Existen diversas pruebas que pueden utilizarse para la evaluación de un posible trastorno renal o de las vías urinarias. (Véase también Introducción sobre las vías urinarias.)
Radiografías simples
Las radiografías no suelen ser útiles para evaluar los trastornos de las vías urinarias. A veces, las radiografías pueden ayudar a detectar ciertos tipos de cálculos renales y controlar su ubicación y crecimiento. Algunos tipos de cálculos renales no se visualizan en las radiografías simples.
Ecografía
La ecografía es una técnica de diagnóstico por la imagen útil porque
No requiere el uso de radiación ionizante o de un medio de contraste intravenoso radiopaco (que a veces puede dañar los riñones)
Es barata
Muestra imágenes a medida que se adquieren, por lo que el técnico puede obtener imágenes adicionales si es necesario
La ecografía se utiliza comúnmente para obtener imágenes de cálculos en las vías urinarias y de hinchazones y masas (bultos) en las vías urinarias, como por ejemplo en los riñones, la vejiga, el escroto y los testículos, el pene y la uretra. La ecografía también se puede utilizar para buscar obstrucciones en los riñones o la vejiga, determinar si la vejiga retiene la orina después de la micción, determinar el tamaño de la glándula prostática y proporcionar imágenes que ayuden a guiar las zonas de dónde obtener muestras para realizar biopsias de la próstata o del riñón. La ecografía Doppler forma imágenes mediante el análisis de las ondas sonoras reflejadas. Proporciona información sobre el flujo de sangre, lo que ayuda a los médicos a determinar la causa de la disfunción eréctil y los trastornos testiculares, como la torsión testicular y la epididimitis.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada (TC,) proporciona imágenes de las vías urinarias y de las estructuras que las rodean. La angiografía por TC, una alternativa menos invasiva que la angiografía convencional, es útil para valorar muchas enfermedades de las vías urinarias. A veces se inyecta un agente de contraste radiopaco en vena (por vía intravenosa). Después de administrar el agente de contraste, se toman imágenes de inmediato para proporcionar más detalles sobre los riñones y, a veces, 10 minutos más tarde, para proporcionar más detalles acerca de los conductos musculares que transportan la orina desde los riñones a la vejiga (uréteres).
Las desventajas de la TC son la exposición a cantidades significativas de radiación ionizante y, cuando se administra un agente de contraste radiopaco, riesgo de daño renal y de reacciones de tipo alérgico.
Resonancia magnética nuclear (RMN)
La resonancia magnética nuclear (RMN), como la TC, proporciona imágenes de las vías urinarias y las estructuras circundantes. A diferencia de la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética nuclear (RMN) no conlleva la exposición a radiación ionizante. La RMN se puede utilizar para proporcionar imágenes de vasos sanguíneos (llamada angiografía por resonancia magnética nuclear o ARMN). Para algunos trastornos, la RMN ofrece más detalle que la TC. Sin embargo, la RMN no proporciona mucha información útil acerca de los cálculos en las vías urinarias.
El uso de agentes de contraste paramagnéticos administrados por vía intravenosa hace que las imágenes de la RMN sean más claras. Este agente de contraste es muy diferente del utilizado en las tomografías computarizadas. Sin embargo, el contraste paramagnético no siempre puede utilizarse en personas con insuficiencia renal porque en estos casos puede ocasionar (aunque con muy poca frecuencia) un trastorno grave e irreversible llamado fibrosis sistémica nefrogénica, que afecta a la piel y a otros órganos.
Urografía intravenosa
En la urografía intravenosa (UIV, también llamada pielografía intravenosa) se utiliza un contraste radiopaco administrado en una vena para obtener una imagen por rayos X de los riñones, los uréteres y la vejiga. En la actualidad, apenas se realiza. En su lugar se suele realizar una TC con un agente de contraste radiopaco.
Urografía retrógrada
En la urografía retrógrada, el medio de contraste radiopaco se introduce directamente en los uréteres o los túbulos colectores del riñón. Este procedimiento se realiza generalmente durante la cistoscopia u otro procedimiento urológico de rutina, tal como la ureteroscopia (inserción de un catéter en los uréteres) o la colocación de una endoprótesis (stent) en el uréter o en el riñón. Se pueden examinar las vías urinarias, incluyendo las partes del riñón a través de las que se drena la orina.
