Alimentación intravenosa

(Nutrición parenteral)

PorDavid R. Thomas, MD, St. Louis University School of Medicine
Revisado/Modificado sept 2024
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La alimentación intravenosa (nutrición parenteral) es una forma de suministrar nutrientes a una persona que no puede absorber suficientes alimentos de su tubo digestivo para satisfacer sus necesidades nutricionales. La solución nutritiva se administra a través de una vena, por donde entra en el torrente sanguíneo y es absorbida por el cuerpo.

La alimentación intravenosa se requiere cuando el tubo digestivo de la persona afectada no funciona o cuando se necesita mantener el tubo digestivo libre de alimentos. Por ejemplo, puede ser necesaria en personas con lo siguiente:

Si el aparato digestivo de una persona está funcionando pero se requiere soporte nutricional, los médicos suelen administrar nutrición enteral (alimentación por sonda).

En comparación con la alimentación por sonda, la alimentación intravenosa presenta las siguientes desventajas:

  • Causa más complicaciones.

  • Tampoco conserva la estructura y la función del tubo digestivo.

  • Cuesta más.

La alimentación intravenosa puede utilizarse en el hogar o en el hospital.

Procedimiento para la alimentación intravenosa

La nutrición parenteral es una solución líquida especial que se administra a través de una sonda llamada catéter venoso central. El catéter se inserta en una vena grande, como la vena subclavia, que se encuentra debajo de la clavícula.

Para colocarlo, los médicos insertan una aguja a través de la piel dentro de la vena, luego pasan una guía de alambre por su interior. Se retira la aguja y se pasa el catéter sobre la guía de alambre, que se retira a continuación. Se puede usar un pequeño dispositivo de ultrasonido para guiar la colocación del catéter, y después se puede hacer una placa de rayos X para confirmar que la colocación es correcta. A menudo, el catéter se coloca en la vena subclavia. También puede insertarse en una vena en el cuello si solo se utiliza durante una estadía en el hospital. Una vez que el catéter está en su lugar, la solución se envía directamente al torrente sanguíneo de la persona, donde el organismo absorbe los nutrientes.

Debido a que el catéter venoso central debe permanecer insertado durante un largo tiempo, existe el riesgo de infecciones. Para reducirlo, los profesionales de la salud utilizan estrictas técnicas estériles al insertar y mantener el catéter. Para ello, por ejemplo, pueden realizar acciones como las siguientes:

  • Limpiar la piel en el punto de inserción antes de insertarlo

  • Cambiar el tubo que conecta el catéter a la bolsa de fórmula y cambiar el filtro en línea todos los días

  • Cambiar los vendajes que lo sujetan en su lugar cada dos días

El uso del catéter solo para alimentación intravenosa (y no, por ejemplo, para administrar medicamentos intravenosos) también ayuda a reducir el riesgo de infección.

Alimentación intravenosa (Nutrición parenteral)

La nutrición parenteral es una solución líquida especial que se administra a través de una sonda llamada catéter venoso central. El catéter se inserta en una vena grande, como la vena subclavia, que se encuentra debajo de la clavícula.

Credit: DNA Illustrations/SCIENCE PHOTO LIBRARY

Monitorización de la alimentación intravenosa

Un equipo interdisciplinario de nutrición (incluyendo un médico, un nutricionista, un farmacéutico y una enfermera), si está disponible, debe controlar el progreso de la persona. Miden regularmente el peso corporal, el número de células sanguíneas en la sangre (hemograma completo), y los niveles de electrolitos y otros minerales, azúcar en la sangre (glucosa), y la urea (un producto de desecho que normalmente eliminan los riñones). También hacen análisis de sangre para evaluar las concentraciones de proteínas y la funcionalidad hepática (pruebas hepáticas) y realizan un seguimiento de la cantidad de líquido que la persona recibe y la cantidad de orina excretada. Se realiza una evaluación nutricional completa, incluyendo el cálculo del índice de masa corporal (IMC) y el análisis de la composición corporal, tan a menudo como sea necesario. Las personas que están gravemente enfermas pueden necesitar evaluaciones más frecuentes, mientras que las personas que están estables y reciben nutrición parenteral en casa necesitan evaluaciones menos frecuentes.

Si la nutrición parenteral se administra en el hogar, se enseña a la persona afectada y a sus cuidadores cómo cuidar y limpiar el catéter y la piel que lo rodea, cómo administrar la solución y manipular las bolsas que la contienen y cómo reconocer las complicaciones, incluidos los síntomas de infección. El personal de enfermería visita regularmente a la persona en su hogar para detectar problemas.

Soluciones para la alimentación intravenosa

Cuando sea posible, las soluciones de alimentación intravenosa se adaptarán a las necesidades individuales de cada persona. Por ejemplo, basándose en el estado de salud de una persona y en los resultados de las pruebas de laboratorio, los miembros del equipo de nutrición pueden ajustar las concentraciones de agua, proteínas, grasas, electrólitos (como sodio y potasio), vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales (componentes de las proteínas) y ácidos grasos esenciales (componentes de la grasa) de la solución. Si el centro de atención médica no puede adaptar una solución para las necesidades individuales de una persona, se le proporciona una solución estandarizada que satisfaga las necesidades de la mayoría de las personas.

