Un paciente puede presentar dificultad para mover parte o todo el cuerpo.
Causas de las dificultades para moverse
El movimiento puede estar dificultado por trastornos que limitan la movilidad articular, o que causan debilidad, rigidez, temblor, o dificultad para iniciar el movimiento (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson). El movimiento también puede estar limitado cuando la movilidad causa dolor. Los pacientes con dolor en músculos, ligamentos, huesos o articulaciones (véase Introducción a la biología del sistema musculoesquelético) tienden a limitar el movimiento de forma consciente e inconsciente. La limitación de la movilidad con frecuencia da la impresión de debilidad, aun cuando el sistema nervioso y los músculos sean capaces de generar movimiento.
Trastornos articulares
Una articulación puede tener una amplitud de movilidad limitada debido a
Dolor
Lesión articular previa con formación de grandes cicatrices
Inmovilización articular prolongada (por ejemplo, cuando el brazo queda paralizado por un accidente cerebrovascular o inmovilizado en cabestrillo) provocando el acortamiento de los tendones
Acumulación de líquido en la articulación debido a artritis o a una lesión aguda (lo que da lugar a la sensación de que la articulación está bloqueada)
Un fragmento de cartílago lesionado a consecuencia de un traumatismo (generalmente en la rodilla) puede bloquear el movimiento articular
Debilidad
Aunque muchas personas se quejan de debilidad cuando se sienten cansadas o agotadas, la verdadera debilidad significa que al realizar un esfuerzo máximo no se generan contracciones musculares normales, con fuerza adecuada. La contracción muscular normal voluntaria requiere que el cerebro genere un impulso, que luego viaja a través de la médula espinal y los nervios para alcanzar un músculo que funciona de forma normal. Por lo tanto, la verdadera debilidad puede ser consecuencia de un traumatismo o una enfermedad que afecta al sistema nervioso, a los músculos o a la conexión entre ellos (la unión neuromuscular).
Diagnóstico de las dificultades para moverse
Evaluación médica
Con frecuencia el médico puede diagnosticar la presencia de debilidad basándose en los síntomas y en los resultados de la exploración física.
Primero trata de determinar si el paciente puede contraer la musculatura con una fuerza normal.
Si la fuerza muscular está conservada pero el paciente tiene problemas para mover una articulación, el médico tratará de movilizar la articulación mientras el paciente está relajado (movilidad pasiva).
Si el movimiento es doloroso, el problema puede ser una inflamación articular.
Si la movilidad pasiva origina poco dolor pero la articulación está bloqueada, el problema puede ser una contractura articular (por ejemplo, como consecuencia de tejido cicatricial) o rigidez debida a un trastorno del sistema nervioso.
Si el movimiento pasivo causa poco dolor y la articulación no está bloqueada, el médico solicita al paciente que intente mover la articulación con todas sus fuerzas. Si el movimiento todavía está limitado pero es indoloro, es posible que se trate de una verdadera debilidad.
Tratamiento de la dificultad para moverse
Ejercicios de estiramiento y fisioterapia
En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
En las articulaciones con una amplitud de movilidad limitada se puede maximizar la flexibilidad articular mediante ejercicios de estiramiento y fisioterapia.
Si la amplitud del movimiento articular está muy limitada por tejido cicatricial, será necesaria una intervención quirúrgica.
La mejor manera de revertir la debilidad es tratar el trastorno que la causa, pero cuando no existe un tratamiento farmacológico específico la fisioterapia a menudo ayuda mucho.