Las lesiones del esófago (el tubo hueco que comunica la garganta con el estómago) son muy poco probables, pero puede dañarse gradualmente a causa del reflujo de ácido del estómago (enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE). También puede lesionarse repentinamente por la ingestión de productos cáusticos o ácidos, medicamentos irritantes, objetos punzantes o por una presión extrema. La presión extrema puede darse durante un vómito violento, y un vómito violento puede causar desgarros en el esófago. La ruptura del esófago es una lesión muy grave. Esta lesión es poco frecuente y puede ser consecuencia de procedimientos quirúrgicos o del vómito o la ingestión de una gran masa de alimento.
Síntomas de una lesión esofágica
Las heridas repentinas del esófago suelen causar dolor, a menudo descrito como un dolor agudo por debajo del esternón. También pueden causar hemorragia y podría aparecer sangre en el vómito o en las heces. Puede producirse un desvanecimiento por causa del dolor, especialmente en casos de rotura del esófago. Esta rotura permite el paso de los alimentos al mediastino (la zona del tórax limitada por el esternón en la parte anterior, la columna vertebral en la parte posterior, la entrada a la cavidad torácica en la parte superior y el diafragma en la inferior) y causa mediastinitis.
Diagnóstico y tratamiento de la lesión esofágica
Depende de la lesión
Los médicos utilizan varios métodos para diagnosticar las lesiones del esófago. Estos métodos son la endoscopia digestiva alta y diferentes tipos de radiografías.
El tratamiento de las lesiones esofágicas depende de su causa.