El magnesio es uno de los electrólitos del cuerpo, es decir, minerales que llevan una carga eléctrica cuando se encuentran disueltos en los líquidos corporales tales como la sangre, pero la mayor parte del magnesio del cuerpo no tiene carga eléctrica y se encuentra unido a proteínas o almacenado en el hueso. (Véase también Introducción a los electrólitos.)
Los huesos contienen la mitad del magnesio del organismo. La sangre contiene muy poco. El magnesio es necesario para la formación de los huesos y de los dientes, y en el funcionamiento normal de los nervios y de los músculos. Muchas enzimas del organismo dependen del magnesio para funcionar con normalidad. El magnesio también se relaciona con el metabolismo del calcio y el metabolismo del potasio. Para mantener una concentración normal de magnesio en sangre, los adultos necesitan consumir de 310 a 420 miligramos de magnesio al día.
El nivel de magnesio en la sangre depende en gran medida de la forma en que el cuerpo obtiene este mineral de los alimentos y cómo lo excreta en la orina y las heces, y depende en menor medida de las reservas totales de magnesio en el cuerpo. La concentración sanguínea de magnesio puede resultar
Demasiado alta (hipermagnesemia)
Demasiado baja (hipomagnesemia)
Más información
El siguiente recurso en inglés proporciona información que puede ser útil. El MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
National Institutes of Health Office of Dietary Supplements (Oficina Sanitaria de Complementos Dietéticos de los Institutos Nacionales de Salud): Magnesium Fact Sheet for Consumers (Hoja de recomendaciones sobre el magnesio para los consumidores): proporciona una visión general del magnesio, incluyendo su papel en el organismo y las necesidades nutricionales diarias