La marcha, la postura y la coordinación normales requieren la integridad de las vías motoras, vestibulares, cerebelosas, y propioceptivas (véase también Trastornos del movimiento y cerebelosos). Las lesiones en estas vías causan déficits característicos:
Los pacientes con ataxia cerebelosa tienen dificultades para mantener el equilibrio y requieren una marcha amplia para mantener la estabilidad (véase tabla Signos de trastornos cerebelosos).
El pie caído debido a debilidad motora causa una marcha en "estepaje" (elevación de la pierna más arriba de lo normal para evitar que los pies queden atrapados en irregularidades de la superficie).
La debilidad muscular pélvica causa "marcha de pato".
La pierna espástica causa cruce de las piernas "en forma de tijera" y circunduccion.
Los pacientes con un defecto de la propiocepción deben observar constantemente la colocación de sus pies para no tropezar ni caerse.
Las pruebas de coordinación pueden ayudar a detectar movimientos atáxicos. Las maniobras de evaluación incluyen
Apuntar con el dedo a propia la nariz y luego al dedo del examinador (prueba dedo-nariz)
Deslizar el talón desde la rodilla opuesta hacia abajo a lo largo de la cresta tibial (prueba talón-rodilla)
Golpear rápidamente el dedo índice con el pulgar
Pronación y supinación alternadas de la mano a velocidades crecientes
Debido a que el desempeño normal de estas acciones requiere vías visuales, motoras, cerebelosas y propioceptivas intactas, la localización de lesiones anatómicas etiológicas específicas puede ser difícil. Por ejemplo, los resultados anormales en la prueba dedo-nariz o talón-tibia pueden ser causados por debilidad motora debido a una lesión en la vía corticoespinal o en el cerebelo y sus conexiones. Durante cualquiera de las maniobras, un temblor intencional que causa oscilación de un lado a otro sugiere disfunción cerebelosa.