Miomas uterinos

(Leiomiomas, miomas)

PorCharles Kilpatrick, MD, MEd, Baylor College of Medicine
Reviewed ByOluwatosin Goje, MD, MSCR, Cleveland Clinic, Lerner College of Medicine of Case Western Reserve University
Revisado/Modificado feb 2025
Vista para pacientes

Los miomas uterinos (leiomiomas) son tumores benignos del músculo liso del útero. Los miomas a menudo causan sangrado uterino anormal y presión pélvica y a veces síntomas urinarios o intestinales, infertilidad o complicaciones del embarazo. El diagnóstico se realiza mediante examen pélvico, ecografía u otros métodos de diagnóstico por imágenes. El tratamiento de las pacientes depende de los síntomas, del deseo de fertilidad y de las preferencias de la paciente. El tratamiento puede incluir anticonceptivos de estrógeno-progestágeno, terapia con progestágenos, ácido tranexámico, agonistas/antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina, embolización de la arteria uterina y procedimientos quirúrgicos (p. ej., miomectomía, histerectomía).

Los miomas uterinos (leiomiomas) son tumores de músculo liso que generalmente surgen del miometrio y son el tumor pélvico más común. Muchos miomas son pequeños o asintomáticos.

En los Estados Unidos, la prevalencia de miomas uterinos a los 50 años es de aproximadamente 70 % en mujeres blancas y 80 % en mujeres negras (1). La prevalencia aumenta en mujeres con menarquia temprana, obesidad e hipertensión; una alta paridad (3 o más nacimientos) se asocia con un riesgo reducido (2).

Aunque a menudo las pacientes están preocupadas por el cáncer en los miomas, el cambio sarcomatoso ocurre en < 1% de las pacientes (3).

La mayoría de las pacientes con miomas tienen múltiples miomas. Las localizaciones anatómicas de los miomas en el útero son

  • Subseroso

  • Intramural

  • Submucosa

En ocasiones, los miomas se desarrollan en el ligamento ancho (intraligamentarios), el cuello uterino o, rara vez, en las trompas uterinas (de Falopio). Algunos son pediculados y otros son sésiles. Los miomas submucosos pueden extenderse a la cavidad uterina (miomas submucosos intracavitarios) o prolapsar a través del cuello uterino (mioma prolapsado).

El sistema de clasificación de la International Federation of Gynecology and Obstetrics (FIGO) para las causas de sangrado uterino anormal (sistema PALM-COEIN) tiene una subclasificación para la localización de los miomas y el grado en que protruyen en la cavidad endometrial (4).

Sistema de subclasificación de leiomiomas (fibromas) uterinos PALM-COEIN*

Categorías de localización de leiomiomas

Tipo

Localización específica en el útero

Submucoso (en contacto con el endometrio y/o que protruye en la cavidad uterina)

0

Intracavitario pedunculado

1

< 50% intramural

2

≥ 50% intramural

3

Contacta con el endometrio, 100% intramurales

Otros: intramural (dentro del miometrio); subseroso (en contacto con la serosa y/o que protruye en la cavidad peritoneal); u otras localizaciones (p. ej., cervical, parasitario)

4

Intramural

5

Subseroso ≥ 50% intramural

6

Subseroso < 50% intramural

7

Pedunculado subserosal

8

Otros (especificar, p. ej., cervical, parásitos)

Híbrido (en contacto tanto con el endometrio como con la serosa)

2–5†

La imagen muestra un ejemplo: submucoso y subseroso, cada uno con menos de la mitad del diámetro en las cavidades endometrial y peritoneal

*PALM-COEIN es una regla mnemotécnica para las causas estructurales (PALM) y las causas no estructurales (COEIN) causas de hemorragia anormal (véase figura sistema de clasificación PALM-COEIN).

†os leiomiomas híbridos están documentados con 2 números separados por un guión. Por convención, el primer número se refiere a la relación con el endometrio y el segundo número se refiere a la relación con la serosa.

Definiciones: endometrio = revestimiento glandular de la cavidad uterina (también conocido como cavidad endometrial); miometrio = capa de músculo liso del útero, localizada entre el endometrio y la serosa; serosa = revestimiento externo delgado del útero que contacta con la cavidad peritoneal (abdominal), compuesto por mesotelio y tejido conectivo laxo.

