La fiebre por vapores metálicos es un síndrome clínico causado con mayor frecuencia por exposición ocupacional a vapores que contienen metales, generados por soldaduras y procesos relacionados. La fiebre por vapores poliméricos es clínicamente similar a la fiebre por vapores metálicos, pero se debe a la exposición a productos poliméricos fluorados específicos, como el politetrafluoroetileno (PTFE, conocido como Teflon®). El diagnóstico se realiza mediante la evaluación clínica. El tratamiento es sintomático.
La fiebre por vapores metálicos se reconoció por primera vez en la década de 1800 en asociación con el vapor de cinc y el vertido de latón fundido. En la década de 1970, la fiebre por vapores metálicos era bastante común entre los soldadores; el 31% de los soldadores de entre 20 y 59 años tuvo al menos un episodio durante su carrera. En los Estados Unidos, las mejoras en las regulaciones de seguridad y los controles de exposición en el lugar de trabajo han hecho que la fiebre por vapores metálicos sea menos común en la actualidad; ahora, se estima que ocurren entre 1.500 y 2.500 casos todos los años en los Estados Unidos.
La fiebre por vapores metálicos también puede afectar a los soldadores en entornos no ocupacionales, como artistas o aficionados. El tipo más común de metal implicado en la fiebre por vapores metálicos es el cinc, aunque otros metales se han sugerido como causas potenciales en informes de casos.
La fiebre por vapores metálicos es distinta de la neumonitis por cadmio, un síndrome más grave asociado con hipoxia e insuficiencia respiratoria.
La fiebre por vapores poliméricos es clínicamente similar a la fiebre por vapores metálicos, pero es causada por la exposición a los vapores generados cuando el politetrafluoroetileno (Teflon®) se calienta a > 300° C. La fiebre por vapores poliméricos se informó por primera vez en 1951 en una serie de casos de trabajadores que manipulaban PTFE a temperaturas elevadas.
En los Estados Unidos, las mejoras en la higiene del lugar de trabajo han disminuido la incidencia de fiebre ocupacional por vapores poliméricos. La exposición al vapor del PTFE debido al sobrecalentamiento de los utensilios de cocina de Teflon® en las cocinas domésticas ha provocado fiebre por vapores poliméricos en las personas y ha sido letal en las aves de compañía.
Fisiopatología
La fisiopatología precisa de la fiebre por vapores metálicos no está clara, pero se cree que el mecanismo es la liberación de citocinas proinflamatoria y la activación de neutrófilos inducida por la exposición pulmonar a los vapores del óxido de cinc. El mecanismo de la fiebre por vapores poliméricos no está claro, pero se cree que se relaciona con la exposición pulmonar a los productos de descomposición del fluorocarbono producidos a altas temperaturas.
Signos y síntomas
La fiebre por vapores metálicos se manifiesta típicamente con síntomas inespecíficos similares a los de la gripe (p. ej., fiebre, escalofríos, malestar general, mialgias, artralgias, cefalea). Otros síntomas pueden incluir tos seca, dolor torácico pleurítico, disnea, faringitis, calambres musculares y gusto anormal. El dolor abdominal, las náuseas y los vómitos son menos comunes.
El inicio de los síntomas se retrasa 4 a 10 horas después de la exposición; los síntomas pueden ocurrir después de que el trabajador ha completado un turno, lo que hace que la asociación entre los síntomas y la exposición ocupacional sea más difícil de identificar.
La taquifilaxia puede ocurrir cuando se repite la exposición. Como resultado, los síntomas disminuyen en el transcurso de la semana laboral, pero se vuelven más graves después de un paréntesis de fin de semana; por lo tanto, a veces se denomina fiebre del lunes por la mañana.
La fiebre grave por vapores metálicos es rara e imita síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que causa fiebre, hipoxia y taquipnea.
Los síntomas de la fiebre por vapores poliméricos son los mismos que los de la fiebre por vapores metálicos, por lo que se necesita conocer el antecedente de la exposición para diferenciar los dos síndromes. Sin embargo, la fiebre por vapores poliméricos no causa taquifilaxia.
Diagnóstico
Evaluación clínica
Radiografía de tórax
ECG
No hay pruebas de diagnóstico definitivas para la fiebre por vapores metálicos; el diagnóstico se basa en gran medida en la anamnesis y el examen físico. La fiebre por vapores metálicos se diagnostica cuando los trabajadores u otras personas con antecedentes de exposición al vapor de cinc (p. ej., soldadores) presentan los síntomas característicos del síndrome. Debido a que los síntomas son similares a los de la gripe, es necesario conocer los antecedentes laborales o de exposición para evitar un retraso en el diagnóstico.
Los hallazgos objetivos más frecuentes son fiebre y taquicardia sinusal. Otros hallazgos suelen ser más subjetivos y pueden incluir rigidez y sudoración. El examen pulmonar es típicamente normal con frecuencia respiratoria normal, esfuerzo y excursión de la pared torácica; ocasionalmente se escuchan estertores o sibilancias.
Cuando la fiebre por vapores metálicos es grave, el examen pulmonar detecta dificultad respiratoria, sibilancias, estertores y/o roncus. Debido a que la fiebre grave por vapores metálicos es rara, se deben considerar diagnósticos alternativos (p. ej., neumonitis por cadmio, otras causas de SDRA).
