Exceso de vitamina C

(Toxicidad causada por vitamina C)

PorLarry E. Johnson, MD, PhD, University of Arkansas for Medical Sciences
Revisado/Modificado ago 2024
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La toxicidad de la vitamina C es muy poco frecuente. Algunas personas toman dosis altas de vitamina C porque es un antioxidante.

    La vitamina C (ácido ascórbico) es esencial para la formación, el crecimiento y la reparación de los huesos, de la piel y del tejido conjuntivo (que une otros tejidos y órganos y está formado por tendones, ligamentos y vasos sanguíneos). También es esencial para el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos. La vitamina C ayuda a mantener sanos los dientes y las encías. Ayuda en la absorción del hierro, lo que es necesario para producir glóbulos rojos (eritrocitos). La vitamina C contribuye a la curación de quemaduras y de heridas. Entre los alimentos que constituyen un buen aporte de vitamina C se incluyen los cítricos, los tomates, las patatas, el brécol o brócoli, las fresas y los pimientos. (Véase también Introducción a las vitaminas.)

    Como la vitamina E, la vitamina C es antioxidante: protege las células contra el daño de los radicales libres, que son subproductos de la actividad normal de las células y que participan en las reacciones químicas en el interior de estas. Algunas de estas reacciones producir daños a lo largo de la vida.

    Algunas personas toman dosis altas de vitamina C porque es un antioxidante y, por tanto, protege las células del daño que producen los radicales libres. Se cree que los radicales libres contribuyen a muchas enfermedades, como la ateroesclerosis, el cáncer, los trastornos pulmonares, el resfriado común y la pérdida de memoria. Sin embargo, no está claro si el hecho de tomar dosis elevadas de vitamina C protege contra estos trastornos o tiene algún efecto beneficioso sobre los mismos; la mayoría de los estudios no han demostrado ningún beneficio. Lo único que se ha podido demostrar con más firmeza es el efecto protector contra la formación de cataratas.

    Las dosis altas (hasta el límite superior de seguridad de 2000 miligramos diarios) no suelen ser tóxicas en los adultos sanos. En algunos casos, dosis más elevadas causan náuseas o diarrea y afectan al equilibrio de la actividad antioxidante del organismo.

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