El síndrome de dificultad respiratoria aguda es un tipo de insuficiencia respiratoria (pulmonar) causada por diversos trastornos que provocan la acumulación de líquido en los pulmones y concentraciones de oxígeno sanguíneo demasiado bajas.
Los pacientes sufren dificultad respiratoria, por lo general con respiración rápida y superficial, la piel puede llegar a presentar una coloración grisácea, cenicienta o azulada (cianosis) y otros órganos como el corazón y el cerebro pueden funcionar inadecuadamente.
Se emplea un sensor colocado en la punta del dedo (pulsioximetría) o una muestra de sangre de una arteria (medición de gases en sangre arterial) para determinar las concentraciones de oxígeno en sangre y también se realiza una radiografía de tórax.
Las personas afectadas se tratan en una unidad de cuidados intensivos, ya que pueden necesitar ventilación mecánica.
Se suministra oxígeno y se trata la causa de la insuficiencia respiratoria.
El síndrome de dificultad respiratoria aguda es una urgencia médica. Puede darse en personas que ya padecen una enfermedad pulmonar o en personas con los pulmones previamente normales.
El síndrome de dificultad respiratoria aguda se divide en tres categorías: leve, moderado y grave. La categoría se determina comparando el nivel de oxígeno en la sangre con la cantidad de oxígeno que se necesita para alcanzar ese nivel.
Causas del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Cualquier enfermedad o alteración que cause daño pulmonar puede producir un síndrome de dificultad respiratoria aguda. Más de la mitad de las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda lo desarrollan a consecuencia de una grave y extensa infección (sepsis) o neumonía. Algunas otras causas incluyen
Aspiración (inhalación) del contenido ácido del estómago en los pulmones
Ciertas complicaciones del embarazo (como embolia de líquido amniótico, preeclampsia, infección de tejidos en el útero antes, durante o después de un aborto espontáneo [aborto séptico], y otros)
Lesiones torácicas (contusión pulmonar)
Inflamación del páncreas (pancreatitis)
Inhalación de grandes cantidades de humo
Inhalación de otros gases tóxicos
Lesión pulmonar provocada por la inhalación de elevadas concentraciones de oxígeno
Lesiones graves o potencialmente mortales
Sobredosis de ciertas drogas y fármacos, como heroína, metadona, propoxifeno o aspirina (ácido acetilsalicílico)
Presión arterial que se mantiene baja de forma prolongada o que alcanza valores peligrosamente bajos (choque)
Infección grave y diseminada (sepsis)
Transfusiones de más de 15 unidades de sangre en un corto periodo de tiempo
Cuando los pequeños sacos de aire (alvéolos) y los vasos capilares del pulmón resultan afectados, la sangre y los líquidos se filtran en los espacios que se encuentran entre los alvéolos y, finalmente, pasan a su interior. Puede producirse el colapso de una gran cantidad de alvéolos (trastorno denominado atelectasia) como consecuencia de la reducción del surfactante, una sustancia líquida que recubre el interior de los alvéolos y ayuda a mantenerlos abiertos.
Cuando los alvéolos se llenan de líquido y se colapsan, se interfiere la entrada del oxígeno del aire a la sangre. Por tanto, la concentración de oxígeno en la sangre disminuye de forma brusca. La salida del dióxido de carbono de la sangre al aire que se exhala se ve menos afectada, de ahí que sus niveles sanguíneos cambien muy poco. La insuficiencia respiratoria debida al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es consecuencia, principalmente, de concentraciones bajas de oxígeno, por tanto se considera una insuficiencia respiratoria hipoxémica.
La disminución de los niveles de oxígeno en sangre causada por este síndrome, junto con la liberación a la sangre de ciertas proteínas (citocinas o citoquinas), producidas por las células del pulmón lesionado y los glóbulos blancos (leucocitos), pueden conllevar inflamación y complicaciones en otros órganos. También pueden ocasionar el fallo de varios órganos (insuficiencia multiorgánica). La insuficiencia multiorgánica puede comenzar poco después del inicio del síndrome de dificultad respiratoria aguda o días o semanas después. Además, las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda son menos capaces de luchar contra las infecciones pulmonares y tienden a desarrollar una neumonía bacteriana.
