Prolactinoma

PorJohn D. Carmichael, MD, Keck School of Medicine of the University of Southern California
Revisado/Modificado abr 2023
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Datos clave

Los prolactinomas son tumores no cancerosos formados por células especiales (lactótrofos) de la hipófisis. El síntoma más frecuente de un prolactinoma es la galactorrea, que consiste en la producción de leche materna en hombres o en mujeres, excepto durante el embarazo y después del mismo.

  • Los prolactinomas causan la producción excesiva de la hormona prolactina (hiperprolactinemia) por parte de la hipófisis.

  • La hiperprolactinemia puede causar galactorrea o la aparición inesperada de leche y, tanto en mujeres como en hombres, infertilidad.

  • El diagnóstico se basa en la medición de la concentración de la hormona prolactina.

  • También pueden realizarse pruebas de diagnóstico por la imagen para determinar la causa.

  • Cuando los medicamentos por sí solos no logran controlar la producción de prolactina o reducir el tumor, puede intervenirse quirúrgicamente y, en algunos casos, administrar radioterapia.

(Véase también Introducción a la hipófisis.)

En ambos sexos, la causa más frecuente de galactorrea es la presencia de un tumor secretor de prolactina (prolactinoma) en la hipófisis. La prolactina es una hormona que estimula la producción de leche en las mamas.

Por lo general, los prolactinomas son muy pequeños en el momento del diagnóstico inicial. Tienden a ser más grandes en los hombres que en las mujeres, posiblemente porque en los hombres se suele tardar más en detectarlos.

Otros tumores justo por encima de la glándula pituitaria que no producen prolactina también pueden aumentar la secreción de prolactina si comprimen el tallo de la glándula pituitaria. Comprimir el tallo puede evitar que la hormona dopamina llegue hasta la glándula pituitaria, donde normalmente actúa para disminuir la producción de prolactina.

Los fármacos como las fenotiazinas, algunos fármacos que se administran para tratar la hipertensión arterial (sobre todo, la metildopa y verapamil), los opiáceos y las píldoras anticonceptivas estimulan la sobreproducción de prolactina y el desarrollo de galactorrea, que también pueden aparecer como consecuencia de ciertos trastornos externos a la pituitaria. Tales trastornos incluyen la hipoactividad de la glándula tiroidea (hipotiroidismo), la enfermedad renal crónica, la enfermedad hepática y ciertos tipos de cáncer de pulmón.

¿Sabías que...?

  • La galactorrea se presenta tanto en mujeres como en hombres.

Síntomas del prolactinoma

Si bien puede que la producción inesperada de leche sea el único síntoma de un prolactinoma, muchas mujeres dejan de menstruar (amenorrea) o tienen periodos menstruales menos frecuentes. Las mujeres con prolactinomas a menudo tienen concentraciones bajas de estrógenos, lo que puede dar lugar a sequedad vaginal y, por lo tanto, molestias durante las relaciones sexuales. Algunas mujeres también tienen disminución de la libido e hirsutismo (crecimiento excesivo de vello en la cara y el cuerpo). Algunas mujeres (y con poca frecuencia, hombres) tienen infertilidad.

Alrededor de dos tercios de los hombres con prolactinomas pierden interés en el sexo (disminución de la libido) y sufren una disfunción eréctil. A menudo tienen concentraciones bajas de testosterona.

Las concentraciones bajas de estrógeno en las mujeres y las concentraciones bajas de testosterona en los hombres aumentan el riesgo de osteoporosis.

Si el prolactinoma tiene un tamaño grande, puede comprimir los nervios del cerebro localizados justo por encima de la hipófisis, lo que da lugar a cefaleas o a ceguera en algunos campos visuales específicos.

Diagnóstico del prolactinoma

  • Medición de la concentración de prolactina en la sangre

  • Tomografía computarizada o resonancia magnética nuclear

Se suele sospechar un prolactinoma en mujeres con menos periodos menstruales, o que han dejado de tenerlos, o bien cuando producen leche de forma inesperada (galactorrea). Se sospecha en los hombres con una disminución de la libido y concentraciones bajas de testosterona en la sangre, especialmente si están produciendo leche materna.

El diagnóstico se confirma al detectar una concentración alta de prolactina en la sangre.

