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Dislipidemia (dislipemia)

(Hiperlipidemia)

PorMichael H. Davidson, MD, FACC, FNLA, University of Chicago Medicine, Pritzker School of Medicine;
Marie Altenburg, MD, The University of Chicago
Revisado porGlenn D. Braunstein, MD, Cedars-Sinai Medical Center
Revisado/Modificado Modificado may 2025
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Datos clave
La dislipidemia es una concentración elevada de colesterol y/o triglicéridos o una concentración baja de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL).

  • Tiene relación con el estilo de vida, con la genética, con las enfermedades (como concentraciones bajas de hormona tiroidea o enfermedad renal), con los medicamentos o con una combinación de estos factores.

  • Puede producir ateroesclerosis, que da lugar a angina de pecho, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica.

  • Se mide la concentración de los triglicéridos y de los diferentes tipos de colesterol en la sangre.

  • Conviene practicar ejercicio, cambiar el tipo de alimentación y tomar ciertos medicamentos.

(Véase también Introducción a los trastornos relacionados con el colesterol y con los lípidos.)

Las grasas (lípidos) importantes de la sangre son:

  • Colesterol

  • Triglicéridos

El colesterol es un componente esencial de las membranas celulares, de las células cerebrales y nerviosas y de la bilis que contribuye a la absorción de grasas y de vitaminas liposolubles por parte del organismo. El colesterol permite sintetizar la vitamina D y varias hormonas, como los estrógenos, la testosterona y el cortisol. El organismo puede producir todo el colesterol que necesita, pero también lo obtiene de los alimentos.

Los triglicéridos, presentes en los adipocitos (células adiposas), una vez descompuestos, se utilizan para obtener la energía necesaria para llevar a cabo los distintos procesos metabólicos, incluido el crecimiento corporal. Los triglicéridos se producen en el intestino y en el hígado a partir de moléculas de grasa más pequeñas, llamadas ácidos grasos. Algunos tipos de ácidos grasos los produce el propio organismo, mientras que otros se obtienen de los alimentos.

Las lipoproteínas son partículas de proteínas y otras sustancias. Transportan grasas, como el colesterol y los triglicéridos, que, por sí mismas, no pueden circular libremente por la sangre.

Existen distintos tipos de lipoproteínas (véase la tabla Lipoproteínas principales: transportadores de lípidos), incluyendo:

  • Quilomicrones

  • Lipoproteínas de alta densidad (HDL)

  • Lipoproteínas de baja densidad (LDL)

  • Lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL)

La concentración de las lipoproteínas y, por lo tanto, de los lípidos, en particular del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés) aumenta ligeramente a medida que la persona va envejeciendo. Los valores suelen ser algo más altos en los hombres que en las mujeres, pero en estas comienzan a elevarse después de la menopausia. El incremento en la concentración de las lipoproteínas debido a la edad origina dislipidemia.

El riesgo de desarrollar ateroesclerosis aumenta a medida que lo hace la concentración de colesterol total (que incluye el colesterol LDL, HDL y VLDL), incluso si la concentración no es lo suficientemente elevada como para considerarse dislipidemia. La ateroesclerosis afecta a las arterias que irrigan el corazón (lo que provoca arteriopatía coronaria), el cerebro (lo que da lugar a accidente cerebrovascular) y el resto del organismo (lo que da lugar a arteriopatía periférica). Por lo tanto, tener una concentración alta de colesterol total también es un factor de riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.

Se suele considerar que es mejor tener una concentración baja de colesterol total que tenerla alta.

Aunque no existe un límite natural entre las concentraciones normales y anormales de colesterol, para los adultos es deseable una concentración de colesterol total inferior a 200 miligramos por decilitro de sangre (mg/dL [< 5,1 mmol/L]). Y para muchas personas resulta beneficioso mantener la concentración de lípidos aún más baja. En algunas regiones del mundo (como en China y en Japón), donde el nivel promedio de colesterol es de 150 mg/dL (3,8 mmol/L), las arteriopatías coronarias son menos frecuentes que en países como Estados Unidos. El riesgo de un infarto de miocardio se duplica cuando el valor del colesterol total se aproxima a los 300 mg/dL (7,7 mmol/L).

