Los ruidos articulares (crepitación) se describen como un sonido de estallido, crujido o chasquido en una articulación.
Los ruidos articulares, como crujidos y chasquidos, son frecuentes en personas que no presentan ningún trastorno articular, pero también pueden producirse por problemas específicos de las articulaciones. Por ejemplo, la rótula puede crepitar si está lesionada por la artrosis, y la mandíbula puede chasquear en caso de trastorno de la articulación temporomandibular.
El médico pregunta por los síntomas y realiza una exploración para determinar si el ruido articular está en relación con un determinado trastorno. Solo se necesitarán una evaluación y un tratamiento posteriores si los resultados del examen sugieren un problema articular grave. Un ruido articular por si solo no indica necesariamente un problema grave y no requiere tratamiento.