Hipotermia

PorDaniel F. Danzl, MD, University of Louisville School of Medicine
Revisado/Modificado nov 2024
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Datos clave

La hipotermia (temperatura corporal peligrosamente baja) suele considerarse una lesión causada por el frío, ya que un entorno frío puede provocarla o empeorarla.

  • Estar en un ambiente demasiado frío, sufrir ciertos trastornos o ser incapaz de moverse son factores que aumentan el riesgo de daño causado por la hipotermia.

  • Inicialmente, la persona tiene escalofríos, y posteriormente puede llegar a presentar confusión y pérdida de consciencia.

  • Se puede llegar a recuperar si se calienta y se seca, a menos que la temperatura corporal sea demasiado baja.

  • Si la temperatura corporal es demasiado baja, se puede calentar a la persona con oxígeno caliente y fluidos calientes, por vía intravenosa o pasándolos a través de la vejiga, el estómago, la cavidad abdominal o la cavidad torácica mediante catéteres. Los médicos también proporcionan calor al exterior del cuerpo.

La hipotermia, que causa alrededor de 600 muertes cada año en los Estados Unidos, con frecuencia no se reporta y suele ser accidental, aun así, rara vez es homicida o suicida. El riesgo de muerte por hipotermia aumenta en personas con trastornos del corazón, los vasos sanguíneos y los nervios.

La hipotermia se produce cuando el organismo pierde más calor del que puede producir al aumentar la cantidad de calor producida por el cuerpo debida al ejercicio o al aumentar el calentamiento a partir de fuentes externas, como hacer un fuego o el sol. El viento aumenta la pérdida de calor y lo mismo ocurre al sentarse o tumbarse sobre una superficie fría o al estar sumergido en agua. Una inmersión rápida en aguas muy frías puede causar hipotermia mortal entre 5 y 15 minutos. Sin embargo, algunas personas, en su mayoría bebés y niños pequeños, han sobrevivido hasta una hora completamente sumergidos en agua helada. El choque puede bloquear todos los sistemas, protegiendo esencialmente el cuerpo (véase Efectos de la inmersión en agua fría). La hipotermia puede también sobrevenir después de una exposición prolongada a agua moderadamente fría.

El mayor riesgo lo sufren las personas que permanecen tumbadas inmóviles en un ambiente frío, por ejemplo después de haber tenido un accidente cerebrovascular o convulsiones; que han quedado inconscientes debido a una intoxicación; personas con un nivel bajo de azúcar (glucosa) en sangre o que han padecido una lesión. Dado que no se mueven, estas personas generan menos calor y también son incapaces de abandonar el ambiente frío. Estas personas están en riesgo de hipotermia, incluso cuando la temperatura ambiente no es excesivamente baja, de unos 13 a 16° C.

Los niños pequeños y los ancianos corren un mayor riesgo de desarrollar hipotermia. Las personas de estos grupos de edad, a menudo no tienen un mecanismo de compensación para el frío tan eficaz como los adultos jóvenes y dependen de otros para prever sus necesidades y mantenerlos calientes. Es bastante frecuente que las personas de edad muy avanzada sufran hipotermia incluso en el interior, si permanecen sentadas inmóviles en una habitación fría durante horas. Los lactantes pierden rápidamente el calor corporal y son particularmente propensos a la hipotermia. Algunas veces un trastorno como una infección generalizada o hipoactividad de la glándula tiroidea (hipotiroidismo) causan o contribuyen a la hipotermia.

Síntomas de la hipotermia

Los síntomas de la hipotermia iniciales incluyen escalofríos intensos y rechinamiento de dientes. A medida que la temperatura corporal desciende aún más

  • Los escalofríos cesan.

  • Los movimientos se vuelven lentos y torpes.

  • El tiempo de reacción es más largo.

  • La mente se embota.

  • La capacidad de juicio se deteriora.

Estos síntomas pueden desarrollarse tan gradualmente que las personas, incluyendo a los compañeros del afectado, no perciben lo que está sucediendo. La persona puede caerse, deambular sin rumbo o simplemente tumbarse para descansar.

Cuando cesan los escalofríos, la persona se vuelve más inactiva y cae en estado de coma. Las frecuencias cardíaca y respiratoria se vuelven más lentas y débiles. Si son muy lentas, puede parecer que el sujeto no tiene signos de vida (ausencia de latido cardíaco o de movimientos respiratorios) a pesar de que el corazón continúa latiendo muy débilmente. Finalmente, el corazón se detiene.

Cuanto menor sea la temperatura corporal, mayor será el riesgo de muerte. La muerte puede producirse a temperaturas corporales inferiores a 31° C, pero es más probable que ocurra por debajo de 28° C.

Diagnóstico de la hipotermia

  • Medida de la temperatura corporal

  • A veces, pruebas para detectar otros trastornos

Los profesionales de la salud diagnostican la hipotermia midiendo la temperatura corporal, por lo general con un termómetro rectal electrónico. La hipotermia es una temperatura corporal central inferior a 35° C.

A veces se realizan análisis de sangre y otras pruebas para comprobar si la hipotermia puede estar causada por algún trastorno como una infección o hipotiroidismo. Si el sujeto no tiene signos vitales, los proveedores de atención médica pueden realizar una ecografía cardíaca para determinar si el corazón sigue latiendo.