Adaptado de Munro MG, Critchley HOD, Fraser IS; FIGO Menstrual Disorders Committee. The two FIGO systems for normal and abnormal uterine bleeding symptoms and classification of causes of abnormal uterine bleeding in the reproductive years: 2018 revisions [published correction appears in Int J Gynaecol Obstet. 2019 Feb;144(2):237]. Int J Gynaecol Obstet. 2018;143(3):393-408. doi:10.1002/ijgo.12666.

Cada mioma se desarrolla a partir de una sola célula de músculo liso, lo que determina que sea de origen monoclonal. Como responden a los estrógenos, tienden a agrandarse durante los años reproductivos y a disminuir de tamaño después de la menopausia.

Los miomas pueden estar subirrigados y degenerar. La degeneración se decribe como hialina, mixomatosa, calcificada, quística, grasa, roja (en general sólo durante el embarazo) o necrótica.

Referencias

  1. 1. Baird DD, Dunson DB, Hill MC, et al. High cumulative incidence of uterine leiomyoma in black and white women: ultrasound evidence. Am J Obstet Gynecol 188(1):100-107, 2003. doi:10.1067/mob.2003.99

  2. 2. Pavone D, Clemenza S, Sorbi F, et al. Epidemiology and Risk Factors of Uterine Fibroids. Best Pract Res Clin Obstet Gynaecol 46:3-11, 2018. doi:10.1016/j.bpobgyn.2017.09.004

  3. 3. Kho KA, Lin K, Hechanova M, Richardson DL. Risk of Occult Uterine Sarcoma in Women Undergoing Hysterectomy for Benign Indications [published correction appears in Obstet Gynecol. 2016 May;127(5):968. doi: 10.1097/AOG.0000000000001427]. Obstet Gynecol. 2016;127(3):468-473. doi:10.1097/AOG.0000000000001242

  4. 4. Munro MG, Critchley HOD, Fraser IS; FIGO Menstrual Disorders Committee. The two FIGO systems for normal and abnormal uterine bleeding symptoms and classification of causes of abnormal uterine bleeding in the reproductive years: 2018 revisions [published correction appears in Int J Gynaecol Obstet. 2019 Feb;144(2):237]. Int J Gynaecol Obstet 143(3):393-408, 2018. doi:10.1002/ijgo.12666

Signos y síntomas de los miomas uterinos

Muchos miomas son asintomáticos; aproximadamente del 15 al 30% de las pacientes con miomas desarrollan síntomas graves (1). Los miomas pueden causar sangrado uterino anormal (p. ej., sangrado menstrual abundante, sangrado intermenstrual). El sangrado puede ser lo suficientemente grave como para causar anemia.

Los síntomas por compresión, como el dolor pélvico o la sensación de presión crónicos, se deben al tamaño o a la posición de los miomas o bien al agrandamiento uterino debido a los miomas (2). La compresión de la vejiga puede producir síntomas urinarios (p. ej., polaquiuria o urgencia miccional), y la compresión intestinal puede producir síntomas intestinales (p. ej., estreñimiento).

Con menor frecuencia, los miomas crecen y degeneran o se produce torsión de miomas pediculados, lo que puede provocar dolor agudo intenso.

Los miomas pueden asociarse con infertilidad, especialmente los miomas submucosos. Durante el embarazo, los miomas suelen ser asintomáticos, pero pueden causar dolor, aborto espontáneo recurrente, contracciones uterinas prematuras, desprendimiento de placenta o presentación fetal anormal. Los miomas uterinos también pueden causar hemorragia posparto, en especial si se encuentran en el segmento uterino inferior (3).

Referencias de los signos y síntomas

  1. 1. Havryliuk Y, Setton R, Carlow JJ, et al. Symptomatic Fibroid Management: Systematic Review of the Literature. JSLS 21(3):e2017.00041, 2017. doi:10.4293/JSLS.2017.00041

  2. 2. Soliman AM, Margolis MK, Castelli-Haley J, Fuldeore MJ, Owens CD, Coyne KS. Impact of uterine fibroid symptoms on health-related quality of life of US women: evidence from a cross-sectional survey. Curr Med Res Opin. 2017;33(11):1971-1978. doi:10.1080/03007995.2017.1372107

  3. 3. Qidwai GI, Caughey AB, Jacoby AF. Obstetric outcomes in women with sonographically identified uterine leiomyomata. Obstet Gynecol. 2006;107(2 Pt 1):376-382. doi:10.1097/01.AOG.0000196806.25897.7c

Diagnóstico de los miomas uterinos

  • Estudios de diagnóstico por imagen (ecografía, histerosonografía o RM)

El diagnóstico de los miomas uterinos es clínico y es probable si el examen pélvico bimanual detecta un útero agrandado, irregular y móvil.