Además de los resultados de las pruebas de laboratorio, el equipo de nutrición utiliza otras características de la persona, como la edad y los trastornos físicos, para determinar qué solución se adapta mejor a sus necesidades:

  • En caso de insuficiencia cardíaca, hepática o renal: una solución con menos líquidos

  • Para las personas con diabetes: una solución con una mayor proporción de aceites, por lo que los carbohidratos deben proporcionar menos calorías

  • Para los recién nacidos: una solución con menos carbohidratos

  • Para las personas con obesidad: a veces una solución con menos calorías

Complicaciones de la alimentación intravenosa

La alimentación intravenosa puede causar problemas relacionados con el catéter venoso central o la solución, así como otros problemas; algunos de ellos de causa desconocida.

Puede producirse una lesión durante la inserción del catéter. Por ejemplo, se puede dañar un vaso sanguíneo, un nervio o los pulmones.

Las infecciones son más frecuentes cuando se hace una incisión en la piel, ya que es necesario para insertar un catéter, especialmente cuando se deja en su lugar un largo tiempo. (Normalmente, la piel protege el cuerpo contra la entrada de los organismos que causan infecciones.) Las infecciones pueden extenderse hasta el torrente sanguíneo, dando lugar a una enfermedad grave denominada sepsis. El empleo de técnicas de esterilización evita las infecciones.

A veces se forma un trombo en la vena donde se ha introducido el catéter.

Pueden producirse desequilibrios nutricionales y deficiencias durante la alimentación intravenosa. Niveles de azúcar en sangre (glucosa) demasiado altos (hiperglucemia) o demasiado bajos (hipoglucemia) son relativamente frecuentes. En raras ocasiones, aparecen carencias de ciertas vitaminas y minerales. Para identificar estos problemas, los médicos hacen análisis de sangre para medir los niveles de azúcar y minerales (electrólitos). Ajustan la fórmula según sea necesario y controlan periódicamente los niveles de azúcar y electrólitos.

Puede haber un exceso de agua (sobrecarga de volumen) o una falta de agua. El exceso de agua (sobrehidratación) puede provocar una acumulación de líquido en los pulmones, lo que dificulta la respiración. La falta de agua provoca deshidratación. Por ello, los médicos supervisan regularmente el peso y la cantidad de orina excretada. Los análisis de sangre para medir la urea ayudan a los médicos a identificar la deshidratación. Unos niveles desproporcionadamente altos pueden indicar deshidratación. Para reducir el riesgo de desequilibrios hídricos, los médicos o los profesionales de la nutrición que trabajan con los médicos calculan la cantidad de agua necesaria antes de comenzar la alimentación y ajustan la cantidad según sea necesario.

Algunas veces ocurren problemas debidos a soluciones que contienen grasa (lípidos). que incluyen dificultad para respirar, reacciones alérgicas, náuseas, dolor de cabeza, dolor de espalda, sudoración y mareos. Los niveles de grasa en la sangre pueden aumentar temporalmente, sobre todo en caso de insuficiencia renal o hepática. Más tarde, el hígado y/o el bazo pueden aumentar de tamaño, y las personas pueden tener tendencia a sangrar o tener moretones con facilidad o desarrollar infecciones con más frecuencia. Los bebés prematuros con síndrome de distrés respiratorio (síndrome de dificultad respiratoria) u otros trastornos pulmonares están particularmente en riesgo de padecer estos problemas. Para tratar de prevenirlos o minimizarlos, los médicos pueden desacelerar o detener la solución de forma temporal o permanente.

Se pueden desarrollar problemas hepáticos a cualquier edad, pero son más comunes entre los niños, especialmente los prematuros (cuyo hígado es inmaduro). Los médicos hacen análisis de sangre para medir los niveles de las enzimas del hígado y evaluar si funciona bien. El uso de una solución que contenga aceite de pescado puede ayudar. Si el hígado está agrandado y doloroso, se reduce la cantidad de calorías. Si los lactantes desarrollan problemas hepáticos, el amoníaco puede acumularse en la sangre. En este caso, los síntomas pueden incluir letargo, convulsiones y espasmos en los músculos. Se puede corregir este problema suministrando al niño un suplemento de aminoácidos (arginina).

La densidad ósea puede disminuir si la alimentación intravenosa dura más de 3 meses y dar lugar a osteoporosis u osteomalacia (debido a una deficiencia de vitamina D). Si están avanzados, estos trastornos pueden causar dolor grave en las articulaciones, las piernas y la espalda.

Pueden desarrollarse o empeorar los problemas de la vesícula biliar cuando no está activa, como puede ocurrir durante la alimentación por vía intravenosa. Las sustancias (como el colesterol) que normalmente se procesan y se mueven a través de la vesícula biliar pueden acumularse, formando cálculos biliares o barro. Las piedras pueden bloquear un conducto y causar una inflamación (colecistitis). Aumentar la cantidad de grasa en la solución y no dar azúcar durante varias horas en un día puede estimular las contracciones de la vesícula biliar y ayudar a hacer circular las sustancias acumuladas. Dar de comer por vía oral o a través de una sonda nasográstrica también puede ayudar. Se pueden usar fármacos como metronidazol, ácido ursodesoxicólico, fenobarbital o colecistoquinina para estimular la actividad de la vesícula.

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