El valor del colesterol total es solo una guía general para calificar el riesgo de ateroesclerosis. Los niveles de los componentes del colesterol total, en especial el colesterol de las LDL y el colesterol de las HDL, son más importantes. El riesgo aumenta cuando la concentración de colesterol LDL (el «malo) es alta. La evidencia actual sugiere que tanto los niveles bajos como los altos de HDL pueden asociarse con un mayor riesgo cardiovascular. Los expertos consideran que la concentración deseable de colesterol LDL debe ser inferior a 100 mg/dL (2,6 mmol/L).

Aún no está claro si los valores altos de triglicéridos aumentan el riesgo de un infarto de miocardio o de un accidente cerebrovascular. Aunque los valores de triglicéridos superiores a 150 mg/dL (1,7 mmol/L) se consideran anómalos, no parece que esto sea un factor de riesgo en todos los casos. Si además de una concentración alta de triglicéridos, el nivel de colesterol HDL es bajo o existe diabetes, nefropatía crónica o numerosos familiares cercanos han padecido ateroesclerosis (antecedentes familiares), el riesgo de infarto de miocardio o de accidente cerebrovascular aumenta.

La lipoproteína (a) es una combinación de LDL con una proteína adicional unida a ella. Las concentraciones superiores a unos 30 mg/dL (o 75 nmol/L) se asocian a un mayor riesgo de ateroesclerosis. Las concentraciones elevadas son hereditarias. La lipoproteína (a) no se ve afectada por la alimentación o por la mayoría de los medicamentos hipolipemiantes. Por lo general, solo necesita medirse una vez.

Tabla
Tabla

Causas de la dislipidemia

Los factores que causan la dislipidemia se clasifican en

  • Causas primarias: causas genéticas (hereditarias)

  • Causas secundarias: estilo de vida y otras causas

Tanto las causas primarias como las secundarias contribuyen a la dislipidemia en diversos grados. Por ejemplo, una persona con una hiperlipidemia hereditaria puede presentar concentraciones de lípidos aún más elevadas si también tiene causas secundarias de hiperlipidemia.

Dislipidemia primaria (hereditaria)

Las causas primarias implican mutaciones genéticas que hacen que el organismo produzca demasiado colesterol LDL o triglicéridos o no sea capaz de eliminar esas sustancias. Algunas causas implican producción insuficiente o eliminación excesiva de colesterol HDL. Las causas primarias tienden a ser heredadas y por lo tanto aparecen en diferentes miembros de una misma familia. Algunas de las causas genéticas de la dislipidemia se tratan aquí y en otra parte del Manual.

Las concentraciones más altas de colesterol y de triglicéridos se observan en las dislipidemias primarias, que interfieren en el metabolismo corporal y en la eliminación de los lípidos. También se puede heredar la tendencia a tener una concentración de colesterol de las HDL inusualmente baja.

Las posibles consecuencias de las dislipidemias primarias incluyen la ateroesclerosis prematura (en hombres de 55 años o menos, en mujeres de 60 años o menos), que puede provocar angina de pecho o infarto de miocardio. La arteriopatía periférica también es una consecuencia y a menudo da lugar a una disminución del flujo sanguíneo hacia las piernas, con dolor al caminar (claudicación). Los accidentes cerebrovasculares son otra de las posibles consecuencias. Las concentraciones muy elevadas de triglicéridos pueden causar pancreatitis.

Si se padece una alteración genética que causa una concentración alta de triglicéridos (como la hipertrigliceridemia familiar o la hiperlipidemia familiar combinada), ciertos trastornos y sustancias pueden aumentar los niveles de triglicéridos hasta valores muy altos. Entre los trastornos se cuentan la diabetes mal controlada y la enfermedad renal crónica. Entre los ejemplos de sustancias se encuentran el consumo excesivo de alcohol y el consumo de determinados fármacos, como los estrógenos (tomados por vía oral), que aumentan las concentraciones de triglicéridos.

Los síntomas consisten en la aparición de depósitos grasos (xantomas eruptivos) en la piel de la parte anterior de las piernas y de la parte posterior de los brazos, hipertrofia del bazo y del hígado, dolor abdominal y menor sensibilidad al tacto debido a un daño neurológico. Las dislipidemias primarias pueden causar pancreatitis, que a veces es mortal.

