Ascitis

PorDanielle Tholey, MD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Revisado/Modificado ene 2023
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La ascitis es una acumulación de líquido que contiene proteínas (líquido ascítico) dentro del abdomen.

  • La ascitis puede estar causada por muchos trastornos, pero el más frecuente es la hipertensión en las venas que llevan sangre al hígado (hipertensión portal), por lo general debida a la cirrosis.

  • Si se acumulan grandes cantidades de líquido, el abdomen aumenta mucho de volumen, causando a veces pérdida de apetito y dificultad e incomodidad para respirar.

  • El análisis del líquido puede ayudar a determinar la causa.

  • Generalmente, una dieta baja en sodio y la administración de diuréticos ayudan a eliminar el exceso de líquido.

(Véase también Introducción a las enfermedades hepáticas.)

Causas de la ascitis

La causa más frecuente de la ascitis es

  • Hepatopatía

Otras causas menos comunes de ascitis son enfermedades no relacionadas con el hígado, como el cáncer, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, inflamación del páncreas (pancreatitis) y la tuberculosis que afecta el revestimiento del abdomen.

La ascitis tiende a aparecer más en afecciones hepáticas de larga duración (crónicas) que en los procesos de corta duración (agudos). Las causas más frecuentes son

  • Hipertensión portal: aumento de la presión sanguínea en la vena porta (la vena de gran calibre que lleva la sangre desde el intestino hasta el hígado) y en sus ramas.

La hipertensión portal suele aparecer como consecuencia de la cirrosis (cicatrización grave del hígado) que habitualmente está producida por el consumo de grandes cantidades de alcohol, por el hígado graso o por hepatitis vírica crónica.

La ascitis se puede producir en otras afecciones hepáticas como la hepatitis alcohólica grave sin cirrosis, otros tipos de hepatitis crónica y la obstrucción de la vena hepática (síndrome de Budd-Chiari).

Cuando existe una enfermedad hepática, el líquido ascítico se filtra desde la superficie del hígado y del intestino y se acumula dentro del abdomen. Esto se debe a una combinación de factores. Se incluyen los siguientes:

  • Hipertensión portal

  • Retención de líquidos en los riñones

  • Alteraciones en diversas hormonas y sustancias químicas que regulan los líquidos corporales

Además, generalmente hay fugas de albúmina de los vasos sanguíneos hacia el abdomen. En condiciones normales, la albúmina, la proteína principal en la sangre, ayuda a evitar que el fluido se escape fuera de los vasos sanguíneos. Cuando se produce una fuga de albúmina de los vasos sanguíneos, también se produce una fuga de líquido.

Síntomas de la ascitis

Las cantidades pequeñas de líquido dentro del abdomen generalmente no suelen producir síntomas. Las cantidades moderadas pueden aumentar el perímetro de la cintura y provocar el aumento de peso. Si el abdomen contiene grandes cantidades de líquido, pueden aparecer hinchazón abdominal (distensión) y malestar. Se siente tirantez en el abdomen, y el ombligo se ve aplanado o incluso protruye hacia fuera.

La distensión abdominal ejerce presión sobre el estómago, lo que a veces lleva a la pérdida de apetito, y comprime los pulmones, ocasionando a veces dificultad respiratoria.

En algunas personas con ascitis, los tobillos se hinchan debido a que el exceso de líquido se acumula en ellos (causando edema).

Complicaciones de la ascitis

A veces se produce una peritonitis bacteriana espontánea (infección del líquido ascítico que se desarrolla sin razón aparente). Esta infección es frecuente en personas con ascitis y cirrosis, especialmente las que beben grandes cantidades de alcohol.

Si se desarrolla una peritonitis bacteriana espontánea, la persona suele tener molestias abdominales y el abdomen puede estar sensible a la palpación. Las personas afectadas pueden tener fiebre y sentir malestar general. Pueden sentirse confusas, desorientadas y adormecidas. Si no se trata, esta infección puede ser mortal. La supervivencia depende de que se instaure un tratamiento rápido con antibióticos apropiados.

Diagnóstico de la ascitis

  • Evaluación médica

  • En algunos casos, una prueba de diagnóstico por la imagen, como la ecografía

  • En ciertas ocasiones, análisis del líquido ascítico

Cuando el médico golpea ligeramente (percusión) el abdomen, el líquido produce un sonido sordo. Si el abdomen de la persona está hinchado debido a que el intestino está distendido por un acúmulo de gas, la percusión hace un sonido hueco. El médico, sin embargo, puede no lograr detectar líquido ascítico a menos de que el volumen sea de aproximadamente un litro o más.

Si el médico no está seguro de si existe ascitis o de cuál es su causa, puede hacer una ecografía o una tomografía computarizada (TC) (véase Pruebas de diagnóstico por la imagen del hígado y de la vesícula biliar). Además, se puede extraer una pequeña muestra de líquido ascítico introduciendo una aguja a través de la pared del abdomen (un procedimiento llamado paracentesis diagnóstica). El análisis del líquido en el laboratorio puede ayudar a determinar la causa.

Tratamiento de la ascitis

  • Alimentación baja en sodio

  • Diuréticos

  • Extracción del líquido ascítico (paracentesis terapéutica)

  • A veces, cirugía para redireccionar el flujo sanguíneo (derivación portosistémica) o trasplante de hígado

  • Para una peritonitis bacteriana espontánea, antibióticos

El tratamiento básico para la ascitis es una dieta baja en sodio con un objetivo de 2000 mg o menos de sodio por día.

Si la dieta es ineficaz, se suelen administrar unos fármacos denominados diuréticos (como la espironolactona o la furosemida). Los diuréticos hacen que los riñones excreten más sodio y agua en la orina, de manera que la persona orina más.

Si la ascitis resulta molesta o dificulta la respiración o la ingestión de alimentos, el líquido se puede extraer mediante una aguja insertada en el abdomen, un procedimiento denominado paracentesis terapéutica. El líquido tiende a acumularse de nuevo a menos que se siga una dieta baja en sodio y se tomen diuréticos. Dado que generalmente se pierden grandes cantidades de albúmina de la sangre en el líquido abdominal, se puede administrar albúmina por vía intravenosa.

Si se acumulan grandes cantidades de líquido de forma repetitiva o si otros tratamientos no son eficaces, puede ser necesario realizar una derivación portosistémica o un trasplante de hígado. La derivación portosistémica conecta la vena porta o una de sus ramas con una vena de la circulación general y por lo tanto la sangre no pasa por el hígado. Sin embargo, la colocación de la derivación es un procedimiento invasivo y puede causar problemas, como el deterioro de la funcionalidad cerebral (encefalopatía hepática) y el deterioro de la funcionalidad hepática.

Cuando se diagnostica una peritonitis bacteriana espontánea se administran antibióticos como la cefotaxima. Como esta infección a menudo vuelve a aparecer en menos de un año, se administra un antibiótico diferente (como la norfloxacina) cuando remite la infección inicial para impedir que la infección se repita.

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