Para muchos adultos mayores, conducir un automóvil es su opción preferida para el transporte comunitario. Los trastornos médicos que deterioran la conducción en los adultos mayores pueden tener dos resultados adversos graves:
Lesión o muerte del conductor, los pasajeros o los peatones como resultado de un accidente automovilístico
Dejar de conducir
La conducción segura requiere la integración de procesos visuales, motores y cognitivos complejos, y los conductores mayores con trastornos médicos pueden tener déficits leves a moderados en uno o más de estos dominios. Muchos conductores mayores modifican con éxito sus rutinas y compensan los déficits evitando las horas pico, conduciendo menos millas por año, limitando los viajes a distancias más cortas y evitando conducir durante el crepúsculo, la noche o el mal tiempo. Asimismo, los conductores ancianos tienden a ser más cautos, conducen más despacio y se arriesgan menos. También se los cita con menor frecuencia por conducir en estado de ebriedad. Sin embargo, algunos ancianos niegan o no son conscientes de sus limitaciones (p. ej. deterioro del juicio) (1) o desean mantener su independencia, por lo que continúan conduciendo a pesar del deterioro significativo de las habilidades necesarias para conducir con seguridad.
La mayoría de los accidentes de tránsito que involucran a ancianos se producen durante el día y en la semana. Estas MVC a menudo son el resultado de no ceder el derecho de paso, no prestar atención a las señales de alto o las luces rojas, o no mantener la posición correcta en el camino y tienden a ocurrir en situaciones de conducción más complejas, como aquellas que involucran intersecciones, giros a la izquierda o fusión con el tráfico. Los accidentes de tránsito que involucran conductores mayores tienen más probabilidades de afectar a múltiples vehículos y de provocar lesiones graves y muertes que los que involucran conductores más jóvenes.
A diferencia de los conductores más jóvenes, en los accidentes de tránsito con conductores de edad avanzada, el alcohol, los mensajes de texto, el uso de teléfonos móviles, y el exceso de velocidad rara vez juegan un papel; sin embargo, esta situación puede cambiar en futuras cohortes de edad avanzada. Las distracciones en el automóvil podrían ser más frecuentes a medida que la tecnología en el vehículo se generaliza (p. ej., dispositivos de GPS).
Cuando se producen MVC, los adultos mayores son más vulnerables a las lesiones. Las razones de esta vulnerabilidad no se han estudiado bien, pero pueden incluir las siguientes:
Los conductores mayores tienen menor capacidad para soportar traumatismos.
Los conductores mayores suelen tener más comorbilidades (p. ej. osteoporosis, cardiopatía), que se asocian con peores resultados en todas las edades (2).
Muchos accidentes automovilísticos consisten en impactos por el lado del conductor (p. ej. en los cruces), lo que hace que el conductor mayor sea más vulnerable y propenso a sufrir lesiones.
Los conductores mayores pueden operar un vehículo que sea menos resistente al choque.
Estadísticas sobre los conductores de mayor edad
Según el U.S. Department of Transportation Federal Highway Administration (Administración de autopistas federales del Departamento de transporte de Estados Unidos), en Estados Unidos había en 2021 aproximadamente 32.000.000 conductores con licencia de 70 años o más (3). Los adultos mayores mantienen su licencia de conducir por más tiempo; la proporción de personas de 65 años o más con licencias aumentó del 78% en 1997 al 89% en 2021 (4). En promedio, los conductores conducen más millas por año, aunque los conductores mayores aún conducen menos millas que los conductores de mediana edad (5).
En 2021, 5863 personas de 65 años o más murieron en accidentes automovilísticos en Estados Unidos, de los cuales 598 fueron accidentes de motocicleta (6). Las tasas de accidentes letales por cada 100.000 conductores con licencia aumentan con la edad aproximadamente desde los 75 años, y la tasa de mortalidad en los hombres es casi el doble que la de las mujeres (7).
Evaluación de los conductores mayores
Los profesionales de la salud están obligados a influir en la toma de decisiones acerca de la capacidad de un individuo de conducir si identifican deficiencias durante un examen físico habitual, si se manifiesta una enfermedad seria, o si el paciente pide consejo, los miembros de la familia expresan preocupación, o una infracción identifica comportamientos inseguros durante la conducción. El papel del profesional sanitario es implementar evaluaciones funcionales y médicas detalladas relacionadas con la seguridad durante la conducción.
Las recomendaciones para la adopción de directrices nacionales que abordan la conducción y la demencia incluyen 7 observaciones y recomendaciones basadas en la evidencia (8):
Las preocupaciones del cuidador deben ser tomadas seriamente.
El diagnóstico aislado de demencia no es suficiente para retirar los privilegios de conducción.
Los individuos en la fase moderada de la demencia tienen pocas probabilidades de ser conductores seguros.
Las personas con demencia y pérdida progresiva de 2 o más actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) como resultado del deterioro cognitivo (pero sin pérdida de actividades básicas de la vida diaria) tienen un mayor riesgo de deterioro de la conducción.
Las personas con déficits en las AIVD debido al deterioro cognitivo deben someterse a una evaluación formal y una monitorización continua de la conducción si desean continuar conduciendo.