Si se detecta en etapa reciente un útero agrandado, irregular y móvil o si los hallazgos del examen pélvico han cambiado (p. ej., aumento del tamaño del útero, posible masa anexial, masa fija, nuevo hallazgo de hipersensibilidad a la palpación), se deben realizar estudios de diagnóstico por imágenes en busca de miomas u otras patologías ginecológicas (p. ej., tumores de ovario). Los estudios de diagnóstico por imágenes también pueden estar indicados si la paciente presenta nuevos síntomas (p. ej., sangrado, dolor).

La ecografía pélvica (generalmente transvaginal) suele ser la prueba de imagen de primera línea preferida (1).

Ante la sospecha de miomas submucosos debida a un sangrado uterino anormal o a infertilidad, se puede realizar una ecografía con infusión de solución salina (histerosonografía). En la histerosonografía se instila solución fisiológica en el útero, lo que mejora la visualización de la cavidad uterina. Alternativamente, la histeroscopia se puede utilizar para visualizar directamente los miomas uterinos submucosos sospechosos y, si es necesario, para biopsiar o resecar miomas pequeños.

Por lo general, se realiza una RM si una ecografía u otros factores (p. ej., crecimiento rápido de un presunto mioma, masa pélvica fija) sugieren un diagnóstico de una variante de leiomiomas (p. ej., tumores de músculo liso de potencial maligno incierto) o una masa uterina maligna (p. ej., leiomiosarcoma) (2). La resonancia magnética también se usa comúnmente en pacientes antes de la miomectomía para determinar la ubicación del mioma.

Las pacientes con sangrado posmenopáusico con o sin miomas deben ser evaluadas en busca de cáncer uterino.

Referencias del diagnóstico

  1. 1. Mension E, Carmona F, Vannuccini S, Chapron C. Clinical signs and diagnosis of fibroids from adolescence to menopause. Fertil Steril. 2024;122(1):12-19. doi:10.1016/j.fertnstert.2024.05.003

  2. 2. Expert Panel on GYN and OB Imaging, Ascher SM, Wasnik AP, et al. ACR Appropriateness Criteria® Fibroids. J Am Coll Radiol. 2022;19(11S):S319-S328. doi:10.1016/j.jacr.2022.09.019

Tratamiento de los miomas uterinos

  • Medicamentos hormonales o no hormonales para disminuir el sangrado (p. ej., antiinflamatorios no esteroideos [AINE], ácido tranexámico, anticonceptivos de estrógeno-progestágeno o progestágenos)

  • Miomectomía (para preservar la fertilidad) o la histerectomía

  • A veces, otros procedimientos (p. ej., embolización de miomas uterinos)

Las opciones de tratamiento pueden clasificarse en médicas, intervencionistas o quirúrgicas.

Los miomas asintomáticos no requieren tratamiento. Las pacientes con miomas pequeños y de tamaño estable pueden ser reevaluadas periódicamente (p. ej., cada 12 meses).

En el caso de los miomas sintomáticos, por lo general se utilizan en primer lugar las opciones de tratamiento farmacológico, antes de considerar terapias o procedimientos quirúrgicos. Los medicamentos son eficaces en algunas pacientes, pero a menudo son subóptimos. En las mujeres perimenopáusicas con síntomas leves, habitualmente se prefiere un tratamiento expectante porque los síntomas pueden resolverse cuando los miomas disminuyen su tamaño después de la menopausia.

Medicamentos para tratar los miomas

Para el control del sangrado uterino anormal debido a miomas, se pueden usar medicamentos hormonales o no hormonales orales como terapia de primera línea. Estos medicamentos no disminuyen el tamaño de los fibromas y, por lo tanto, no tratan los síntomas de volumen (p. ej., dolor y presión pélvicos). Las opciones farmacológicas de primera línea son

  • Anticonceptivos de estrógenos/progestágenos

  • Progestágenos (p. ej., dispositivo intrauterino con levonorgestrel [DIU])

  • Ácido tranexámico

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos

Para las pacientes que también desean anticoncepción, los anticonceptivos de estrógeno-progestina o un DIU de levonorgestrel pueden ser buenas opciones.

Los progestágenos exógenos pueden suprimir parcialmente la estimulación del crecimiento del mioma por los estrógenos. La terapia con progestina oral puede ser cíclica (de 10 a 14 días de cada ciclo menstrual) o continua (diaria); ejemplos de medicamentos y dosis incluyen acetato de medroxiprogesterona de 5 a 10 mg y acetato de megestrol de 40 mg.