Para identificar el prolactinoma u otro tumor situado cerca de la pituitaria, se realiza una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN). Si no se detecta ningún tumor y no existe una causa aparente de la concentración elevada de prolactina (como, por ejemplo, un fármaco), la causa más probable sigue siendo un tumor hipofisario, sobre todo en las mujeres. En este caso, es probable que el tumor sea demasiado pequeño para poder detectarlo en las pruebas de diagnóstico por la imagen.

Si el prolactinoma que se observa en estas pruebas es grande, un oftalmólogo debe examinar los campos visuales de la persona afectada para determinar la forma en que ha afectado a su visión.

Tratamiento del prolactinoma

  • Medicamentos para bloquear la producción de prolactina

  • En ocasiones, cirugía o radioterapia

Pueden administrarse fármacos similares a la dopamina, que es el neurotransmisor que bloquea la producción de prolactina. Entre ellos se incluyen la bromocriptina y la cabergolina. Estos fármacos se administran por vía oral, son eficaces solo mientras se continúa tomándolos. No obstante, los estudios han demostrado que alrededor del 20 al 25% de las personas afectadas pueden dejar de tomar estos medicamentos de forma segura después de 3 años de terapia.

En la mayoría de los casos, estos fármacos disminuyen la concentración de prolactina lo suficiente como para que se restablezcan los periodos menstruales, se interrumpa la galactorrea (tanto en hombres como en mujeres) y aumenten las concentraciones de estrógenos en las mujeres y de testosterona en los hombres. A menudo los medicamentos son capaces de restaurar la fertilidad. Por lo general, también son capaces de disminuir el tamaño del tumor y reducir cualquier alteración visual.

La cirugía también es eficaz al tratar prolactinomas pequeños, pero no suele utilizarse como primera opción, ya que el tratamiento farmacológico es seguro, efectivo y fácil de usar.

Si la concentración de prolactina no es extraordinariamente alta y la TC o la RMN muestran un único prolactinoma pequeño, o ninguno, puede que no se administre ningún tratamiento. Esta será la recomendación adecuada, probablemente, en el caso de mujeres en que la concentración alta de prolactina no les impide quedar embarazadas, que tienen periodos menstruales regulares y que no padecen las alteraciones debidas a la galactorrea, así como en el caso de hombres cuya concentración de testosterona no es baja.

Para contrarrestar los efectos de una concentración baja de estrógenos provocada por un prolactinoma, a las mujeres con prolactinomas pequeños que no desean quedarse embarazadas y no están recibiendo tratamiento con agonistas de dopamina se les administran estrógenos o anticonceptivos orales que contienen estrógenos. El tratamiento con estrógeno no reduce el tumor, por lo que la mayoría de los expertos recomiendan la realización de una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN) cada año durante al menos 2 años para asegurarse de que el tumor no aumenta sustancialmente de tamaño.

Si los tumores son grandes, se administran fármacos similares a la dopamina (agonistas de la dopamina) como, por ejemplo, la bromocriptina o la cabergolina, o se extirpan mediante cirugía. Si los medicamentos reducen la concentración de prolactina y desaparecen los síntomas, no es necesario recurrir a la cirugía. Estos fármacos suelen ser seguros, pero se han notificado casos de formación de tejido conjuntivo en exceso (fibrosis) de las válvulas cardíacas y casos de filtración de sangre a través de las válvulas al administrarlos para tratar la enfermedad de Parkinson, en dosis mucho más altas que las que se utilizan para disminuir la concentración de prolactina. Estudios posteriores en personas que han recibido dosis de estos fármacos para tratar prolactinomas no muestran el mismo impacto en las válvulas cardíacas.

Incluso cuando se requiere un tratamiento quirúrgico, pueden administrarse agonistas de la dopamina antes de la intervención para contribuir a reducir el tamaño del tumor. Se suelen administrar después de la cirugía, ya que es poco probable que un tumor secretor de prolactina de gran tamaño se cure con la intervención. De forma ocasional, los prolactinomas se reducen y segregan menos prolactina, con lo que puede interrumpirse el tratamiento con agonistas de la dopamina sin que la concentración de prolactina vuelva a aumentar. Llegar a dejar de tomar agonistas de la dopamina es más común en personas con tumores pequeños y en las mujeres después del embarazo.

A veces, cuando no se observa ningún cambio en el tumor tras un tratamiento farmacológico o quirúrgico, es necesario recurrir a la radioterapia, al igual que en el caso de otros tumores hipofisarios.

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