Los problemas psicológicos y sociales (psicosociales), en particular los relacionados con la conducta y la escuela, son más frecuentes durante la adolescencia que en cualquier otro momento durante la infancia. Los adolescentes son más independientes, tienen mayor capacidad de desplazarse por sí mismos y suelen quedar fuera del control directo de los adultos. Cuando la mala conducta se convierte en grave y frecuente, los adolescentes deben ser evaluados por un profesional de la salud mental para descartar la presencia de un trastorno psicosocial. En particular, la depresión, la ansiedad y los trastornos de la conducta alimentaria son frecuentes durante la adolescencia. Los adolescentes con ansiedad o trastornos del estado de ánimo pueden presentar síntomas físicos como fatiga o fatiga crónica, mareos, dolor de cabeza, dolor abdominal y dolor torácico.
La depresión es frecuente entre los adolescentes y los médicos hacen pruebas de detección sistemática durante las exploraciones.
El suicidio es muy poco frecuente, pero los pensamientos sobre el suicidio (llamados ideación suicida) son más frecuentes. Los adolescentes con ideación suicida requieren una evaluación inmediata de la salud mental, y sus progenitores no deben tratar de determinar la gravedad del problema por sí mismos.
La ansiedad se manifiesta a menudo en la adolescencia, al igual que los trastornos del estado de ánimo y los trastornos disruptivos del comportamiento, como el trastorno negativista desafiante y el trastorno disocial.
La pandemia de la COVID-19 y la respuesta global a la misma, incluyendo los cambios en las rutinas diarias y los horarios escolares, han afectado las tasas de depresión y ansiedad entre muchos adolescentes.
Los trastornos del pensamiento, en los que el afectado tiene dificultad para distinguir entre fantasía y realidad (lo que también se denomina psicosis) suelen comenzar durante la adolescencia o la edad adulta temprana. El primer episodio de psicosis se denomina brote psicótico. La esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo son ejemplos de trastornos del pensamiento. Los períodos de psicosis pueden estar relacionados con el consumo de drogas. En estos casos, la psicosis puede remitir transcurrido un tiempo. Los episodios psicóticos pueden aparecer con cannabis (marijuana), particularmente con productos comestibles. Algunos adolescentes que sufren un episodio psicótico causado por el consumo de cannabis desarrollan un trastorno psicótico crónico.
Los trastornos de la conducta alimentaria, especialmente en chicas, son frecuentes y potencialmente mortales. Algunos adolescentes realizan esfuerzos extraordinarios para ocultar los síntomas de un trastorno de la conducta alimentaria, que puede consistir en reducciones sustanciales en la ingesta de alimentos, purga después de comer, consumo de laxantes o práctica intensiva de ejercicio físico.
Los médicos a menudo pueden identificar estos problemas. Pueden ofrecer a los adolescentes consejos prácticos y, en su caso, alentarles a aceptar el tratamiento proporcionado por los especialistas.
(Véase también Introducción a los problemas en los adolescentes.)
Más información
El siguiente es un recurso en inglés que puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
National Suicide Prevention Lifeline: (Red nacional para la prevención del suicidio): proporciona apoyo emocional confidencial a los jóvenes que sufren crisis suicidas o angustia emocional (o llame al 1-800-273-8255 en Estados Unidos)