El tratamiento de la dislipidemia primaria comienza con una dieta saludable y ejercicio. Perder peso y no tomar alcohol también pueden ayudar. Los medicamentos hipolipemiantes pueden ser eficaces.

Hiperlipidemia combinada familiar

En la hiperlipidemia familiar combinada, las concentraciones de colesterol, de triglicéridos o de ambos pueden ser altas. Este trastorno afecta a alrededor del 1% al 2% de la población. Por lo general, los niveles lipídicos se vuelven anómalos después de los 30 años de edad, aunque a veces ocurre a una edad más temprana, especialmente en personas cuya dieta es muy rica en grasas, que tienen obesidad o padecen el síndrome metabólico.

El tratamiento de la hiperlipidemia combinada familiar incluye limitar la ingesta de grasas saturadas, de colesterol y de azúcar, practicar ejercicio y, si fuera necesario, adelgazar. Muchas personas con este trastorno necesitan tomar medicamentos hipolipemiantes.

Disbetalipoproteinemia familiar

En la disbetalipoproteinemia familiar, las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL, por sus siglas en inglés), así como los de colesterol total y triglicéridos, son elevadas. Estos niveles son altos porque una forma inusual de VLDL se acumula en la sangre. Pueden formarse depósitos grasos (xantomas eruptivos) en la piel sobre los codos, las rodillas y las palmas de las manos, donde pueden causar protuberancias rojizas o amarillentas. Este trastorno, poco frecuente, da lugar a un desarrollo precoz y grave de ateroesclerosis. Al llegar a la edad adulta, la ateroesclerosis suele producir obstrucciones coronarias y de las arterias periféricas.

El tratamiento de la disbetalipoproteinemia consiste en conseguir un peso adecuado y mantenerlo, además de limitar la ingesta de grasas saturadas y de carbohidratos. Por lo general se necesita un medicamento hipolipemiante. Con el tratamiento, el nivel de lípidos mejora, el avance de la ateroesclerosis se ralentiza y los depósitos de grasa en la piel se hacen más pequeños o incluso desaparecen.

Hipercolesterolemia familiar

En la hipercolesterolemia familiar, el nivel de colesterol total es alto. Puede estar causado por un gen anómalo heredado o por dos, uno de cada progenitor. Si son dos los genes anómalos (homocigotos), el trastorno es más grave que si solo es uno (heterocigotos). Cerca de 1 de cada 200 personas son heterocigóticas y 1 de cada 250 000 a 1 de cada millón de personas son homocigóticas.

Las personas afectadas pueden tener depósitos grasos en los tendones de los talones, rodillas, codos y dedos de las manos. En escasas ocasiones, los xantomas aparecen ya a los 10 años de edad. La hipercolesterolemia familiar da lugar rápidamente a ateroesclerosis progresiva y a muerte prematura por arteriopatía coronaria. Los niños con dos genes anómalos pueden sufrir un infarto de miocardio o una angina de pecho hacia los 20 años de edad, y los hombres con solo un gen anómalo suelen padecer arteriopatía coronaria entre los 30 y los 50 años de edad. Las mujeres con un gen anómalo también presentan un riesgo mayor, pero suele empezar cerca de 10 años más tarde que en hombres. Las personas que fuman o tienen presión arterial elevada (hipertensión) o diabetes u obesidad pueden desarrollar ateroesclerosis incluso durante su juventud.

El tratamiento de la hipercolesterolemia familiar comienza con seguir una dieta baja en grasas saturadas. De ser posible, se aconseja adelgazar, dejar de fumar y aumentar la actividad física. Por lo general se necesitan uno o más medicamentos hipolipemiantes. Algunas personas requieren aféresis, un método de filtración de la sangre para reducir los niveles de colesterol LDL. A algunas personas con hipercolesterolemia familiar homocigótica les puede resultar eficaz un trasplante de hígado. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden disminuir el riesgo aumentado de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

Hipertrigliceridemia familiar

En la hipertrigliceridemia familiar, la concentración de triglicéridos as alta. Este trastorno afecta más o menos al 0,2-1% de la población. En algunas familias afectadas, la ateroesclerosis tiende a desarrollarse en la juventud, pero en otras no.