La urografía retrógrada se puede realizar para diagnosticar cicatrices, tumores o conexiones anormales entre partes de las vías urinarias y otras estructuras (fístulas). La urografía retrógrada es una alternativa cuando no se puede administrar un agente de contraste radiopaco (por ejemplo, si la funcionalidad renal es mala).
Urografía anterógrada percutánea
En la urografía anterógrada percutánea, el medio de contraste radiopaco se introduce directamente en las partes del riñón a través de las que se drena la orina, mediante una incisión en la espalda (llamada incisión de nefrostomía). Esta prueba se lleva a cabo cuando no se puede hacer la urografía retrógrada (por ejemplo, si la ruta de inserción del instrumento se bloquea) o si la persona ya tiene un catéter de nefrostomía que se utiliza para tratar un trastorno, como un tumor o un cálculo que obstruye las vías urinarias.
Cistografía y cistouretrografía
La cistografía es cualquier prueba que proporciona imágenes de la vejiga después de haber introducido un medio de contraste radiopaco (por ejemplo, a través de un cistoscopio o un catéter en la uretra). La cistografía se utiliza habitualmente para detectar un orificio en la vejiga, lo que puede producirse después de una lesión o de una intervención quirúrgica.
En la cistouretrografía (a veces llamada cistouretrografía retrógrada), se inyecta un medio de contraste radiopaco a través de la uretra hasta la vejiga. Este procedimiento se utiliza para identificar anormalidades en la uretra, como cicatrices o un desgarro resultado de una lesión. Si las radiografías de la vejiga y la uretra se realizan durante e inmediatamente después de la micción, el estudio se denomina cistouretrografía miccional. Esta variación de la cistouretrografía se utiliza para valorar el funcionamiento de las válvulas que impiden que la orina fluya hacia atrás, desde la vejiga a los uréteres, durante la micción, y para detectar anormalidades, como el estrechamiento, que afectan a la parte posterior de la uretra (la parte más cercana a la vejiga).
Uretrografía retrógrada
En la uretrografía retrógrada, se introduce un agente de contraste radiopaco directamente en el extremo de la uretra usando una jeringa con un adaptador especial o un catéter uretral colocado solo unos pocos centímetros dentro de la uretra con el globo parcialmente inflado para que quede bien ajustado. El agente de contraste radiopaco se inyecta en la uretra y la llena totalmente para visualizar cualquier lesión o estenosis (estrechamiento). Esta prueba se emplea por lo general en personas que han sufrido un traumatismo que puede haber lesionado su uretra. Los médicos hacen una uretrografía retrógrada para asegurarse de que la colocación de un catéter uretral en la vejiga es inofensiva y no dañará la uretra.
Tomografía por emisión de positrones
Los nuevos agentes de contraste para la tomografía por emisión de positrones nucleares (PET) disponibles recientemente pueden detectar el cáncer de próstata que se ha diseminado (metastatizado) a otras áreas del cuerpo. Este agente de contraste nuclear se dirige al PMSA (siglas en inglés de antígeno de membrana específico de la próstata) en la superficie de las células cancerosas de la próstata, que luego aparece en una tomografía PET.
Por el contrario, la tomografía PET de rutina no es muy útil para la mayoría de los casos de cáncer de próstata, pero puede serlo para otros tumores genitourinarios, como los de riñón o bien el cáncer testicular.
Gammagrafía
La gammagrafía de los riñones es una técnica de diagnóstico por la imagen que se basa en la detección de pequeñas cantidades de radiación mediante una gammacámara especial después de haber inyectado una sustancia química radiactiva. Este procedimiento se utiliza principalmente para valorar el flujo sanguíneo renal y la producción de orina.
Angiografía
La angiografía (a veces llamada angiografía convencional para diferenciarla de la angiografía por TC y de la angiografía por resonancia magnética nuclear) consiste en inyectar directamente un medio de contraste radiopaco en una arteria. Esta prueba se utiliza en personas que sufren trastornos de las vías urinarias, ya que se puede combinar con los tratamientos que reparan los vasos sanguíneos afectados por ciertos trastornos, como una hemorragia grave o las conexiones anormales entre los vasos sanguíneos (fístulas vasculares).
Las complicaciones de la angiografía incluyen lesiones de las arterias inyectadas y los órganos vecinos, hemorragia y reacciones a los contrastes radiopacos.