El acetato de medroxiprogesterona de depósito, 150 mg IM cada 3 meses, tiene efectos similares a los de la terapia oral continua. Antes de iniciar la terapia intramuscular, debe intentarse un tratamiento con progestinas orales para determinar si las pacientes pueden tolerar los efectos adversos asociados a las progestinas (p. ej., aumento de peso, depresión, sangrado irregular). Un dispositivo intrauterino (DIU) liberador de levonorgestrel es otra opción de terapia con progestina. La terapia con progestágenos ocasiona que los miomas crezcan en algunos mujeres.

El ácido tranexámico (un fármaco antifibrinolítico) puede reducir el sangrado uterino hasta en un 40% (1).

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos pueden usarse para tratar el dolor y pueden reducir ligeramente el volumen del sangrado (2).

Los medicamentos que pueden usarse para reducir el crecimiento de los fibromas, además de tratar el sangrado uterino anormal debido a los fibromas, incluyen

  • Análogos de GnRH

  • Antiprogestágenos

  • Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos (MSRE)

  • Danazol

Los análogos de la GnRH son agonistas (p. ej., leuprolida) o antagonistas (elagolix y relugolix) que inhiben el eje hipotálamo-hipofisario-ovárico e inducen hipogonadismo, lo que a su vez reduce la producción de estrógeno. En general, estos medicamentos no deben usarse durante mucho tiempo porque es común el crecimiento de rebote hasta el tamaño pretratamiento dentro de los 6 meses. El uso de análogos de la GnRH suele estar limitado por los efectos adversos hipoestrogénicos, como síntomas menopáusicos, cambios desfavorables en el perfil lipídico y/o disminución de la densidad ósea. Para prevenir la desmineralización ósea cuando estos medicamentos se utilizan a largo plazo, el médico debe considerar indicar a las pacientes suplementos de estrógeno (terapia de reposición), como una combinación de estrógeno y progestina en dosis bajas.

Los análogos de la GnRH se utilizan si otros medicamentos no han sido eficaces y el sangrado es persistente, así como si la paciente presenta anemia. Alternativamente, se administran antes de la operación para reducir el volumen de los miomas y del útero, lo que hace la cirugía más factible y reduce la pérdida de sangre durante la cirugía.

Los agonistas de la GnRH pueden administrarse de la siguiente manera:

  • Por vía IM o subcutánea (p. ej., leuprolida 3,75 mg IM mensualmente, goserelina 3,6 mg por vía subcutánea cada 28 días)

  • Como depósito subdérmico

  • Como aerosol nasal (p. ej., nafarelina)

Los antagonistas de la GnRH están disponibles en formulaciones orales para la terapia de reposición en bajas dosis con el fin de limitar los efectos adversos hipoestrogénicos.

Para los antiprogestágenos (p. ej., mifepristona), la dosis es de 5 a 50 mg 1 vez al día durante 3 a 6 meses. Esta dosis es menor que la dosis de 200 mg usada para la conclusión del embarazo; por lo cual estas dosis deben ser preparadas especialmente por un farmacéutico y no siempre están disponibles.

Los MSRE (p. ej., raloxifeno) pueden ayudar a reducir el crecimiento de fibromas, pero no está claro si pueden aliviar los síntomas al igual que otros medicamentos.

El danazol, un agonista androgénico, puede suprimir el crecimiento de los fibromas, pero tiene una tasa elevada de efectos adversos (p. ej., aumento de peso, acné, hirsutismo, edema, pérdida de cabello, profundización de la voz, sofocos, sudoración, sequedad vaginal) y, por lo tanto, se utiliza con muy poca frecuencia.

Procedimientos para tratar los miomas

La embolia de la arteria uterina es una opción de tratamiento guiada por imágenes que tiene como objetivo causar un infarto de los miomas en todo el útero mientras se preserva el tejido uterino normal. Durante este procedimiento, se visualiza el útero mediante fluoroscopia, se colocan catéteres en la arteria femoral, se avanza hacia la arteria uterina, y luego se utilizan partículas emboizantes para ocluir el suministro de sangre a los miomas.

Después de este procedimiento, las mujeres se recuperan más rápidamente que con la histerectomía o con la miomectomía, pero las tasas de complicaciones (p. ej., sangrado, isquemia uterina) y de reconsulta tienden a ser más altas. Las tasas de fracaso del tratamiento alcanzan hasta el 25% y son mayores si no se embolizan ambas arterias uterinas (3); en tales casos, se requiere un tratamiento definitivo con histerectomía.