La pérdida de peso, si es necesaria, y el hecho de limitar el consumo de alcohol y carbohidratos reduce a menudo las concentraciones de triglicéridos hasta alcanzar la normalidad. Si estas medidas no son eficaces, el uso de un medicamento hipolipemiante puede ayudar. En caso de sufrir también diabetes es importante controlar de forma estricta la enfermedad.

Hipoalfalipoproteinemia

La hipoalfalipoproteinemia se caracteriza por una concentración baja de colesterol de las HDL. Existen diversas anomalías genéticas que la causan. Los medicamentos que aumentan el colesterol HDL no disminuyen el riesgo de ateroesclerosis, por tanto la hipoalfalipoproteinemia se trata mediante la reducción del colesterol LDL.

Síndrome de quilomicronemia familiar

El síndrome de quilomicronemia familiar (antes llamado deficiencia de lipoproteína lipasa) es un trastorno poco frecuente causado por la falta de ciertas proteínas necesarias para eliminar partículas que contienen triglicéridos. En este trastorno, el organismo no puede eliminar los quilomicrones del torrente sanguíneo, dando lugar a concentraciones muy elevadas de triglicéridos. Si no se trata, el nivel de triglicéridos suele ascender a 1000 mg/dL (11 mmol/L) y puede causar pancreatitis.

Los síntomas comienzan durante la infancia y la adolescencia Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Episodios recurrentes de dolor abdominal

  • Aumento de tamaño del hígado y del bazo

  • Bultos de color amarillo-rosáceos en la piel de los codos, rodillas, nalgas, espalda, de la parte anterior de las piernas y parte posterior de los brazos

Estos bultos, denominadas xantomas eruptivos, son depósitos de grasa. Ingerir grasas empeora los síntomas. Aunque este trastorno no evoluciona a ateroesclerosis, puede causar pancreatitis, que a veces es mortal.

Si se padece estos trastornos, se debe limitar de forma estricta la cantidad de grasas de cualquier tipo (saturadas, no saturadas o poliinsaturadas) en la alimentación. Los afectados pueden necesitar tomar complementos vitamínicos para compensar los nutrientes que faltan en sus dietas. Se están desarrollando algunas terapias para el tratamiento de la carencia de lipoproteína lipasa y la carencia de apolipoproteína CII.

Dislipidemia secundaria

Las causas secundarias contribuyen a muchos de los casos de dislipidemia.

La causa secundaria más importante de la dislipidemia es:

  • Un estilo de vida sedentario con una ingesta excesiva de calorías totales, grasas saturadas, colesterol y grasas trans (véase la barra lateral Tipos de grasa)

Algunas otras causas secundarias frecuentes incluyen las siguientes:

Algunas personas son más sensibles que otras a los efectos de la alimentación, pero la mayoría se ven afectadas de algún modo. Puede que alguien coma grandes cantidades de grasa animal y su nivel de colesterol total no se eleve por encima de los niveles deseables. Mientras que otra persona siga una dieta estricta con poco contenido de grasas y el colesterol total no deje de tener un nivel alto. Esta diferencia está determinada principalmente por factores genéticos. La composición genética de cada persona influye en la velocidad con que el organismo produce, utiliza y elimina estas grasas. Además, la morfología corporal no siempre predice los niveles de colesterol. Algunas personas con obesidad tienen niveles bajos de colesterol, y algunas personas delgadas tienen niveles altos. Tanto comer un exceso de calorías como consumir demasiado alcohol pueden provocar un aumento en la concentración de triglicéridos.

¿Sabías que...?

  • La morfología corporal no predice los niveles de colesterol. Algunas personas con obesidad tienen niveles bajos de colesterol, y algunas personas delgadas tienen niveles altos de colesterol.

Algunos trastornos provocan un aumento de los niveles de lípidos en sangre. Una diabetes que no ha sido controlada de forma adecuada o una enfermedad renal crónica pueden aumentar la concentración de colesterol total o de triglicéridos. Algunas hepatopatías (en especial la cirrosis biliar primaria) y la hipoactividad de la glándula tiroidea (hipotiroidismo) dan lugar a niveles altos de colesterol total.

La administración de determinados fármacos, como los estrógenos (tomados por vía oral), los anticonceptivos orales, los corticoesteroides, los retinoides, los diuréticos tiacídicos (en cierto grado), la ciclosporina, el tacrolimús y los medicamentos antivirales que se utilizan para tratar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) pueden provocar un aumento de los niveles de colesterol y/o de triglicéridos.

