Gastroenteritis por E. coli

PorJonathan Gotfried, MD, Lewis Katz School of Medicine at Temple University
Revisado/Modificado jun 2023
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La gastroenteritis por E. coli es un tipo de gastroenteritis en el que ciertas cepas de la bacteria Escherichia coli infectan el intestino grueso y causan diarrea y, a veces, otras complicaciones graves.

  • Los microorganismos que provocan la gastroenteritis por E. coli suelen entrar en el organismo a través del consumo de carnes o aguas procedentes de suelos contaminados o leche no pasteurizada.

  • Los calambres abdominales y la diarrea, que puede ir acompañada de sangre, son los síntomas usuales.

  • El diagnóstico se basa en la valoración médica y, en ocasiones, en los resultados de un cultivo fecal.

  • El tratamiento consiste en beber bastante líquido.

  • Las medidas preventivas incluyen la cocción cuidadosa de la carne y un exhaustivo lavado de manos.

(Véase también Introducción à la gastroenteritis.)

Hay muchas cepas de Escherichia coli (E. coli) que causan diarrea o diarrea sanguinolienta (colitis hemorrágica). En América del Norte, la cepa más frecuente que causa diarrea sanguinolenta es E. coli O157:H7. Estas bacterias se encuentran de manera natural en el intestino del 1% aproximadamente del ganado sano. Los brotes pueden darse por ingerir carne de ternera picada poco cocida o por beber leche o zumo no pasteurizados. El consumo de alimentos o agua contaminados con estiércol de vaca o carne de res cruda picada también puede propagar la infección. Las personas pueden infectarse después de tocar animales en un zoológico de mascotas. La enfermedad puede transmitirse de persona a persona, sobre todo de niños que usan pañales a otras personas. Los parques acuáticos que no han sido clorados adecuadamente pueden ser una fuente de infección.

E. coli abandona en ocasiones los intestinos y causa infecciones en otras partes del cuerpo, como los riñones y las vías urinarias (véase Infecciones por Escherichia coli).

Tipos de gastroenteritis por E. coli

E. coli se produce de forma natural e inofensiva en el tubo digestivo, pero algunas cepas han adquirido genes que les permiten causar infección intestinal. Los siguientes subtipos de E. coli pueden causar diarrea:

  • La E. coli enterohemorrágica (también llamada productora de toxina Shiga E. coli) es el subtipo de E. coli más importante de en Estados Unidos. Causa diarrea sanguinolenta (colitis hemorrágica) y, en algunas personas, una complicación grave llamada síndrome hemolítico urémico. O157:H7 es la cepa más frecuente de este subtipo en Estados Unidos. Algunas de las posibles fuentes son la carne picada de vacuno poco hecha, la leche y el zumo no pasteurizados y el agua contaminada. La transmisión de persona a persona es frecuente en guarderías. Se han dado brotes en personas que han ido a nadar a piscinas, lagos o parques acuáticos (recreational water illness). El síndrome hemolítico urémico puede ocurrir en personas de todas las edades, pero es más grave en niños y adultos mayores.

  • La E. coli enterotoxigénico produce dos toxinas que provocan diarrea acuosa. Este subtipo de bacteria E. coli es la causa más común de la diarrea del viajero que afecta a personas que viajan a países en desarrollo.

  • E. coli enteropatógeno también es causa de diarrea acuosa. Había sido una causa frecuente de brotes de diarrea en guarderías, pero hoy en día es raro.

  • La E. coli enteroinvasiva causa diarrea, sanguinolenta o no, principalmente en los países con rentas bajas y medias. En Estados Unidos es poco frecuente.

  • La E. coli enteroagregativa causa una diarrea que no es tan grave como la de los otros subtipos, pero dura más. Al igual que ocurre con algunos de los otros subtipos, es más común en los países con rentas bajas y medias y puede ser una causa de diarrea del viajero.

Síntomas de la gastroenteritis por E. coli

Los síntomas más frecuentes de la gastroenteriris son la diarrea y los retortijones (cólicos) abdominales. Aunque habitualmente es leve, la infección también causa dolor abdominal, distensión abdominal por gases, diarrea grave y deshidratación.

La colitis hemorrágica debida a infección por E. coli produce retortijones (cólicos) abdominales intensos que aparecen de forma repentina y que van acompañados de diarrea acuosa, que puede convertirse en sanguinolenta en un plazo de 24 horas. La diarrea suele durar entre 1 y 8 días. En general, la fiebre está ausente o es leve, pero en ocasiones puede superar los 39° C.

Alrededor del 5 al 10% de las personas, en su mayoría niños menores de 5 años y adultos mayores de 60 años, que sufren colitis hemorrágica desarrollan una complicación grave llamada síndrome hemolítico urémico. Los síntomas del síndrome urémico hemolítico incluyen un recuento bajo de glóbulos rojos (anemia, caracterizada por cansancio, debilidad y palidez) causada por la destrucción de los glóbulos rojos (anemia hemolítica), un número bajo de plaquetas (trombocitopenia) e insuficiencia renal repentina.

Diagnóstico de la gastroenteritis por E. coli

  • A veces, análisis de heces

A la mayoría de las personas que sufren diarrea no se les realizan cultivos de heces porque la mayor parte de las diarreas infecciosas remiten por sí solas y los síntomas se tratan de la misma manera, con independencia de la causa.