Las radiografías de tórax suelen ser normales en la fiebre por vapores metálicos, pero ayudan a diferenciar la fiebre por vapores metálicos de otras causas de síntomas similares, como neumonía. Puede haber congestión vascular leve, pero es inespecífica. Cuando la fiebre por vapores metálicos es grave, las radiografías de tórax muestran infiltrados difusos en parches bilaterales, como ocurre en el SDRA. Si se realiza una TC de tórax, en general se observa atelectasia leve bilateral y derrame pleural. En los casos graves, la TC puede mostrar opacidades alveolares difusas bilaterales o en vidrio esmerilado.
Las pruebas de laboratorio, si se realizan, pueden detectar leucocitosis inespecífica con desplazamiento a la izquierda. Los marcadores inflamatorios (p. ej., velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva) pueden estar elevados. En los informes de casos, los niveles séricos de cinc aumentaron durante los episodios agudos, pero esta prueba no está disponible en el ámbito de la atención aguda y, por lo tanto, tiene escasa utilidad clínica.
Los resultados de las pruebas pulmonares, que en general no son necesarios de inmediato, pueden ser normales o indicar una disminución de la capacidad vital, que se resuelve cuando desaparecen los síntomas. En casos graves, puede hallarse un patrón restrictivo de enfermedad pulmonar.
El diagnóstico de la fiebre pulmonar por vapores también es clínico; se basa en los antecedentes de exposición ocupacional al PTFE caliente o a utensilios de cocina de Teflon® sobrecalentados, seguidos por la aparición de los síntomas característicos de este síndrome. Los síntomas y signos característicos y los resultados de las pruebas de diagnóstico son los mismos que para la fiebre por vapores metálicos, excepto que la fiebre por vapores poliméricos no causa taquifilaxia.
Pronóstico
La fiebre por vapores metálicos es un trastorno benigno que se resuelve en forma espontánea en 12 a 48 horas después de la última exposición al cinc u otros vapores metálicos; sin embargo, la taquifilaxia puede ocurrir si se repite la exposición. Los casos graves que se manifiestan con síntomas similares al SDRA pueden requerir medidas de apoyo durante días a semanas. En los informes de casos, los episodios repetidos pueden provocar enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma ocupacional, o fibrosis pulmonar.
El pronóstico de la fiebre por vapores poliméricos es similar al de la fiebre por vapores metálicos.
Tratamiento
Alivio de los síntomas, incluidos antipiréticos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
Para la dificultad respiratoria grave, ventilación mecánica
El tratamiento de la fiebre por vapores metálicos y poliméricos es sintomático y puede incluir antipiréticos, AINE y otras medidas sintomáticas. Los pacientes a menudo son derivados al departamento de emergencias, pero la mayoría de ellos pueden ser dados de alta. Los corticosteroides orales o IV no se recomiendan porque no han demostrado eficacia en el contexto de la fiebre por vapores metálicos. En raras ocasiones, los pacientes con enfermedad pulmonar preexistente (p. ej., asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica) requieren tratamiento y hospitalización por la exacerbación de la enfermedad preexistente. Si los casos graves de cualquiera de estos síndrome causan dificultad respiratoria, se deben indicar los mismos tratamientos utilizados para el SDRA (p. ej., ventilación mecánica, presión positiva al final de la espiración [PEEP]).
Prevención
La exposición en el lugar de trabajo debe evaluarse midiendo la concentración de cinc ambiental y otros vapores metálicos (p. ej., cromo, níquel, cobre, manganeso) o la concentración de productos de la degradación de los polímeros de fluorocarbono en diferentes áreas del lugar de trabajo.
Se debe advertir a los trabajadores con fiebre por vapores metálicos que reduzcan al mínimo la exposición a los vapores de cinc mediante el uso de equipo de protección personal (EPP). Se debe contactar al empleador para implementar otros controles de exposición en el lugar de trabajo (eliminación, sustitución, controles de ingeniería, controles administrativos) si el EPP es inadecuado para controlar la exposición o si múltiples trabajadores se ven afectados.
Conceptos clave
El cinc es el metal asociado en forma principal lcon la fiebre por vapores metálicos, pero otros metales pueden estar involucrados.
La exposición ocupacional a los vapores de cinc, como puede ocurrir durante la soldadura, puede provocar fiebre por vapores metálicos.
La fiebrepor vapores poliméricos es un síndrome similar, pero se debe a la exposición a tetrafluoroetileno (Teflon®) o a utensilios de cocina de Teflon® sobrecalentados.
La fiebre por vapores metálicos típicamente produce síntomas seudogripales; es necesario el antecedente de exposición para diferenciarlo de la gripe y otros trastornos.
La mayoría de las pruebas arroja hallazgos inespecíficos, pero la radiografía de tórax puede ayudar a diferenciar la fiebre por vapores metálicos de otros trastornos.
Tratamiento sintomático (p. ej., con antipiréticos y AINE para los síntomas leves).
En la fiebre por vapores metálicos, los síntomas se resuelven entre 12 y 48 horas después del cese de la exposición; se les debe advertir a los trabajadores que reduzcan al mínimo la exposición futura a vapores metálicos en el lugar de trabajo.