El tabaquismo, la infección por VIH, la diabetes que no ha sido controlada de forma adecuada o los trastornos renales (como el síndrome nefrótico) contribuyen a que el nivel de colesterol de las HDL sea bajo. Algunos fármacos, como los betabloqueantes y los esteroides anabolizantes disminuyen el nivel de colesterol de las HDL.

Síntomas de la dislipidemia

Los niveles altos de lípidos en la sangre no suelen causar síntomas. En algunas ocasiones, cuando los niveles son particularmente altos, los lípidos se depositan en la piel y en los tendones. Las personas con niveles altos de triglicéridos pueden desarrollar protuberancias rojizas o amarillentas en la piel llamadas xantomas eruptivos. Algunas personas con colesterol alto desarrollan protuberancias en los tendones; las protuberancias en los tendones de Aquiles en el talón son específicas del trastorno hereditario hipercolesterolemia familiar. Los xantelasmas son placas de color amarillo-blanco en los párpados y el rabillo de los ojos. El xantelasma y los anillos opacos blancos o grises en el borde de la córnea a veces están presentes en personas con hipercolesterolemia familiar, pero también pueden estarlo en personas con niveles normales de colesterol.

Cuando los niveles de triglicéridos son muy altos, se produce una hipertrofia del hígado o del bazo, una sensación de hormigueo o de quemazón en las manos y los pies, dificultad respiratoria y confusión, y puede aumentar el riesgo de desarrollar pancreatitis. La pancreatitis provoca dolor abdominal intenso y puede ser mortal.

Síntomas de la dislipidemia
Xantomas del tendón de Aquiles
Xantomas del tendón de Aquiles

Los xantomas del tendón de Aquiles permiten diagnosticar la hipercolesterolemia familiar.

Imagen cortesía de Michael H. Davidson, MD.

Xantomas tendinosos
Xantomas tendinosos

Los xantomas tendinosos permiten diagnosticar la hipercolesterolemia familiar.

Imagen cortesía de Michael H. Davidson, MD.

Xantoma eruptivo
Xantoma eruptivo

Las personas que experimentan elevaciones graves de las concentraciones de triglicéridos pueden presentar xantomas eruptivos en el tronco, la espalda, los codos, las nalgas, las rodillas, las manos y los pies.

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Xantelasma del párpado
Xantelasma del párpado

Los xantelasmas son placas de color amarillo-blanco en los párpados y el rabillo de los ojos. El xantelasma está presente algunas veces en pacientes con hipercolesterolemia familiar, pero también puede estarlo en personas con concentraciones normales de colesterol.

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Imagen cortesía de Michael H. Davidson, MD.

Xantelasma (párpado)
Xantelasma (párpado)

Este hombre presenta crecimientos de piel amarillenta en los párpados superiores, lo que puede ser un signo de concentraciones elevadas de colesterol.

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Diagnóstico de la dislipidemia

  • Análisis de sangre para determinar los niveles de colesterol

Análisis de sangre para determinar los niveles de colesterol

Las concentraciones de colesterol total, de colesterol de las LDL, de colesterol de las HDL y de triglicéridos (perfil lipídico) se miden mediante un análisis de sangre.

Cuando el nivel de lípidos en la sangre es muy alto, se realizan análisis de sangre especiales para identificar el trastorno específico subyacente. Los trastornos específicos incluyen varios trastornos hereditarios (dislipidemias primarias) que generan diferentes anomalías lipídicas y que presentan distintos riesgos.

¿Sabías que...?

  • Las margarinas que proceden principalmente de aceites líquidos (margarinas en tubo o en tarrina) y las que contienen estanoles o esteroles vegetales son, a diferencia de las margarinas de barra, sucedáneos de la mantequilla más saludables para las personas que necesitan limitar su ingesta de mantequilla.

Cribado de la dislipidemia

El perfil lipídico incluye las concentraciones de colesterol total, triglicéridos, colesterol LDL y colesterol HDL. Estos niveles solían medirse de forma rutinaria tras un ayuno de 12 horas, pero en la mayoría de los casos las pruebas sin ayuno son suficientes. Los médicos suelen realizar esta prueba cada 5 años a partir de los 20 años de edad como parte de la evaluación del riesgo que presenta la persona afectada de sufrir enfermedad de la arteria coronaria.

