Si los ancianos con deficiencias funcionales significtivas deciden manejar menos o dejan de hacerlo, el papel del profesional sanitario es sobre todo de apoyo. Cuando la evaluación médica identifica deficiencias que pueden corregirse y los pacientes las reconocen, pero aún desean seguir conduciendo, los profesionales pueden ofrecer un tratamiento para ayudar a mejorar estas deficiencias o alteraciones.
Además de tratar afecciones médicas que deterioran la capacidad para conducir, la mayoría de los médicos no están preparados para formular o ejecutar un plan de rehabilitación para la conducción; la derivación a especialistas suele ser útil. Si las deficiencias y las discapacidades no se pueden corregir en forma suficiente como para permitir una conducción segura, es posible que los profesionales deban ser proactivos en lo que respecta a dejar de conducir.
(Véase también Generalidades sobre el conductor anciano.)
Programas de rehabilitación para la conducción
Aunque algunos conductores mayores pueden beneficiarse con cursos de actualización de la conducción (p. ej., American Association of Retired Persons [AARP] Driver Safety), la mayoría se debe derivar a terapeutas ocupacionales que se especializan en la rehabilitación de la conducción (llamados especialistas en rehabilitación de la conducción). Los especialistas en rehabilitación para la conducción pueden contactarse a través de instituciones de rehabilitación locales o en la Association for Driver Rehabilitation Specialists o la American Occupational Therapy Association.
Los especialistas en terapia ocupacional para la rehabilitación de la conducción suelen realizar evaluaciones integrales de la conducción que incluyen pruebas clínicas de la visión, habilidades motoras y cognitivas, así como evaluaciones en la carretera. Durante las evaluaciones en carretera, el especialista viaja en un vehículo con el conductor para evaluar habilidades de conducción reales en diversas condiciones del tráfico. El vehículo empleado durante el examen debe estar equipado con doble comando para que el especialista pueda mantener un control seguro del automóvil (p. ej., freno del lado del pasajero). Al final de la evaluación integral de la capacidad de conducción, el especialista proporciona recomendaciones con respecto a la capacidad de manejo del individuo. Estos especialistas también pueden ayudar mediante
Recomendar la institución de un plan de rehabilitación diseñado específicamente para aumentar las habilidades motoras o las funciones cognitivas y la percepción en la vida cotidiana del conductor
La provisión de equipos de conducción adaptativos y el entrenamiento en su uso (p. ej., una perilla de dirección para ayudar a manejar el volante con una sola mano, dispositivos más complicados como controles manuales)
Evaluar la respuesta al plan de rehabilitación e informar a los conductores, sus familiares y el médico si las capacidades del conductor son adecuadas para continuar manejando o si se indican restricciones
Proporcionar asesoramiento acerca de la movilidad o modos alternativos de transporte
En la mayoría de los estados, el costo de una evaluación para la rehabilitación de la conducción no está cubierto por el seguro (Medicare o privado) y debe ser cubierto por el usuario. Si un especialista en rehabilitación para la conducción no se encuentra en la zona o los costos son prohibitivos, las opciones incluyen la derivación a un terapeuta ocupacional local que se especialice en enfermedades de adultos mayores y/o una derivación al departamento de licencias de conducir del estado para una nueva evaluación completa de la visión, el examen escrito y el examen práctico en carretera.
Dejar de conducir
Si los conductores mayores niegan o no son conscientes de sus limitaciones o si los déficits no responden al tratamiento, los médicos pueden tener que ser proactivos. En estas situaciones, los médicos deben analizar con el paciente y los miembros de su familia los aspectos relevantes en relación con la seguridad durante la conducción, la posibilidad de tener que dejar de conducir, las necesidades de transporte del paciente y los recursos de transporte alternativos.
El profesional sanitario debe comparar los beneficios en la seguridad del paciente, los peatones y otros conductores con las consecuencias del aislamiento social, el deterioro del estado funcional, el compromiso de la calidad de vida y la depresión clínica. En algunos pacientes (p. ej., aquellos con demencia moderada o grave), los beneficios de dejar de conducir superan con claridad los perjuicios.
Deben analizarse opciones alternativas de transporte; estas varían de una comunidad a otra, pero los recursos nacionales como el National Aging and Disability Transportation Center, de la guía Dementia and Driving de la Asociación de Alzheimer, y la Eldercare Locator proporcionan información actualizada sobre las opciones.
