Los aneurismas en las arterias periféricas son dilataciones anormales de las arterias periféricas causadas por el debilitamiento de la pared arterial.
(Véase también Aneurismas).
Alrededor del 70% de los aneurismas en las arterias periféricas se localiza en la arteria poplítea y el 20% es iliofemoral. Los aneurismas en estas localizaciones suelen asociarse con aneurismas de la aorta abdominal y > 50% son bilaterales. La rotura es relativamente infrecuente, pero estos aneurismas pueden provocar tromboembolia con oclusión arterial distal aguda. Los aneurismas arteriales periféricos son más frecuentes en hombres que en mujeres (> 20:1), con una edad promedio de presentación de 65 años. Los aneurismas en las arterias que irrigan el brazo son relativamente raros; pueden causar isquemia de los miembros, embolia distal y, cuando se extienden hasta el arco aórtico, accidente cerebrovascular.
Los aneurismas infecciosos (micóticos) pueden hallarse en cualquier arteria, pero son más frecuentes en la arteria femoral. Suelen deberse a Salmonella, estafilococos o Treponema pallidum (responsable del aneurisma sifilítico).
Las causas más frecuentes de los aneurismas arteriales periféricos son aterosclerosis, atrapamiento de la arteria poplítea y embolias sépticas que producen aneurismas micóticos.
Los aneurismas en las arterias periféricas suelen ser asintomáticos en el momento del diagnóstico. La trombosis o la embolia (o, rara vez, la rotura del aneurisma) causan dolor, frío, palidez, parestesias y/o ausencia de pulsos en los miembros. Los aneurismas infecciosos pueden provocar dolor localizado, fiebre, malestar general y pérdida de peso.
El diagnóstico se realiza por ecografía, angiografía por resonancia magnética o angiografía por TC. Siempre que se detecte una arteria pulsátil aumentada de tamaño en el examen físico puede sospecharse un aneurisma poplíteo; el diagnóstico se confirma con otros estudios de diagnóstico por la imagen.
El riesgo de rotura de los aneurismas de los miembros es bajo, pero aumenta cuando su diámetro es mayor de 2 cm. En los aneurismas de las arterias de la pierna, la reparación quirúrgica suele ser electiva. Está indicada cuando las arterias tienen un tamaño 2 veces superior al normal o cuando el paciente presenta síntomas. Pero en el caso de los aneurismas de las arterias del brazo, la reparación quirúrgica está siempre indicadaporque el riesgo de complicaciones graves (p. ej., tromboembolia) es elevado. El segmento afectado de la arteria se extirpa y se reemplaza por un injerto. La tasa de recuperación del miembro después de la reparación quirúrgica oscila entre 90 y 98% en pacientes asintomáticos y entre 70 y 80% en los sintomáticos.
En algunos pacientes, la colocación de una prótesis intravascular representa otra alternativa de reparación.
Conceptos clave
Los aneurismas arteriales periféricos ocurren principalmente en hombres; la localización más común es la arteria poplítea.
Las complicaciones son infrecuentes e incluyen rotura y tromboembolia.
Los aneurismas de los miembros inferiores se tratan si los pacientes son sintomáticos o si la arteria tiene el doble del tamaño normal; todos los aneurismas de los miembros superiores deben tratarse debido al mayor riesgo de complicaciones graves (p. ej., accidente cerebrovascular cuando el aneurisma se extiende hasta el arco aórtico).