Además de medir las concentraciones de lípidos, también se efectúa un cribado de otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como presión arterial elevada (hipertensión), diabetes o antecedentes familiares de concentraciones elevadas de lípidos.

En niños y adolescentes se recomienda hacer un cribado utilizando un perfil lipídico sin ayunas entre los 2 y los 8 años de edad si el niño presenta factores de riesgo, como tener un familiar con dislipidemia grave o que ha desarrollado una arteriopatía coronaria a una edad temprana. En niños sin factores de riesgo, el cribado mediante un perfil de lípidos sin ayunar se suele realizar una vez antes de que el niño alcance la pubertad (generalmente entre los 9 y los 11 años) y una vez más entre los 17 y los 21 años de edad.

Tratamiento de la dislipidemia

  • Perder peso

  • Ejercicio

  • Disminuir las grasas saturadas en la alimentación

  • Con frecuencia, hipolipemiantes

Por lo general, el mejor tratamiento consiste en adelgazar si se tiene obesidad, en dejar de fumar si se fuma, en reducir la cantidad total de grasas saturadas que se consumen, en practicar más ejercicio y, después, si fuera necesario, en tomar un fármaco hipolipemiante.

Practicar ejercicio de manera periódica ayuda a disminuir el nivel de triglicéridos y a aumentar el de colesterol HDL. La American Heart Association (AHA) recomienda 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio de alta intensidad a la semana, así como 2 sesiones de entrenamiento de fuerza de intensidad moderada a la semana.

El tratamiento de los niños puede ser un reto. La Academia americana de pediatría y el Instituto nacional de la sangre, los pulmones y la salud (the American Academy of Pediatrics and the National Heart, Lung, and Blood Institute) recomiendan el tratamiento para algunos niños con concentraciones elevadas de lípidos. Se recomiendan cambios en la alimentación. Se pueden administrar fármacos hipolipemiantes a algunos niños con concentraciones muy elevadas de lípidos y que no responden a los cambios en la alimentación, especialmente los niños con hipercolesterolemia familiar.

Dieta hipolipemiante

Una dieta para reducir lípidos es rica en verduras, frutas, cereales integrales y proteínas magras, y minimiza los alimentos procesados, las grasas saturadas y las grasas trans. Las personas con niveles elevados de triglicéridos también necesitan evitar consumir grandes cantidades de azúcar, harina refinada y alimentos con almidón.

Se recomienda comer muchas verduras, frutas y cereales integrales para mantener niveles saludables de colesterol. Estos alimentos contienen fibra y nutrientes. Algunos alimentos, como el salvado de avena, la avena, los frijoles, los guisantes, el salvado de arroz, la cebada, los cítricos, las fresas y las manzanas, son particularmente ricos en fibra soluble y pueden unir las grasas en el intestino, lo que ayuda a reducir los niveles de colesterol.

Una dieta para reducir lípidos contiene cantidades moderadas de proteínas, enfatizando las fuentes de proteínas magras como el pollo y el pescado, y minimizando la carne roja, que tiende a ser más alta en grasas saturadas.

El tipo de grasa que se consume es importante en una dieta hipolipemiante (véase Tipos de grasas). Las grasas pueden ser saturadas, poliinsaturadas o monoinsaturadas. Las grasas saturadas aumentan las concentraciones de colesterol en suero en mayor medida que otras grasas. Las grasas saturadas no deben aportar más del 5 al 6% del total de calorías diarias. Las grasas saturadas se encuentran en mayores cantidades en las carnes rojas, los productos lácteos enteros como la crema y la mantequilla, y los aceites de coco y palma.

Las grasas poliinsaturadas (que incluyen los ácidos grasos omega-3 y omega-6) y las grasas monoinsaturadas pueden ayudar a disminuir los niveles de triglicéridos y de colesterol LDL en la sangre. Las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas se pueden encontrar en aceites vegetales, frutos secos, pescado graso, aceite de oliva y aguacates.

