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Comportamiento violento en niños y adolescentes

PorStephen Brian Sulkes, MD, Golisano Children’s Hospital at Strong, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Revisado porAlicia R. Pekarsky, MD, State University of New York Upstate Medical University, Upstate Golisano Children's Hospital
Revisado/Modificado Modificado may 2025
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Datos clave

Muchos niños y adolescentes en ocasiones tienen enfrentamientos físicos con los demás, pero la mayoría de los niños y adolescentes no siguen un comportamiento violento o se involucran en delitos violentos. Sin embargo, los niños que muestran un comportamiento violento antes de la pubertad pueden correr un mayor riesgo de cometer delitos en la edad adulta.

Muchos factores de riesgo para la violencia juvenil están relacionados con la experiencia de estrés prolongado o repetido. Este estrés puede cambiar negativamente el desarrollo del cerebro. Los factores de riesgo conocidos para el comportamiento violento son los siguientes:

  • Castigo físico

  • Exposición a la violencia o antecedentes de victimización violenta

  • Problemas de desarrollo o de comportamiento

  • El abuso del alcohol y las drogas por parte de los cuidadores del niño o adolescente

  • Prácticas disciplinarias duras, laxas o incoherentes o negligencia por parte de los padres o cuidadores

  • Asociación con compañeros delincuentes o participación en pandillas

  • Vivir en una comunidad con pocas oportunidades económicas, niveles elevados de desorganización familiar o desorganización social

  • Acceso a armas de fuego o de otro tipo

Los actos de violencia cometidos por jóvenes se han asociado con el acceso a las armas de fuego, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación (como las redes sociales y las plataformas de noticias) y la exposición al maltrato infantil y a la violencia doméstica.

Los videojuegos violentos pueden insensibilizar a los niños ante la violencia. Aunque los expertos no creen que en realidad hagan que los niños se vuelven violentos, los niños expuestos a ellos están más acostumbrados a que la violencia forme parte de la vida.

En 2019, el 19,5% de los estudiantes varones de secundaria en Estados Unidos informaron haber portado un arma al menos una vez durante el mes anterior a ser encuestados como parte de un estudio sobre riesgos juveniles. Otro estudio mostró que portar un arma en la escuela era más común entre los estudiantes que habían sido amenazados o heridos con un arma, aquellos que habían estado involucrados en peleas físicas, aquellos que habían faltado a la escuela porque estaban preocupados por su seguridad y entre los estudiantes varones acosados, que entre los estudiantes que no estuvieron expuestos a la violencia en la escuela.

(Véase también Introducción a los problemas de comportamiento en niños.)

Participación en pandillas

La participación en las pandillas juveniles se ha relacionado con el comportamiento violento, a menudo con armas de fuego.

Los miembros de pandillas suelen ser una mezcla de adolescentes y adultos jóvenes (la edad pico es 14 años). Las bandas suelen adoptar un nombre y unos símbolos de identificación, así como una determinada forma de vestir, el uso de ciertos signos con las manos, tatuajes o pintadas (grafiti). Algunas pandillas exigen que los aspirantes a miembros cometan actos de violencia antes de ser admitidos en el grupo.

El aumento de la violencia de las bandas juveniles ha sido achacado, al menos en parte, a la implicación de las bandas en la distribución y el consumo de drogas ilícitas, particularmente de metanfetaminas y heroína.

Bullying (acoso escolar)

La intimidación o acoso escolar (para el que a veces se utiliza el término inglés bullying) es una forma de violencia que consiste en llevar a cabo ataques verbales, emocionales, físicos y/o psicológicos repetidos con la intención de dominar o humillar a la otra persona. Véase Acoso escolar (bullying) para obtener información sobre las formas de acoso escolar, los acosadores y los objetivos (víctimas) del acoso escolar.

Prevención del comportamiento violento en niños y adolescentes

La prevención de la violencia debe comenzar en la primera infancia. Entre las estrategias, se incluyen las siguientes:

  • No usar la violencia para disciplinar a los niños pequeños

  • Limitar el acceso a las armas y la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación y los videojuegos

  • Crear y mantener un ambiente escolar seguro

  • Animar a las víctimas a informar a sus padres y a las autoridades escolares de los problemas que sufren

  • Enseñar a los niños mayores y a los adolescentes estrategias para evitar situaciones de alto riesgo (incluyendo lugares o entornos donde otros tienen armas o consumen alcohol o drogas ilícitas) y para reaccionar ante situaciones de tensión o desactivarlas.

  • Promover relaciones familiares seguras, estables y afectuosas

Los entornos escolares seguros y de apoyo y los programas que promueven la salud mental pueden ayudar a prevenir la violencia y disuadir el uso de armas.

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