Los dermatofibromas son pápulas o nódulos pequeños, firmes, de color rojo amarronado, compuestos por tejido fibroblástico. Suelen aparecer sobre los muslos o las piernas, aunque pueden aparecer en cualquier sitio.
Imagen cortesía de Marie Schreiner, PA-C.
Los dermatofibromas son comunes en adultos, más frecuentes en las mujeres. Su causa es probablemente genética. Las lesiones miden entre 0,5 y 1 cm de diámetro, son firmes, y se invaginan si se las presiona suavemente. La mayoría de las lesiones son asintomáticas, aunque algunas pueden presentar prurito o ulcerarse ante un traumatismo menor.
Diagnóstico de los dermatofibromas
Evaluación clínica
El diagnóstico de los dermatofibromas suele hacerse por la clínica. Se describieron varios patrones dermatoscópicos de dermatofibromas (1). En ocasiones se hace biopsia de las lesiones para excluir una proliferación melanocítica (p. ej., nevo, léntigo solar, melanoma) u otros tumores. Los dermatofibromas pueden estar hiperpigmentados en pacientes con tonos de piel más oscuros.
Referencia del diagnóstico
1. Zaballos P, Puig S, Llambrich A, et al: Dermoscopy of dermatofibromas: A prospective morphological study of 412 cases. Arch Dermatol 144(1):75-83, 2008. doi: 10.1001/archdermatol.2007.8
Tratamiento de los dermatofibromas
Escisión si es problemático
Los dermatofibromas que causan síntomas molestos pueden ser extirpados. El tratamiento con criocirugía puede aliviar los síntomas.