Tratamiento de la hipotermia

  • Secar y calentar el cuerpo desde el exterior, quitando la ropa húmeda y envolviéndolo en mantas calientes

  • Calentar el cuerpo desde el interior, mediante el calentamiento del aire para respirar y mediante el uso de líquidos calientes

Tratamiento extrahospitalario

En las primeras fases de la hipotermia, secar el cuerpo, ponerse ropa seca y caliente, cubrirse con mantas calientes e ingerir bebidas calientes pueden propiciar la recuperación. En las personas que se encuentran inconscientes, se evitará que sigan perdiendo calor cubriéndolas con una manta seca y que abrigue, y si es posible quitándoles la ropa húmeda y trasladándolas a un lugar cálido mientras se prepara su traslado inmediato a un hospital.

No se recomienda la reanimación cardiopulmonar fuera del hospital, sobre todo por parte de personas no entrenadas, si hay señales de vida, que pueden ser muy difíciles de detectar. Por ejemplo, puede ser difícil, en especial para personas sin formación médica específica, detectar respiraciones o latidos del corazón muy débiles. A menudo, aunque no se pueda sentir el pulso ni oír los latidos cardíacos, el corazón puede estar latiendo. Además, la persona con una hipotermia grave debe ser manipulada con suavidad, porque una sacudida brusca podría producirle un ritmo cardíaco irregular (arritmia) de consecuencias mortales.

Tratamiento hospitalario

En el hospital se calienta a la persona con oxígeno caliente inhalado y con líquidos calientes por vía intravenosa, o introducidos en la vejiga, en el estómago, en la cavidad abdominal o en la torácica a través de sondas de plástico que se insertan en dichas áreas. Además, es posible calentar la sangre mediante un proceso de hemodiálisis (en que se bombea la sangre hacia el exterior del cuerpo, se pasa por un filtro con un sistema de calentamiento y se vuelve de nuevo al cuerpo) o con una máquina cardiopulmonar (que bombea la sangre fuera del cuerpo, la calienta, le añade oxígeno y luego introduce de nuevo la sangre en el cuerpo).

Es posible que el médico deba ayudar a la persona a respirar introduciéndole un tubo respiratorio de plástico en la tráquea a través de la boca (intubación endotraqueal) y utilizando ventilación mecánica. Si se ha producido una parada cardíaca se realiza la reanimación cardiorrespiratoria.

Dado que algunas personas con hipotermia se han acabado recuperando tras la reanimación a pesar de haber llegado al hospital sin signos de vida, los médicos prosiguen con los esfuerzos de reanimación hasta haber logrado calentar a la persona, o hasta que estén seguros de que no hay latidos cardíacos u otros signos de vida.

Aspectos esenciales para las personas mayores: adaptación a las bajas temperaturas

El envejecimiento disminuye la capacidad corporal de adaptación al frío. Con la edad, los escalofríos del cuerpo se vuelven menos eficientes y es más difícil derivar la sangre lejos de la superficie corporal. Además, la capa de grasa debajo de la piel disminuye, por lo que hay menos aislamiento para evitar pérdidas de calor.

Algunos trastornos (como las cardiopatías y las alteraciones de los vasos sanguíneos, más comunes en las personas mayores) también pueden hacer que el cuerpo sea menos eficiente al tiritar y al desviar la sangre, con lo que el sujeto es menos capaz de compensar el estrés de la hipotermia. La capacidad del cuerpo para producir calor también se ve reducida por algunos trastornos que comúnmente afectan a las personas mayores, como una actividad insuficiente de la glándula tiroides (hipotiroidismo). Una persona que es menos capaz de moverse debido a una lesión o a otro trastorno como apoplejía o artritis, presenta también un riesgo de enfriamiento a niveles peligrosos, porque el movimiento disminuido genera menos actividad muscular, que produce calor. El alcohol y ciertos medicamentos, como los antidepresivos, también aumentan el riesgo.

La hipotermia suele prevenirse. Se aconseja a los mayores tomar las siguientes precauciones:

  • Mantener un ambiente cálido. Las personas mayores a veces mantienen su casa a una temperatura menor de lo deseable, como un medio de ahorro, pero el termostato debe fijarse al menos en 20° C o más. Es especialmente importante que el dormitorio se mantenga caliente. Distintos programas de ayudas pueden ayudar a conllevar los gastos energéticos.

  • Llevar varias capas de ropa. Las prendas de lana o de materiales sintéticos, como el polipropileno, son especialmente útiles, ya que estos materiales aíslan incluso cuando están mojados. Ya que el cuerpo pierde una gran cantidad de calor por la cabeza, es importante llevar gorro. Los dedos de las manos y los pies también deben ir protegidos.

  • Comer comidas calientes y beber líquidos calientes. Los alimentos proporcionan al cuerpo el combustible a quemar, y los líquidos calientes proporcionan calor y evitan la deshidratación.

  • Evitar las bebidas alcohólicas. El alcohol dilata los vasos sanguíneos de la piel, lo que hace que el cuerpo se caliente temporalmente, pero en realidad provoca una pérdida de calor mayor.

  • Hacer ejercicio regularmente, en especial cuando hace frío. El ejercicio aumenta la producción corporal de calor.

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