Prolactinoma

PorJohn D. Carmichael, MD, Keck School of Medicine of the University of Southern California
Revisado/Modificado abr 2023
Vista para pacientes

Los prolactinomas son tumores no cancerosos compuestos por lactotrofos en la glándula hipófisis. El síntoma más común de un prolactinoma es la galactorrea. El diagnóstico se realiza a través de la medición de las concentraciones de prolactina y con estudios de diagnóstico por la imagen. El tratamiento requiere inhibición tumoral con agonistas de la dopamina y, en ocasiones, extirpación o destrucción del adenoma.

La galactorrea implica secreción de leche por las mamas. Se presenta un análisis de las secreciones por pezón en otro apartado.

Etiología del prolactinoma

Los prolactinomas son tumores no cancerosos compuestos por lactotrofos, que son adenomas secretores de prolactina. La prolactina se sintetiza en células denominadas lactotropos, que constituyen alrededor del 30% de las células de la adenohipófisis. En los seres humanos, la función principal de la prolactina es estimular la producción de leche. La prolactina es la hormona producida en exceso por los tumores hipofisarios con mayor frecuencia. A diferencia de otras hormonas de la adenohipófisis, la prolactina se regula sobre todo a través de la supresión por dopamina y no por la retroalimentación negativa inducida por las hormonas periféricas.

La galactorrea suele ser secundaria a un adenoma secretor de prolactina (prolactinoma) pero puede ser el resultado de cualquier causa de hiperprolactinemia (véase tabla Causas de hiperprolactinemia). La mayoría de los tumores que se hallan en mujeres son microadenomas (< 10 mm de diámetro), pero un pequeño porcentaje corresponde a macroadenomas (> 10 mm) en el momento del diagnóstico. La frecuencia de los microadenomas es mucho menor en los hombres, tal vez debido a su diagnóstico más tardío; sin embargo, por razones que no están claras, los adenomas secretores de prolactina tienen un crecimiento más agresivo y causan síntomas más graves o ocupación e espacio (p. ej., cefaleas o molestias visuales) y menos síntomas relacionados con la deficiencia hormonal en los hombres. Los tumores hipofisarios no funcionantes también pueden aumentar los niveles de prolactina a través de la compresión del tallo hipofisario y la consiguiente interrupción de la acción de la dopamina, que en condiciones normales suprime la secreción de prolactina.

La hiperprolactinemia y la galactorrea también pueden ser secundarias a la ingestión de ciertos fármacos, como las fenotiazinas y algunos otros antipsicóticos, algunos antihipertensivos (en especial alfa-metildopa y verapamilo), y los opioides. El hipotiroidismo primario puede causar hiperprolactinemia y galactorrea debido a que la mayor concentración de hormona liberadora de hormonas tiroideas promueve la secreción tanto de prolactina como de hormona tiroideoestimulante (TSH). Los niveles de prolactina pueden aumentar en la circulación como consecuencia de la insuficiencia renal debido a la alteración de la depuración renal de prolactina. La estimulación del pezón y el embarazo son causas fisiológicas del aumento de la secreción de prolactina. La hiperprolactinemia puede estar asociada con hipogonadotropismo e hipogonadismo probablemente a través de la inhibición de la liberación de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) o la acción sobre los gonadotropos hipofisarios (véase tabla Causas de hiperprolactinemia).

Tabla

Signos y síntomas del prolactinoma

La eyección anormal de leche no se define en términos cuantitativos, sino como la secreción de leche inapropiada, persistente o incómoda para el paciente. La eyección espontánea es menos frecuente que aquella que se da en respuesta a la expresión manual. La leche es blanca y se pueden ver glóbulos de grasa cuando se examina una muestra bajo el microscopio. Las mujeres con galactorrea suelen presentar amenorrea u oligomenorrea. Las mujeres con galactorrea y amenorrea también pueden presentar signos y síntomas de deficiencia de estrógeno, como dispareunia y reducción de la libido secundaria a la inhibición de la secreción pulsátil de hormonas luteinizante y foliculoestimulante debido a las concentraciones elevadas de prolactina. No obstante, la producción de estrógeno puede ser normal, y en algunas mujeres con hiperprolactinemia incluso se observaron signos y síntomas de exceso de andrógenos, incluso hirsutismo. La hiperprolactinemia también puede asociarse con otras alteraciones del ciclo menstrual además de amenorrea, como la ovulación infrecuente y la disfunción del cuerpo lúteo.

Los hombres con tumores hipofisarios secretores de prolactina experimentan cefaleas o trastornos visuales. Alrededor de dos terceras partes de los hombres afectados desarrolla pérdida de la libido y disfunción eréctil.