Las anomalías en los estudios cognitivos pueden indicar un conductor en riesgo que necesita una evaluación adicional; sin embargo, ninguna prueba en el consultorio o batería de pruebas que incluyan evaluaciones cognitivas globales (p. ej., Mini-Mental State Exam [MMSE], Evaluación Cognitiva de Montreal [MoCA]) tiene suficiente sensibilidad o especificidad para ser utilizada como único determinante de la capacidad de conducción en todos los casos.
Las personas con demencia que se consideran aptas para continuar conduciendo deben ser reevaluadas cada 6 a 12 meses (o antes si corresponde).
Es imporante revisar los antecedentes de conducción; los detalles sobre los hábitos del paciente mientras maneja, los antecedentes de infracciones, accidentes, situaciones que pueden haber generado un accidente o antecedentes de haberse perdido pueden indicar un compromiso general o específico. Debido a que los conductores mayores con deterioro cognitivo pueden no entender todo demasiado bien, otra persona significativa debe participar en esta revisión. Los informes del cuidador (especialmente de un hijo adulto) han demostrado ser indicadores útiles del desempeño al conducir, especialmente en los conductores mayores con demencia (9, 10). Las señales de advertencia de conducción insegura de la Asociación de Alzheimer incluyen los siguientes (11):
Olvidar la ubicación de destinos familiares
No observar las señales de tránsito
Tomar decisiones lentas o equivocadas mientras se conduce
Conducir a una velocidad inadecuada
Enojarse o confundirse mientras conduce
Golpear bordillos
Control deficiente de los carriles
Cometer errores en las intersecciones
Confundir los pedales de acelerador y freno
Regresar más tarde de lo habitual
Olvidar el destino mientras se conduce
Algunos trastornos pueden obligar al profesional de la salud en los Estados Unidos a derivar al paciente al Departamento Estatal de Vehículos Automotores para someterse a una nueva evaluación o para que se apliquen restricciones en relación con el derecho a conducir. Una revisión de las leyes actuales para la renovación de licencias estatales revela ciclos de renovación y requisitos de pruebas variables (véase también los license renewal procedures by state [procedimientos de renovación de licencias por estado] del Insurance Institute for Highway Safety/Highway Loss Data Institute).
Referencias
1. Paire-Ficout L, Lafont S, Hay M, Coquillat A, Fabrigoule C, Chavoix C. Relationships Between Cognitive and Driving Self-awareness in Older Drivers. J Gerontol B Psychol Sci Soc Sci. 2021;76(6):1077-1085. doi:10.1093/geronb/gbaa224
2. Shu CC, Dinh M, Mitchell R, et al. Impact of comorbidities on survival following major injury across different types of road users. Injury. 2022;53(10):3178-3185. doi:10.1016/j.injury.2022.07.005
3. U.S. Department of Transportation Federal Highway Administration. Highway Statistics Series: Highway Statistics 2021.
4. National Highway Traffic Safety Administration: Older Drivers. Accedido el 18 de junio de 2024.
5. United States Department of Transportation, Federal Highway Administration: Average Annual Miles per Driver by Age Group. Accedido el 18 de junio de 2024.
6. National Center for Statistics and Analysis. Traffic safety facts 2021: A compilation of motor vehicle traffic crash data (Report No. DOT HS 813 527). National Highway Traffic Safety Administration. 2023, December.
7. National Highway Traffic Safety Administration: Traffic Safety Facts, Older Population (2021 Data)
8. Rapoport MJ, Chee JN, Carr DB, et al: An international approach to enhancing a national guideline on driving and dementia. Curr Psychiatry Rep. 2018;20(3):16. doi:10.1007/s11920-018-0879-x
9. Barco PP, Wallendorf M, Blenden G, et al: Caregiver prediction of driving fitness in older adults with dementia. Clin Gerontol. 2021;44(5):520–527. doi:10.1080/07317115.2021.1872130
10. Bixby K, Davis JD, Ott BR: Comparing caregiver and clinician predictions of fitness to drive in people with Alzheimer's disease. Am J Occup Ther. 2015;69(3):6903270030p1–6903270030p7. doi:10.5014/ajot.2015.013631
11. Alzheimer's Association: Dementia and driving: Signs of unsafe driving. Accedido el 23 de mayo de 2024.
Conceptos clave
Los cambios en la función física, motora, sensitiva, y cognitiva relacionados con la edad y con enfermedades pueden afectar la capacidad de conducir y son responsables del aumento de la tasa de accidentes por kilómetros (milla) conducidos en conductores mayores.
Muchos conductores ancianos autorregulan su comportamiento.
Los adultos mayores son más vulnerables a las lesiones y la muerte en un accidente automovilístico que otros grupos etarios.
Las pruebas en el consultorio y las pruebas cognitivas pueden identificar a los conductores en riesgo que necesitan una evaluación adicional, pero estas pruebas no son lo suficientemente sensibles ni específicas como para ser el único determinante de la capacidad de conducir.
Las personas con demencia que se consideran aptas para continuar conduciendo deben ser reevaluadas cada 6 a 12 meses (o antes si corresponde).
Más información
Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.
American Geriatrics Society: Clinician’s Guide to Assessing and Counseling Older Drivers, 4th Edition
Austroads (Australia): Assessing Fitness to Drive
National Highway Traffic Safety Administration: Older Drivers: A resource providing driving safety information to older drivers and their caregivers