Las grasas trans, un tipo de grasa insaturada, se encuentran principalmente en alimentos altamente procesados. Se ha demostrado que aumentan el colesterol LDL (el colesterol "malo") y disminuyen el colesterol HDL (el colesterol "bueno"), y deben evitarse.

El equilibrio calórico es un aspecto importante de una dieta para reducir lípidos, ya que mantener un peso saludable es fundamental para controlar los niveles de colesterol.

¿Sabías que...?

  • Comer salvado, avena, frijoles o alubias, guisantes, arroz integral, cebada, cítricos, fresas y pulpa de manzana ayuda a reducir el colesterol.

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Hipolipemiantes

El tratamiento con fármacos hipolipemiantes depende no solo de la concentración de lípidos, sino también de si existe una arteriopatía coronaria, diabetes u otros factores de riesgo de arteriopatía coronaria. Se puede disminuir el riesgo de infarto de miocardio o de accidente cerebrovascular en personas con arteriopatía coronaria o diabetes mediante el uso de los fármacos hipolipemiantes llamados estatinas. En las personas con niveles de colesterol muy altos o con otros factores de riesgo elevados de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, tomar fármacos hipolipemiantes también puede ser de ayuda.

Existen distintos tipos de fármacos hipolipemiantes:

  • Estatinas

  • Inhibidores de la absorción del colesterol

  • Aglutinantes de ácidos biliares

  • inhibidores de la PCSK9 (proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 9)

  • Derivados del ácido fíbrico

  • Suplementos de grasas omega-3

  • NiacinaNiacina

  • Ácido bempedoico

Cada medicamento disminuye los niveles de lípidos mediante un mecanismo diferente; Por lo tanto, los diferentes tipos de medicamentos tienen efectos adversos diferentes y pueden afectar a los niveles de lípidos de distinta manera. Incluso al tomar medicamentos para reducir lípidos, las personas deben seguir una dieta para reducir lípidos.

Los hipolipemiantes no solo contribuyen a disminuir los niveles de lípidos, sino que también previenen las arteriopatías coronarias. Además, se ha observado que las estatinas ayudan a reducir el riesgo de muerte precoz.

Las personas con concentraciones muy elevadas de triglicéridos y con riesgo de pancreatitis pueden necesitar tanto cambios en la dieta como medicamentos reductores de los triglicéridos, generalmente un fibrato o ácidos grasos omega-3 de venta con receta.

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Procedimientos para reducir el colesterol

Los procedimientos médicos que reducen las concentraciones de colesterol se reservan para las personas con concentraciones muy elevadas de colesterol LDL que no responden a la dieta y a los medicamentos hipolipemiantes. Entre estas personas se encuentran las que presentan hipercolesterolemia familiar. La LDL-aféresis es el procedimiento más frecuente. La LDL-aféresis es un procedimiento no quirúrgico en el que se extrae sangre a la persona afectada y se separa el componente de LDL del resto de la sangre en una máquina especial. La sangre (menos el componente LDL) se devuelve a la persona.

Tratamiento de las causas del colesterol elevado

También es necesario tratar cualquier afección que cause o sea un factor de riesgo para incrementos en las concentraciones de colesterol. Por tanto, las personas con diabetes deben controlar cuidadosamente sus concentraciones de glucosa en sangre. La enfermedad renal, la enfermedad hepática y el hipotiroidismo también reciben tratamiento. Si un medicamento es el causante del aumento del colesterol, los médicos pueden administrar una dosis más baja o un medicamento diferente.

Supervisión del tratamiento

Generalmente se realizan análisis de sangre de 2 a 3 meses después de iniciado el tratamiento para determinar si las concentraciones de lípidos están disminuyendo. Una vez que estas concentraciones disminuyen lo suficiente, se realizan análisis de sangre una o dos veces al año. Los médicos tienen como objetivo valores específicos para los niveles de lípidos. Estos objetivos son más bajos si hay otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Debido a que algunos fármacos hipolipemiantes pueden causar problemas musculares y hepáticos, los médicos suelen realizar análisis de sangre antes de que la persona comience a tomar el medicamento. De esta manera, si aparecen efectos secundarios, se dispone de mediciones iniciales (de referencia) para la comparación.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el Manual no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. Healthy Children: Cholesterol Levels in Children and Adolescents

  2. National Heart Lung and Blood Institute: Blood Cholesterol

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