Se debe informar a las pacientes que están considerando tener más hijos que la embolización de las arterias uterinas puede aumentar el riesgo de ciertos resultados obstétricos, como aborto espontáneo, cesárea y hemorragia posparto (4).

La cirugía con ultrasonido focalizado bajo guía de resonancia magnética es un procedimiento percutáneo que permite consevar el útero y que utiliza ondas de ultrasonido de alta intensidad para la ablación de los miomas. Los datos sobre la seguridad del embarazo después de este procedimiento son limitados y se requieren más investigaciones (5).

Cirugía para los miomas

En general, la cirugía se reserva para las mujeres con una o más de una de las características siguientes:

  • Una tumoración pelviana que se agranda rápidamente

  • Sangrado uterino recurrente refractario a los medicamentos

  • Dolor severo o presión persistente (p. ej., que requiere analgésicos para el control o que es intolerable para la paciente)

  • Un útero grande que tiene efecto de masa en el abdomen, causando síntomas urinarios o intestinales o comprimiendo otros órganos y causando alteraciones funcionales (p. ej., hidronefrosis, polaquiuria, dispareunia)

  • Infertilidad (si los miomas submucosos podrían estar interfiriendo con la concepción)

  • Abortos espontáneos recurrentes (si se desea el embarazo)

El deseo de la paciente de un tratamiento definitivo es otro de los factores que favorecen la cirugía.

Para las pacientes con hemorragia grave, pueden administrarse agonistas de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) antes de la cirugía para reducir el tamaño de los tejidos fibroideos; estos fármacos a menudo inhiben la menstruación y permiten que aumenten los recuentos sanguíneos.

La ablación por radiofrecuencia de los miomas utiliza ecografía en tiempo real para identificar los miomas y aplicar energía de radiofrecuencia desde un cabezal a través de un abordaje laparoscópico o transcervical.

La miomectomía se puede realizar mediante cirugía abierta, laparoscópica o histeroscópica (usando un instrumento con un endoscopio de ángulo ancho y un asa eléctrica para la extirpación), con técnicas de cirugía robótica o sin ellas.

La histerectomía también puede realizarse por laparoscopia, por vía vaginal o por laparotomía.

La mayoría de las indicaciones para la miomectomía y la histerectomía son similares y las pacientes deben recibir asesoramiento sobre los riesgos y los beneficios de cada procedimiento.

Si las mujeres desean un futuro embarazo o conservar el útero, se realiza una miomectomía (6). La miomectomía múltiple puede ser más difícil desde el punto de vista técnico que la histerectomía. La miomectomía múltiple a menudo produce mayor sangrado, dolor posoperatorio y adherencias, y puede aumentar el riesgo de rotura uterina durante los embarazos subsiguientes.

Los factores que favorecen la histerectomía incluyen

  • La paciente no desea tener hijos en el futuro.

  • La histerectomía es un tratamiento definitivo. Después de la miomectomía, pueden comenzar a crecer nuevos fibromas, y alrededor del 25% de las mujeres que se sometieron a una miomectomía deben realizarse una histerectomía entre 4 y 8 años después.

  • La paciente tiene otras anomalías que hacen que una cirugía más compleja como la miomectomía sea más complicada (p. ej., adherencias extensas, endometriosis).

  • La histerectomía puede tratar o reducir el riesgo de otro trastorno (p. ej., neoplasia intraepitelial cervical, hiperplasia endometrial, endometriosis, cáncer de ovario en las mujeres con una mutación de BRCA, síndrome de Lynch).

Si la histerectomía o la miomectomía se realiza por vía laparoscópica, se deben utilizar técnicas para extirpar el tejido fibroideo a través de las pequeñas incisiones laparoscópicas o de la vagina. Morcelación es un término que describe el corte de miomas o tejido uterino en pequeños trozos; esto puede hacerse con un bisturí o un dispositivo electromecánico. La morcelación no debe utilizarse en pacientes con sospecha de cáncer uterino o factores de riesgo significativos, en particular para el sarcoma uterino. Antes de la cirugía por presuntos miomas, las pacientes deben ser evaluadas para detectar cáncer uterino (7). Las mujeres que se someten a cirugía por presuntos miomas uterinos pueden tener un sarcoma u otro cáncer uterino no diagnosticado ni sospechado; la incidencia estimada varía de 1 en 300 a < 1 en 10.000 cirugías (8). Si se realiza la morcelación intraperitoneal, las células malignas pueden diseminarse por todo el peritoneo. Los cirujanos pueden utilizar métodos para prevenir la diseminación del tejido durante la morcelación, como la morcelación extraperitoneal (el tejido se toma con pinzas y se extrae a través de la incisión o la vagina) o el uso de una bolsa intraabdominal para contener el tejido.