Sin embargo, se realizan cultivos de heces para buscar cepas de bacterias E. coli o de las toxinas que producen en ciertas personas, como las que presentan lo siguiente:

  • Heces sanguinolientas (colitis hemorrágica) o sangre en las heces en una cantidad insuficiente como para visualizarla

  • Fiebre

  • Diarrea entre moderada y grave

  • Diarrea que dura más de 7 días

  • Un sistema inmunitario debilitado causado por un trastorno como el VIH/sida o por el hecho de estar tomando un medicamento que puede debilitarlo, como los medicamentos de quimioterapia (medicamentos antineoplásicos)

  • Enfermedad inflamatoria intestinal

  • Tener 70 años o más

  • Riesgo elevado de transmisión de la infección a otras personas (por ejemplo, trabajadores de la salud, guarderías, centros de día o servicios de comidas)

También se realizan cultivos de heces durante brotes conocidos o sospechosos.

Si se sospecha E. coli O157:H7, los médicos hacen una prueba de heces para las toxinas Shiga, que son producidas por estas bacterias. Esta prueba proporciona resultados rápidamente.

Se pueden hacer otras pruebas, como la sigmoidoscopia, si el médico sospecha que otras enfermedades pueden estar causando la diarrea sanguinolenta.

Tratamiento de la gastroenteritis por E. coli

  • Tomar líquidos

  • A veces, líquidos por vía intravenosa

  • A veces antibióticos

Habitualmente, el único tratamiento necesario para la gastroenteritis por E. coli es reposar en cama y tomar una cantidad adecuada de líquidos.

Si la diarrea se prolonga o la persona se deshidrata gravemente, se administran líquidos y electrólitos por vena (intravenosos).

Dado que los niños se deshidratan con mayor facilidad, deben recibir líquidos con un equilibrio apropiado de sales y azúcares. Cualquiera de las soluciones disponibles comercialmente diseñadas para reponer los líquidos perdidos y los electrólitos (denominadas soluciones de rehidratación oral) son satisfactorias. Las bebidas carbonatadas, té, bebidas para deportistas o que contienen cafeína y zumos de fruta no son apropiados. Si el niño es amamantado, debe continuarse la lactancia materna.

El médico puede prescribir un fármaco para controlar la diarrea, como el difenoxilato, o indicar a la persona el uso de un fármaco de venta sin receta, como la loperamida. Estos fármacos (denominados fármacos antidiarreicos) suelen ser inocuos para los adultos con diarrea acuosa. Estos medicamentos no se administran a niños menores de 18 años con diarrea aguda. Los fármacos antidiarreicos tampoco se administran a las personas que han recibido recientemente tratamiento con antibióticos, presentan diarrea sanguinolenta, sangre en las heces en cantidades demasiado pequeñas para ser vistas o diarrea y fiebre.

No se administran antibióticos a las personas que sufren colitis hemorrágica causada por una cepa de E. coli O157:H7 porque no disminuyen los síntomas, no evitan la propagación de la infección y en realidad aumentan el riesgo de desarrollar síndrome hemolítico urémico. Sin embargo, se pueden administrar antibióticos a las personas que sufren diarrea causada por los otros subtipos de E. coli. Por ejemplo, se administran antibióticos a las personas que presentan diarrea causada por E. coli enterotoxigénica, que es la causa más frecuente de la diarrea del viajero. Sin embargo, los médicos no saben cuál es la causa de la diarrea hasta que disponen de los resultados de las pruebas de heces, por lo general después de la primera evaluación médica. Por lo tanto, estiman el riesgo que corre una persona de sufrir los diversos tipos de gastroenteritis por E. coli a la hora de decidir si prescriben antibióticos antes de disponer de los resultados de las pruebas.

La colitis hemorrágica finalmente remite por sí sola. Sin embargo, las personas que presentan complicaciones como el síndrome urémico hemolítico requieren, por lo general, cuidados intensivos en el hospital y pueden necesitar diálisis renal y otros tratamientos específicos.

¿Sabías que...?

  • En el caso de colitis hemorrágica sospechosa de ser causada por E. coli O157:H7 no se administran antibióticos porque no disminuyen los síntomas, no impiden la propagación de la infección y en realidad aumentan el riesgo de desarrollar síndrome hemolítico urémico.

Prevención de la gastroenteritis por E. coli

  • La cocción completa de la carne

  • Lavado de manos

En Estados Unidos, la mejora de los procedimientos del procesamiento de la carne han contribuido a reducir la tasa de contaminación de la carne por E. coli. A pesar de estas medidas, la carne picada todavía puede estar contaminada. Por lo tanto, la carne picada se debe cocinar a una temperatura interna de 71° C o hasta que los jugos salgan claros. Solo se debe beber leche y productos lácteos que estén pasteurizados.

Se deben eliminar de forma apropiada las heces de las personas infectadas, practicar una buena higiene y lavarse las manos con jabón y agua para limitar la propagación de la infección. Si no se dispone de agua limpia y jabón, se debe utilizar un desinfectante antibacteriano para manos.

Antes de permitir su reincorporación a la guardería, los niños deben estar libres de diarrea y tener dos pruebas de heces negativas.

Higiene de manos

Se debe informar a los departamentos de salud pública locales de la aparición de un brote de diarrea hemorrágica, ya que su intervención puede prevenir la propagación de la infección a otras personas.

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