Muchos niños y adolescentes en ocasiones tienen enfrentamientos físicos con los demás, pero la mayoría de los niños y adolescentes no siguen un comportamiento violento o se involucran en delitos violentos. Sin embargo, los niños que muestran un comportamiento violento antes de la pubertad pueden correr un mayor riesgo de cometer delitos.
Muchos factores de riesgo para la violencia juvenil están relacionados con la experiencia de estrés prolongado o repetido. Este estrés puede cambiar negativamente el desarrollo del cerebro. Los factores de riesgo conocidos para el comportamiento violento son los siguientes:
Exposición a la violencia o antecedentes de victimización violenta
Problemas de desarrollo o de comportamiento
El abuso del alcohol y las drogas por parte de los cuidadores del niño o adolescente
Prácticas disciplinarias duras, laxas o incoherentes o negligencia por parte de los padres o cuidadores
Asociación con compañeros delincuentes o participación en pandillas
Vivir en una comunidad con pocas oportunidades económicas, niveles elevados de desorganización familiar o desorganización social
Acceso a armas de fuego o de otro tipo
Parece haber una relación entre la violencia y el acceso a las armas de fuego, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación (como las redes sociales y las plataformas de noticias) y la exposición al maltrato infantil y a la violencia doméstica.
Los videojuegos violentos pueden insensibilizar a los niños ante la violencia. Aunque los expertos no creen que en realidad hagan que los niños se vuelven violentos, los niños expuestos a ellos están más acostumbrados a que la violencia forme parte de la vida.
(Véase también Introducción a los problemas de comportamiento en niños y Problemas de comportamiento en los adolescentes.)
Participación en pandillas
La participación en las pandillas juveniles se ha relacionado con el comportamiento violento, a menudo con armas de fuego.
Los miembros de las pandillas suelen tener entre 13 y 24 años de edad. Las bandas suelen adoptar un nombre y unos símbolos de identificación, así como una determinada forma de vestir, el uso de ciertos signos con las manos, tatuajes o pintadas (grafiti). Algunas bandas requieren que los miembros potenciales realicen actos indiscriminados de violencia antes de concederles la condición de miembros del grupo.
El aumento de la violencia de las bandas juveniles ha sido achacado, al menos en parte, a la implicación de las bandas en la distribución y el consumo de drogas, particularmente de metanfetaminas y heroína.
Bullying (acoso escolar)
El bullying (acoso escolar, intimidación) es la imposición intencionada de daño psicológico o físico a los niños más débiles. Hasta un tercio de los niños pueden estar involucrados en la intimidación como matones, víctimas, o ambos.
Las tensiones sociales, como los bajos ingresos familiares y los bajos niveles de educación de los padres, son factores de riesgo para el acoso escolar.
La intimidación puede tomar varias formas, incluyendo
Bromas repetidas
Amenazas o intimidación
Acoso
Asaltos violentos
Ciberacoso (uso del correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales y otras herramientas de comunicación digital para amenazar y/o difundir información perjudicial)
El "sexting", acto de compartir mensajes o fotografías con contenidos sexuales (por lo general por medio de teléfonos móviles), puede ser una forma de ciberacoso si los mensajes o fotografías son compartidos de forma intencionada con otras personas para avergonzar o hacer daño al niño objeto del mensaje o fotografía.
Los acosadores actúan para inflar su autoestima. A menudo refieren que el acoso crea sentimientos de poder y control.
Las víctimas a menudo no le dicen a nadie que están siendo intimidadas porque están avergonzadas, porque sienten que no se hará nada o porque temen las represalias que pueda tomar el matón. Los niños que son acosados pueden llegar a un punto de quiebre, momento en el que contraatacan con resultados potencialmente peligrosos o catastróficos.
Tanto las víctimas como los agresores corren riesgo de no seguir una evolución adecuada. Las víctimas corren riesgo de sufrir lesiones físicas, falta de autoestima, ansiedad, depresión y absentismo escolar. Muchas de las víctimas de acoso escolar se convierten en acosadores. Los acosadores son más propensos a ser encarcelados en el transcurso de sus vidas. Los acosadores tienen menos probabilidad de permanecer en la escuela, obtener trabajo o tener relaciones estables en la vida adulta.
Prevención del comportamiento violento en niños y adolescentes
La prevención de la violencia debe comenzar en la primera infancia. Entre las estrategias, se incluyen las siguientes:
No usar la violencia para disciplinar a los niños pequeños
Limitar el acceso a las armas y la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación y los videojuegos
Crear y mantener un ambiente escolar seguro
Animar a las víctimas a informar a sus padres y a las autoridades escolares de los problemas que sufren
Deben enseñarse estrategias a los niños mayores y a los adolescentes para evitar situaciones de alto riesgo (como los lugares o localizaciones donde otros tienen armas o consumen alcohol o drogas) y a reaccionar ante situaciones de tensión o desactivarlas.