Elección del tratamiento

El tratamiento de los miomas uterinos debe individualizarse, pero los factores siguientes pueden ayudar a tomar la decisión:

  • Miomas asintomáticos: no se indica tratamiento, se mantiene el control de la paciente

  • Fibromas sintomáticos, particularmente si se desea un futuro embarazo: medicamentos orales o miomectomía

  • Síntomas graves cuando otros tratamientos no fueron eficaces, especialmente si no se desea un embarazo: embolización de la arteria uterina o histerectomía (en algunos países se utiliza la sonografía focalizada de alta intensidad)

  • Mujeres posmenopáusicas: las pacientes con sangrado posmenopáusico deben ser evaluadas para detectar un cáncer uterino. Si los resultados son benignos o los síntomas generados por la presión constituyen el problema principal, se considera razonable intentar un período de conducta expectante (porque los síntomas tienden a remitir a medida que los miomas disminuyen de tamaño después de la menopausia)

Referencias del tratamiento

  1. 1. Lukes AS, Moore KA, Muse KN, et al. Tranexamic acid treatment for heavy menstrual bleeding: a randomized controlled trial. Obstet Gynecol. 2010;116(4):865-875. doi:10.1097/AOG.0b013e3181f20177

  2. 2. Bofill Rodriguez M, Dias S, Jordan V, et al. Interventions for heavy menstrual bleeding; overview of Cochrane reviews and network meta-analysis. Cochrane Database Syst Rev. 2022;5(5):CD013180. Published 2022 May 31. doi:10.1002/14651858.CD013180.pub2

  3. 3. Spies JB, Bruno J, Czeyda-Pommersheim F, Magee ST, Ascher SA, Jha RC. Long-term outcome of uterine artery embolization of leiomyomata. Obstet Gynecol. 2005;106(5 Pt 1):933-939. doi:10.1097/01.AOG.0000182582.64088.84

  4. 4. Homer H, Saridogan E. Uterine artery embolization for fibroids is associated with an increased risk of miscarriage. Fertil Steril. 2010;94(1):324-330. doi:10.1016/j.fertnstert.2009.02.069

  5. 5. Zou M, Chen L, Wu C, Hu C, Xiong Y. Pregnancy outcomes in patients with uterine fibroids treated with ultrasound-guided high-intensity focused ultrasound. BJOG. 2017;124 Suppl 3:30-35. doi:10.1111/1471-0528.14742

  6. 6. Practice Committee of the American Society for Reproductive Medicine. Electronic address: ASRM@asrm.org; Practice Committee of the American Society for Reproductive Medicine. Removal of myomas in asymptomatic patients to improve fertility and/or reduce miscarriage rate: a guideline. Fertil Steril. 2017;108(3):416-425. doi:10.1016/j.fertnstert.2017.06.034

  7. 7. American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Gynecologic Practice. Uterine Morcellation for Presumed Leiomyomas: ACOG Committee Opinion, Number 822 [published correction appears in Obstet Gynecol. 2021 Aug 1;138(2):313]. Obstet Gynecol 137(3):e63-e74, 2021. doi:10.1097/AOG.0000000000004291

  8. 8. Hartmann KE, Fonnesbeck C, Surawicz T, et al. Management of Uterine Fibroids [Internet]. Rockville (MD): Agency for Healthcare Research and Quality (US); 2017 Dec. (Comparative Effectiveness Review, No. 195.)

Conceptos clave

  • En los Estados Unidos, la prevalencia de fibromas uterinos a los 50 años es de aproximadamente 70% en mujeres blancas y 80% en mujeres negras.

  • Si es necesario, confirmar el diagnóstico con imágenes, por lo general ecografía (a veces con histerosonografía) o una resonancia magnética.

  • Para el alivio temporal de los síntomas menores, se debe considerar la terapia medicamentosa (p. ej., anticonceptivos de estrógeno-progestágeno, ácido tranexámico, progestágenos o análogos de GnRH).

  • Para lograr un alivio más duradero, se debe considerar la cirugía (p. ej., miomectomía u otros procedimientos con conservación del útero, sobre todo si la paciente podría desear conservar su fertilidad; histerectomía para la terapia definitiva).

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