Los miembros de la familia pueden encontrar información en línea sobre conversaciones con los conductores mayores para decidir si suspenden o limitan la conducción. Véase, por ejemplo, The Hartford's At the Crossroads: Family Conversations About Alzheimer’s Disease, Dementia & Driving, the AARP's We Need to Talk, y the Alzheimer's Association's Having the conversation.
Las opciones de transporte más nuevas, como los servicios de taxi a pedido basados en la web, pueden ser una opción para las personas mayores que ya no pueden conducir de manera segura. Sin embargo, es importante evaluar la capacidad del conductor mayor para utilizar en forma independiente incluso estos servicios. A menudo, las mismas deficiencias funcionales que limitan la conducción segura también reducen la capacidad de programar y utilizar de manera independiente formas alternativas de transporte. A veces, los miembros de la familia y/o los amigos necesitan conducir en el automóvil a la persona mayor; cuando sea posible, es útil contar con un cronograma estructurado en el que contribuyan varios amigos y familiares. El ofrecimiento de opciones de transporte permite al adulto mayor permanecer activo e involucrado en la comunidad y evitar el aislamiento, la inactividad y la depresión.
La pérdida del derecho a conducir puede precipitar una depresión y ser relativamente devastadora en relación con el mantenimiento de la independencia. Si no es posible disponer de transporte alternativo y se afecta en forma adversa la posibilidad de mantener las actividades de la vida cotidiana, la pérdida del derecho a conducir a veces promueve la necesidad de mudarse con un miembro de la familia o a un hogar de retiro.
Notificación
Si las limitaciones funcionales del conductor o su estado médico parecen justificar que el paciente deje de conducir, los profesionales deben respetar los requerimientos de notificación del Departamento Estatal de Vehículos Automotores. Los estados tienen distintas leyes para la notificación. Todos tienen leyes de notificación voluntaria, pero algunos también tienen leyes de notificación obligatoria. En la mayoría de los estados, los estatutos protegen el anonimato del profesional o le brindan inmunidad. La interconsulta legal puede ser útil cuando un consultorio o una institución comienza a desarrollar un protocolo y un procedimiento de notificación.
Antes de hacer un informe, los profesionales deben discutir las recomendaciones sobre dejar de conducir directamente con el conductor mayor y la familia en lugar de simplemente llenar un informe. Los profesionales deben hacer todo lo posible para educar al conductor sobre la necesidad de cooperar con las restricciones de conducción. Esta conversación debe incluir las razones por las cuales las limitaciones del conductor determinan que la conducción sea insegura para sí mismos y otros conductores y las que obligan al profesional a informar la situación.
En ciertos casos, los profesionales deben informar limitaciones funcionales o el estado médico del paciente a agencias estatales en contra de los deseos del paciente, y esta acción a menudo produce un impacto negativo sobre la relación médico-paciente. No obstante, la justicia puede requerir información médica si el problema del paciente para conducir puede poner en peligro la seguridad pública; los profesionales que no notifican a las autoridades apropiadas pueden ser legalmente responsables por las consecuencias futuras.
Más información
Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.
Recursos para médicos
American Occupational Therapy Association: Find a Driving Rehabilitation Provider
American Geriatrics Society: Clinician’s Guide to Assessing and Counseling Older Drivers, 4th Edition
Recursos para pacientes y cuidadores
American Association of Retired Persons (AARP): Driver Safety Program: recurso que proporciona información sobre evaluaciones de manejo y cursos de actualización de manejo
AARP: We Need to Talk: recurso para los miembros de la familia y los cuidadores de los conductores mayores sobre cómo abordarlos para considerar si deben manejar menos o dejar de conducir
American Occupational Therapy Association: Find a Driving Rehabilitation Provider
National Aging and Disability Transportation Center: recurso que proporciona opciones de transporte para las personas que ya no conducen
Eldercare Locator: recurso que brinda servicios para los adultos mayores y sus familias
The Hartford: At the Crossroads: Family Conversations About Alzheimer’s Disease, Dementia & Driving: recurso para las personas mayores, los miembros de la familia y los cuidadores sobre cómo y cuándo ayudar a un conductor mayor a dejar de conducir
American Automotive Association (AAA): Senior Driver Safety and Mobility: recurso que proporciona información sobre autoevaluaciones de conducción, características de seguridad automotriz disponibles y leyes para otorgar la licencia a las personas mayores
USAging: Transportation: recurso que proporciona opciones de transporte a las personas que ya no conducen
Alzheimer's Association: Dementia and Driving: recurso que ayuda a las personas con demencia a planificar cómo dejar de conducir