Síntomas del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Por lo general, el síndrome de dificultad respiratoria aguda sucede al cabo de 24 o 48 horas de haberse producido la lesión o la enfermedad original, pero puede tardar hasta 4 o 5 días en aparecer. Al principio, la persona afectada presenta dificultad respiratoria, generalmente con una respiración rápida y superficial.
Mediante un estetoscopio, el médico puede escuchar sonidos crepitantes o sibilantes en los pulmones. Las concentraciones bajas de oxígeno en la sangre pueden hacer que la piel se vuelva moteada o azulada (cianosis) en personas de piel clara, y puede aparecer coloración gris o blanquecina en la boca, alrededor de los ojos y debajo de las uñas en personas de piel oscura. Otros órganos, como el corazón y el cerebro, pueden sufrir alteraciones en su funcionamiento, con aparición de una frecuencia cardíaca rápida, irregularidades en el ritmo cardíaco (arritmias), confusión y somnolencia.
Diagnóstico del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Medidas de las concentraciones de oxígeno en la sangre
Radiografía de tórax
El nivel de oxígeno en sangree puede medirse sin necesidad de extraer una muestra de sangre, utilizando un sensor colocado en un dedo de la mano o en el lóbulo de una oreja, un método denominado oximetría. La concentración de oxígeno (junto con la de dióxido de carbono) en sangre también se puede medir a partir del análisis de una muestra de sangre extraída de una arteria (medición de gases en sangre arterial).
Las radiografías de tórax muestran líquido en espacios que deberían llenarse de aire. Puede ser necesario realizar más pruebas complementarias para descartar la insuficiencia cardíaca como causa del problema.
Tratamiento del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Tratamiento de la causa
Oxigenoterapia
A menudo, ventilación mecánica
Los pacientes con este síndrome son tratados en una unidad de cuidados intensivos.
El éxito del tratamiento depende generalmente de tratar el trastorno subyacente (por ejemplo, neumonía). También se administra oxigenoterapia, que es vital para corregir los niveles bajos de oxígeno.
Si el oxígeno suministrado por una mascarilla u otro dispositivo (como un casco o una cánula nasal) no corrige las concentraciones bajas de oxígeno en sangre o si se requieren dosis muy elevadas de oxígeno inhalado, debe emplearse la ventilación mecánica. Por lo general, un ventilador suministra aire rico en oxígeno bajo presión a través de un tubo introducido por la boca hasta la tráquea.
Pronóstico del síndrome de dificultad respiratoria aguda
Sin tratamiento inmediato, muchas personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda mueren. Sin embargo, dependiendo del trastorno subyacente y con el tratamiento adecuado, entre el 60 y el 75% de las personas con síndrome de dificultad respiratoria aguda sobreviven.
Las personas que responden con rapidez al tratamiento suelen recuperarse completamente con pocas (o ninguna) anomalías pulmonares a largo plazo. Aquellas personas cuyo tratamiento requiere un periodo prolongado con un ventilador (una máquina que ayuda a introducir y extraer el aire de los pulmones) son más propensas a desarrollar fibrosis pulmonar. Esta fibrosis puede disminuir pocos meses después de la retirada del respirador. Si la fibrosis pulmonar, es extensa, puede deteriorar la función pulmonar permanentemente de tal modo que dicho deterioro se manifieste durante ciertas actividades de la vida cotidiana. Una fibrosis menos extensa puede alterar la función pulmonar cuando los pulmones están bajo esfuerzo, como durante el ejercicio o en una enfermedad.
Muchas personas pierden mucho peso y masa muscular durante la enfermedad. La rehabilitación en el hospital puede ayudarles a recuperar su fuerza e independencia.