Diagnóstico del prolactinoma

  • Concentraciones de prolactina

  • Concentraciones de tiroxina (T4) y hormona tiroideoestimulante (TSH)

  • TC o RM

El diagnóstico de la galactorrea secundaria a un adenoma hipofisario secretor de prolactina se basa en la detección de concentraciones elevadas de prolactina (usualmente > 5 veces el nivel normal, en ocasiones mucho más altos). La disminución del tamaño de la lesión en respuesta al tratamiento farmacológico puede confirmar el diagnóstico cuando los niveles de prolactina se elevan a un rango impreciso. En general, las concentraciones de prolactina se correlacionan con el tamaño del tumor hipofisario y pueden usarse para el seguimiento de los pacientes. En presencia de una masa hipofisaria no funcionante, los niveles de prolactina por lo general no se elevan > 3 a 4 veces el valor normal. Un ensayo de tratamiento con agonistas de la dopamina puede ayudar a distinguir entre lesiones secretoras de prolactina y lesiones no funcionantes; en ambos casos, los niveles de prolactina disminuyen después del tratamiento, pero las lesiones secretoras de prolactina reducen su tamaño, mientras que las lesiones no funcionantes no lo hacen.

Las concentraciones séricas de gonadotropinas y estradiol son bajas o normales en las mujeres con hiperprolactinemia y las concentraciones de testosterona pueden ser bajas en los hombres. El hipotiroidismo primario se excluye fácilmente si no se encuentran concentraciones elevadas de TSH. En el contexto de un tumor hipofisario conocido, deben medirse las concentraciones de TSH y tiroxina libre en busca de un posible hipotiroidismo central.

La RM con contraste es el método de elección para la identificación de microadenomas. La TC de alta resolución puede usarse cuando la RM está contraindicada o no está disponible. El examen del campo visual está indicado en todos los pacientes con macroadenomas y en todo paciente que prefiera solo vigilancia.

Tratamiento del prolactinoma

  • Depende del sexo, la causa, los síntomas y otros factores

  • Cuando está indicado, el tratamiento inicial suele realizarse con agonistas de la dopamina

Microadenomas

Los microprolactinomas pueden tratarse de múltiples maneras. Los pacientes asintomáticos con concentraciones de prolactina < 100 mcg/L (4348 pmol/L) y TC o RM normal o que presentan únicamente microadenomas pueden sólo controlarse, dado que la concentración sérica de prolactina muchas veces se normaliza con el paso de los años. Los pacientes con hiperprolactinemia deben controlarse cada 3 meses a través de la medición de las concentraciones de prolactina y la realización de RM o TC de la silla turca 1 vez al año durante al menos 2 años. La frecuencia de realización de estudios de diagnóstico por la imagen de la silla turca puede reducirse a partir de entonces si las concentraciones de prolactina no aumentan.

En mujeres las indicaciones para el tratamiento son

  • Deseo de embarazo

  • La amenorrea u oligomenorrea significativas (debido al riesgo de osteoporosis)

  • Hirsutismo

  • Disminución de la libido

  • Galactorrea problemática

En los hombres, la galactorrea en sí rara vez es lo suficientemente molesta como para requerir tratamiento; las indicaciones para el tratamiento incluyen

  • Hipogonadismo (debido al riesgo de osteoporosis)

  • Disfunción eréctil

  • Disminución de la libido

  • Infertilidad problemática

El tratamiento inicial para ambos sexos suele realizarse con un agonista de la dopamina como la bromocriptina en dosis de 1,25 a 5 mg por vía oral 2 veces al día o el fármaco de acción prolongada cabergolina en dosis de 0,25 a 1,0 mg por vía oral 1 o 2 veces/semana, los cuales reducen los niveles de prolactina. La cabergolina es el tratamiento de elección porque es más fácil de tolerar (tiene una menor frecuencia de efectos adversos) y es más potente que la bromocriptina. Las mujeres que intentan quedar embarazadas deben suspender el uso de cabergolina o bromocriptina en el momento de obtener un resultado positivo en la prueba de embarazo.

La quinagolida, un agonista de la dopamina no derivado del ergot, es también una opción para la hiperprolactinemia. Se comienza con dosis de 25 mcg por vía oral 1 vez al día y se ajusta durante 7 días hasta la dosis de mantenimiento habitual de 75 mcg 1 vez al día (puede aumentarse en forma semanal en incrementos de 75 a 150 mcg hasta una dosis máxima de 600 mcg 1 vez al día). La quinagolida no debe ser usada por mujeres que piensan quedar embarazadas.

Los pacientes con hipogonadismo concomitante que eligen no usar terapia con agonistas de la dopamina pueden tratarse con estrógenos (con o sin progestágeno, según se indique) o testosterona. Las mujeres con un microadenoma clínicamente hipoestrogénicas o con bajos niveles de estradiol pueden recibir estrógeno exógeno. Es poco probable que los estrógenos exógenos provoquen el agradamiento del tumor.

