte es preferible a la dependencia permanente de un equipo médico o la imposibilidad de recuperar una cierta calidad de vida. Otras consideran con la misma convicción que las medidas más extremas y la tecnología deben usarse para prolongar la vida tanto como sea posible, independientemente del grado de la intervención médica requerida o de la calidad de vida que se derive de ellas. El testamento vital permite que la persona manifieste cualquiera de estas preferencias (o cualquier medida intermedia que crea conveniente). La inclusión de información en el testamento vital sobre los valores fundamentales relacionados con el cuidado terminal, las prioridades personales y los objetivos de la atención sanitaria puede ser tan útil, si no más, que los deseos de un tratamiento específico, porque la mayoría de las decisiones específicas de tratamiento son impredecibles.

Para ser legalmente válido, un testamento vital debe cumplir con los requisitos legales que rigen en cada país, como los relativos a la forma en que se firma el documento, es decir, ante quién se firma o quién da fe de la firma, o lo que debe incluirse en el texto del documento. En algunos países existen formularios específicos a disposición de los ciudadanos, por si desean usarlos. Pueden obtenerse ejemplos útiles de formularios en hospitales y de otros profesionales de la salud, centros de envejecimiento saludable o en portales web de colegios de abogados.

Ejemplos de redacción

Por norma general, el testamento vital aborda la cuestión de cuándo debe cambiarse la perspectiva del tratamiento, de modo que el esfuerzo deje de centrarse en la curación, aunque sea mediante tratamientos radicales, y pase a centrarse en los cuidados paliativos, que ayudan al paciente a experimentar una muerte natural. Cada persona decide cuándo debe producirse este cambio de perspectiva en función de sus valores, creencias y objetivos. En su testamento vital, algunas personas dan sobre todo una orientación general, mientras que otras también dan instrucciones sobre procedimientos concretos, como la nutrición y la hidratación artificiales (alimentación por sonda), la reanimación cardiorrespiratoria o la ventilación mecánica.

La situación y los deseos de cada persona son únicos y complejos. Así, los breves ejemplos de redacción de testamento vital que se citan a continuación se proporcionan simplemente para ilustrar la gran variedad de posibilidades que pueden presentarse. Por ejemplo, para indicar la preferencia por un tratamiento médico completamente radical, el documento puede redactarse como sigue: «Es mi deseo prolongar mi vida tanto como sea posible sin que se tenga en consideración mi estado ni las posibilidades que tenga de recuperación, las consecuencias del tratamiento ni el coste económico de los procedimientos». Debe señalarse, no obstante, que las opciones del paciente tienen ciertos límites. Por ejemplo, a los profesionales de la salud no se les puede pedir que administren tratamientos que son clínicamente inadecuados o claramente ineficaces.

Para evitar el empeño en tratamientos drásticos para prolongar la vida, el documento puede redactarse así: «Si me encuentro en una situación terminal o en un estado vegetativo persistente del que no tengo expectativas de recuperarme y el soporte vital solo va a retrasar el momento de mi muerte, no deseo que se me prolongue la vida y no deseo que se me suministre o se me continúe suministrando soporte vital (incluyendo alimentación e hidratación artificiales)».

Esta misma idea puede redactarse de modo diferente. Por ejemplo: «Si sufro un daño cerebral grave y permanente (por ejemplo, puedo abrir los ojos pero no puedo hablar ni entender) y no tengo expectativas de recuperarme, no deseo que se me prolongue la vida y no deseo que se me suministre o se me continúe suministrando soporte vital (incluyendo alimentación e hidratación artificiales)».

En cualquier caso, aunque el paciente renuncie al tratamiento médico mediante una voluntad anticipada, los profesionales sanitarios están obligados a proporcionar los tratamientos paliativos que requiera el estado del paciente.

Limitaciones

Los testamentos vitales tienen limitaciones importantes. Por ejemplo, generalmente solo contemplan un número limitado de decisiones sobre los últimos momentos de la vida, porque no es posible, desde un punto de vista realista, prever todas las circunstancias médicas graves que quien lo suscribe tendrá que afrontar en el futuro, además de que puede ocurrir que el documento no esté disponible en el momento y en el lugar necesarios. Por otro lado, las preferencias del paciente suelen cambiar a lo largo del curso de una enfermedad degenerativa o a medida que sus valores o prioridades cambian con el tiempo.

Los testamentos vitales suelen redactarse mucho antes de que se tengan que tomar las decisiones trascendentales, de modo que puede ocurrir que no se hayan previsto determinadas instrucciones muy específicas referentes a circunstancias nuevas o imprevistas. No obstante, un testamento vital puede ser una guía para los profesionales de la salud y la persona designada como representante para cuidados médicos en caso de una enfermedad terminal.

¿Sabías que...?

  • Un poder legal para la atención médica se puede aplicar a todas las decisiones médicas referidas a una persona incapacitada y permite a la persona escogida como representante para las decisiones médicas responder a los cambios que se produzcan en la información médica y en las circunstancias. Por el contrario, un testamento vital generalmente se refiere solo a un estrecho rango de decisiones sobre el final de la vida.

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