Raras veces aparecen tumores, cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos), en los tejidos situados en la parte posterior del ojo.
(Véase también Introducción a los trastornos de la cavidad ocular).
Los tumores pueden formarse en el interior de los tejidos situados detrás del ojo o bien pueden diseminarse desde un seno paranasal (la cavidad llena de aire situada detrás de la nariz) adyacente. Los tumores cancerosos procedentes de otras partes del cuerpo también pueden diseminarse (hacer metástasis) a los tejidos situados detrás del ojo.
Estos tumores pueden empujar el ojo hacia fuera y hacer que sobresalga de manera anómala (proptosis). También pueden aparecer dolor, visión doble, párpado caído y pérdida de visión.
Se realiza una tomografía computarizada (TC), una resonancia magnética nuclear (RMN), o ambas, para obtener una imagen del tumor y excluir otras alteraciones. Habitualmente se requiere una muestra de tejido (biopsia) para examinarla al microscopio y determinar de qué clase de tumor se trata. El tratamiento depende de estos resultados.
© Springer Science + Business Media
El tratamiento depende del tipo de tumor. Para los tumores benignos, el tratamiento, si es necesario, puede consistir en medicamentos, terapia con láser o extirpación quirúrgica. Los tumores malignos pueden requerir extirpación quirúrgica, radioterapia, quimioterapia o una combinación de las anteriores.