Macroadenomas

Los pacientes con macroadenomas en general deben tratarse inicialmente con agonistas dopaminérgicos, incluso en casos de tumores grandes con invasión y compresión del quiasma óptico. Los agonistas de la dopamina por lo general reducen un tumor secretor de prolactina. Los agonistas de la dopamina no reducirán el tamaño de un tumor no funcionante y esto causará una compresión del tallo hipofisario, aunque los niveles de prolactina disminuirán. Si las concentraciones de prolactina se reducen y los signos y los síntomas de la compresión tumoral desaparecen, puede no ser necesario otro tratamiento. Sin embargo, habitualmente las lesiones más grandes, no funcionantes, necesitan tratamiento adicional, por lo general con cirugía. Si bien el tratamiento con el agonista de la dopamina suele tener que continuar durante un período prolongado, a menudo los tumores secretores de prolactina remiten, sea en forma espontánea o tal vez gracias a la contribución de la terapia farmacológica. En consecuencia, en ocasiones es posible suspender los agonistas de la dopamina sin recidiva del tumor ni elevación de las concentraciones de prolactina, y la remisión es más frecuente en los pacientes con microadenomas que con macroadenomas. Suelen producirse más remisiones después del embarazo.

Se cree que las dosis elevadas de antagonistas de dopamina, en particular cabergolina y pergolida, producen valvulopatías cardíacas en algunos pacientes con enfermedad de Parkinson. Los estudios que evaluaron las dosis más bajas de agonistas dopaminérgicos utilizados para la hiperprolactinemia no han demostrado un mayor riesgo de enfermedad cardíaca valvular, pero la posibilidad debe ser discutida con los pacientes, y debe considerarse la vigilancia ecocardiográfica, en especial cuando se usan dosis > 3 mg por semana. El riesgo puede ser menor con bromocriptina o quinagolida. Los agonistas de la dopamina en las dosis utilizadas para la hiperprolactinemia también a veces causan cambios de comportamiento y psiquiátricos, que se caracterizan por aumento de la impulsividad y, ocasionalmente, psicosis, y esto limita su uso en algunos pacientes.

La cirugía es la terapia de segunda línea en pacientes cuyo tumor es resistente a agonistas de la dopamina o en los pacientes que no toleran el tratamiento médico.

Sólo está indicada la radioterapia en pacientes con enfermedad progresiva que no responden a otras formas de tratamiento. La irradiación suele inducir el desarrollo de hipopituitarismo varios años después del tratamiento. En estos pacientes, están indicados el control de la función endocrina y estudios de diagnóstico por la imagen de la silla turca 1 vez año durante toda la vida.

Tratamiento de pacientes embarazadas

Las mujeres deben suspender los agonistas de la dopamina (cabergolina o bromocriptina) en el momento en que obtienen una prueba de embarazo positiva porque ya no se requiere la reducción de los niveles de prolactina y el riesgo de crecimiento tumoral clínicamente significativo es escaso. La interrupción de la medicación permite que los niveles de prolactina aumenten naturalmente durante el embarazo. Sin embargo, si el tumor es invasor o si limita con el quiasma óptico, puede ser prudente continuar la terapia con agonistas de la dopamina durante todo el embarazo. Durante el embarazo, alrededor del 30% de los macroadenomas aumentan de tamaño; y el tejido hipofisario normal se expande. Si los pacientes tienen evidencia clínica de expansión tumoral (dolores de cabeza y/o pérdida del campo visual) y la ampliación se confirma mediante resonancia magnética, entonces probablemente debería reiniciarse la terapia agonista de la dopamina. Las pautas de la Endocrine Society (1) recomiendan el uso de bromocriptina, pero muchos expertos usan cabergolina, especialmente si se usó antes del embarazo; no hay evidencia de resultados adversos para el feto o la madre.

Referencia del tratamiento

  1. 1. Melmed S, Casanueva FF, Hoffman AR, et al: Diagnosis and Treatment of Hyperprolactinemia: An Endocrine Society Clinical Practice Guideline. J Clin Endocrinol Metab 96(2): 273–288, 2011.

Conceptos clave

  • La galactorrea es el signo más frecuente del prolactinoma.

  • La causa más común de galactorrea es un adenoma hipofisario, pero muchos medicamentos y trastornos endocrinos, hipotalámicos u otros pueden ser responsables.

  • Medir los niveles de prolactina y hacer imágenes del sistema nervioso central para detectar un tumor causante.

  • Para los microprolactinomas, dar un agonista de la dopamina si ciertos síntomas molestos están presentes.

  • Para los macroadenomas, dar un agonista de la dopamina y considerar la ablación quirúrgica o a veces radioterapia cuando los fármacos no logran los objetivos del tratamiento.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. Endocrine Society: Clinical Practice Guideline for Diagnosis and Treatment of Hyperprolactinemia

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